Adrián Misichevici nos presenta su segundo libro publicado «Damnare silentium (Silencio maldito)»
Para quién no te conozca, ¿quién es Adrián Misichevici?
Adrián Misichevici nació el 16 de abril de 1984 en la Unión Soviética, en un pueblo rumano, robado y cerrado herméticamente por esa «Gran Potencia Liberadora». Desde muy joven estuvo rodeado de tres culturas diferentes: rumana, ucraniana y rusa. El hecho de haber nacido en una familia de maestros, aumentó aún más su interés por buscar “la Gran Verdad Universal” en los libros. Además de maestro, su padre también era bibliotecario; así que en su familia no faltaban buenos libros, incluso los prohibidos.
Hasta los 15 años, creció y estudió en su pueblo natal, Iordanești, en la escuela media incompleta N2. Pasó los años 1999-2001 en la escuela secundaria M. Eminescu en Carapciu, el pueblo vecino. Una vez terminada se fue a estudiar a Rumanía.
Después de muchas aventuras, narradas en su primer libro, Jurnalul unui dac liber (El diario de un dacio libre), termina la Universidad de West en Timișoara, en la facultad de letras, cursando filología rumano-francesa.
En 2007 emigró a España, primero a Navarra y luego, de forma definitiva al País Vasco, a San Sebastián, donde vive hasta el día de hoy.
¿A qué edad empezaste a escribir? ¿Cómo nace esa necesidad de plasmar en un papel lo que se te pasa por la cabeza?
Más o menos en serio, comencé a escribir cuando tenía unos 18 años, en mi primer año de universidad. Me llevó a esto el “hambre crónica” del estudiante. Estaba lejos de casa, a unos 800 km, en un país «extranjero» y los tiempos eran duros; a mis padres se les debían años de salario. Recibían de vez en cuando: vodka, ladrillos, muebles, mantequilla, ósea, todo lo que producía la economía del país en aquel momento; así que sentí bien el hambre y sus efectos en el cuerpo. Empecé a notar que escribir me ayudaba a desconectar la mente del estómago y escapar en el mundo de la ficción donde me olvidaba, por un rato, del hambre.
Empecé a describir la vida estudiantil; sueños y realidad…
Hablemos de tus obras. ¿Cuántos libros has publicado ya?
Publicados tengo dos: El diario de un dacio libre, en rumano, y la novela histórica Damnare silentium (Silencio maldito), traducida de rumano y publicada solamente en español.
¿Qué es lo que más destacarías tu obra más reciente?
En primer lugar, señalaría que la historia de Emma es real. Tuve la gran fortuna de trabajar con Tania Ayelen Sejudo Pérez, quien la conoció personalmente y en aquel momento era la única persona que conocía su biografía.
Me la confió y después de dos años de duro trabajo (no olvidemos que trabajo en hostelería) salió Damnare silentium.
En segundo lugar, diría que queriéndole ser lo más fieles posible a Emma, a la época y el lugar de los hechos, la novela es muy dura.
¿Hay alguna anécdota sobre el proceso de documentación o de escritura que puedas contarnos?
Como dije antes, trabajo en hostelería y el tiempo para asuntos personales es muy escaso. Escribía entre las 00:00 y las 03:00 de la mañana.
Explotó la pandemia y sacudió mucho todos nuestros cimientos. Me destruyó económicamente y tal vez también me hubiera destruido psicológicamente, pero apareció el tiempo libre y una vez más me escapé al mundo de la ficción, a veces escribía hasta ocho horas al día. Así terminé la novela y aparté de la mente los problemas de la pandemia…
Hablemos ahora un poco sobre ti. ¿Crees que ahora los escritores lo tenéis más fácil para triunfar gracias a las redes? ¿O que precisamente eso hace que haya más competencia y cueste más diferenciarse?
Para un escritor novato, este tema es bastante doloroso. Puedo decir con seguridad que aún no me he formado una opinión bien estructurada, no puedo afirmar si es blanco o negro.
Dependiendo de las circunstancias cambia como la línea de un cardiograma. Cuando escucho que un nuevo escritor ha salido del anonimato gracias a internet empiezo a pensar que nos está ayudando, pero cuando me dicen que solo una persona acudió al lanzamiento del libro de un escritor con cientos de miles de seguidores, me doy cuenta de que el mundo de las redes es como la lotería.
¿Qué consejo te gustaría darle como escritor a tu yo de hace unos años?
Si quieres conseguir algo hay que trabajar, trabajar y otra vez trabajar. La inspiración llega después de minutos y horas de duro trabajo.
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?
Dostoievski, Orwell, Alexiévich, Zimbardo, Freud, V. Frankl, Cervantes etc.
¿Dónde se puede conseguir tu libro?
En la página oficial de la editorial Mirahadas, Amazon, Casa del libro, Fnac o Elkar.
¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto?
Damnare silentium me hizo explorar profundamente mis raíces, para comprender mejor quién soy y de dónde vengo. Fue así como decidí trabajar en mi segunda novela histórica basada en la vida de mis abuelos bajo la ocupación Soviética. Dos de ellos probaron de lleno el GULAG de los llamados liberadores, uno de ellos nunca volvió…
Para terminar, ¿nos recomiendas alguna lectura?
Algunas de las últimas: Philip Zimbardo El efecto Lucifer, Svetlana Aleksiévich La guerra no tiene rostro de mujer, El fin del homo sovieticus (en proceso), Laurence Rees Hitler y Stalin, Anne Appelbaum GULAG, Masha Gessen El Hombre sin rostro, Orwell 1984 (releído), Mircea Eliade Historia de las creencias y las ideas religiosas (en proceso) , Dostoievski Los demonios (en proceso) o Jaroslav Hasek El bravo soldado Svejk.
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