La autora que convirtió sus golpes en literatura: confesiones sin filtro de una vida entre páginas

La autora que convirtió sus golpes en literatura: confesiones sin filtro de una vida entre páginas

¿Cómo recuerdas tus primeros pasos en la escritura? ¿Hubo algún momento en el que supiste que querías dedicarte por completo a ello?
Tanto la lectura como la escritura son dos cosas que siempre han formado parte de mí. Hay pocos recuerdos de mi infancia que no incluyan un libro, papel o bolígrafo entre mis manos. Respecto a la escritura, me ha ido acompañando desde que sólo era una niña. Si echo la vista atrás, son interminables los momentos que he pasado rellenando hojas de cuadernos con esos relatos que luego guardaba en una carpeta como si fueran los mayores de mis tesoros. Escribir ha sido siempre mi gran vocación, pero también he sido muy consciente de lo difícil que es hacerse un hueco en esta profesión, por lo que desde bien pequeña tuve muy claro que debía formarme para labrarme un futuro profesional al margen de la escritura, aunque sí hubo un punto de inflexión en el que se produjo un cambio que hizo que acabara dedicando todo mi tiempo a la literatura.

Zaragoza ha sido tu hogar durante gran parte de tu vida. ¿Qué papel juega la ciudad en tu inspiración o en tu identidad como autora?
Para empezar, soy una persona muy observadora, tanto con las personas como con el medio que me rodea. En mis novelas siempre aparecen descripciones de los lugares en los cuales se encuentran los personajes. De las cinco obras que tengo publicadas, Zaragoza tiene un peso importante en cada una de ellas. Es la ciudad en la que vivo, que me ha visto crecer y madurar como persona. Es un lugar maravilloso del que estoy completamente enamorada y, por supuesto, quería que de alguna manera también tuviera su protagonismo en cada una de mis historias.

Desde 2012 te dedicas de manera exclusiva a escribir. ¿Qué cambió en ti al tomar esa decisión?
2012 fue sin duda el año de los grandes cambios en mi vida. Por una parte, me quedé sin trabajo. Por otra, pocos meses antes había sido madre y aquella situación era totalmente nueva para mí. Además, paralelamente, recibía un diagnóstico que aunque no del todo inesperado me hizo replantearme muchas cosas y someter mi día a día a muchas modificaciones. Por aquel entonces tenía casi terminada ¡No me hagas daño!, sólo me quedaban algunos capítulos pendientes, así que, tras hacer un profundo análisis de mi nueva situación, decidí acabar la novela y apostar por aquello con lo que siempre había soñado. Ese fue el primer paso. Lo que no podía imaginarme es cómo llegaría a cambiar mi vida aquella mañana en la que decidí enviar mi primer manuscrito a la editorial Círculo Rojo.

En tus novelas, especialmente en A través del miedo, las mujeres son protagonistas de procesos de transformación. ¿Por qué te interesa tanto ese viaje interior?
¡Qué buena pregunta! Nunca me lo había planteado de esa manera. Supongo que porque, de algún modo, en eso consiste la vida. Es decir, a las personas a lo largo de los años les van sucediendo cosas que van conformando lo que son, y aun así, en su interior no hay una única modalidad, sino que están formadas por múltiples versiones de sí mismas.
El ser humano es complejo. Ante determinadas situaciones cada uno reacciona de una forma muy diferente. Desde fuera parece muy sencillo opinar, pero muchas veces nosotros somos los primeros que no sabemos a ciencia cierta cómo actuaríamos ante un suceso determinado.
En cuanto a los personajes de mis novelas, sí que es verdad que lo que les ocurre se sale un poco, o en algunos casos, bastante de lo común, y esos hechos no dejan de ejercer un proceso de transformación sobre aquellos que los protagonizan. En A través del miedo, por ejemplo, nos encontramos con Nuria, una mujer de más de treinta años que tiene su vida prácticamente resuelta, con su trabajo estable, su pareja, su familia… Pero de repente descubre que su chico le está engañando y este hecho le empuja a poner tierra de por medio y cambiar completamente de vida. A partir de ese momento, se encontrará con diversas situaciones a las que se tendrá que enfrentar, y no siempre se sentirá preparada para todo lo que se le viene encima. Si nos centramos en ese personaje, veremos que nos encontramos ante una mujer que va a tener una gran evolución a lo largo de toda la novela.

Ana Martín Rebollo - A través del miedo
Ana Martín Rebollo – A través del miedo

Tus obras suelen girar en torno a la emoción, la pérdida y la superación. ¿Son temas que también te han acompañado en lo personal?
Siempre he sido una persona muy emocional. Me gusta leer novelas o ver películas (he aquí otra de mis grandes pasiones) que me remuevan por dentro, y supongo que esa manera de sentir se deja ver en mis obras. En cuanto a la pérdida y la superación… también es algo que últimamente ha estado presente en mí. Hace año y medio perdí a mi padre tras pasar por una enfermedad neurodegenerativa que se alargó diez años. Este hecho me marcó profundamente, ya que durante mucho tiempo me vi incapaz de escribir, no por el denominado “bloqueo del escritor”, sino porque mi estado anímico no me lo permitía, hasta que un buen día, simplemente, volví a hacerlo. Si pudiera contarte se gestó poco después de que mi padre falleciera, y yo creo que de todas mis novelas es aquella en la que más se han podido apreciar unas emociones que están a flor de piel.
Respecto a la superación, la vida también me ha puesto por delante una serie de desafíos a los que he tenido que hacer frente, por lo que no es nada descabellado y puede tener su lógica que todas estas experiencias personales influyan de alguna manera en las historias que escribo y en los personajes que las protagonizan.

Perteneces a la Asociación Aragonesa de Escritoras y Escritores. ¿Qué significa para ti formar parte de una comunidad literaria?
Significa mucho. Si hay algo que he ido viendo en los últimos años es que Aragón es una tierra que está llena de talento. He descubierto a grandísimos escritores, y algunos de ellos, en este momento de mi vida, no son sólo compañeros de profesión, sino que se han convertido en grandes amigos.
Formar parte de una comunidad literaria es compartir con otras personas con tus mismos intereses aquello que verdaderamente te llena, asistir a diferentes tipos de eventos literarios e incluso poder formar parte de alguno de ellos. En definitiva, es conocer a gente que se dedica a lo mismo que tú y con la que puedes compartir experiencias únicas a través de lo que más te gusta, que es la literatura.

Si miras hacia atrás, desde ¡No me hagas daño! hasta A través del miedo, ¿qué huella crees que deja tu evolución como autora?
Sin duda, ha habido bastante evolución. ¡No me hagas daño! fue mi ópera prima. Leyéndola a posteriori, sólo en la manera de escribir ya he visto una serie de cambios. En cuanto a la trama, se trata de una historia dura, de denuncia sobre una situación que, por desgracia, en los trece años que han transcurrido desde que la publiqué, prácticamente no ha cambiado nada. La violencia de género sigue siendo una lacra en nuestra sociedad. Las cuatro historias que se narran en esta novela son de ficción, pero perfectamente podrían ser reales por su semejanza con las situaciones que muchos días vemos en los medios de comunicación. En el momento de escribirla tenía muy claro que quería que fuera así de dura, porque lo que realmente buscaba era darle credibilidad; escribirla de otra manera la hubiera alejado bastante de la realidad.
Con Atrapados en el Atenea Palace hubo un gran cambio de registro, y éste se produjo gracias a mi hija, que un buen día me preguntó si podía escribir algo que ella pudiera leer. Así fue como cobró vida esta historia. El viaje a Grecia, que es el eje central de esta novela, viene inspirado por un viaje que yo misma realicé a los diecisiete años con mis compañeros de instituto, y el personaje de Antonio está inspirado en quien me dio clases de griego en aquella época, un profesor que me marcó profundamente tanto por su calidez humana como por su forma de enseñar. Es un libro al que le tengo un cariño especial, y aunque en un principio lo escribí para que personas de la edad de mi hija se pudiesen encontrar entre mis lectores, esta novela la puede leer cualquiera. De hecho ha gustado mucho al público adulto, tanto por su trama inicial como por el giro que pega en mitad de la historia.
Si pudiera contarte y A través del miedo, mis dos últimas obras, ya van teniendo un estilo más definido y van conformando lo que hoy es mi manera de contar.
En todas mis novelas los personajes pasan por situaciones que de alguna forma les marcan, pero si tuviera que pensar en algo que diferencia a las últimas de la primera es el final. En el caso de Atrapados en el Atenea Palace, Si pudiera contarte y A través del miedo, mi objetivo era que cuando el lector terminase de leer, lo que le quedase fuese un buen sabor de boca, algo que no ocurre con ¡No me hagas daño! Creo que ese deseo o esa declaración de intenciones sí que se dan al finalizar esas tres historias.

Ana Martín Rebollo - A través del miedo
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