Primero llegó la fiebre, luego la anguila. Así arranca Fallo del sistema, la nueva y poderosa obra de Roberto Osa, un testimonio entre la crónica y la ficción que se sumerge sin reservas en las profundidades de dos colapsos paralelos: el de un mundo confinado por la pandemia y el de una mente atrapada en su propio encierro. Con una prosa viva, inquieta y dolorosamente honesta, Osa vuelve al ruedo literario con un relato que es a la vez memoria colectiva y desgarro íntimo.
Conocido por su novela debut Morderás el polvo (Premio Felipe Trigo, finalista del Nadal y traducida al italiano), Roberto Osa no es un autor que se esconda detrás de las palabras. Más bien, las convierte en herramientas de supervivencia. En Fallo del sistema, esa escritura se vuelve urgente, visceral, cargada de preguntas sin respuesta: ¿cómo se sigue cuando el virus se va, pero la enfermedad —la real, la mental, la emocional— persiste? ¿Qué queda cuando el sistema colapsa no solo fuera, sino dentro de uno mismo?
La pandemia de 2020 es el contexto, pero no el único protagonista. En estas páginas también habita la crisis de los cuarenta, el derrumbe de certezas, el peso de la paternidad y la fragilidad de los vínculos. Osa traza un mapa del desconcierto contemporáneo donde el lector no puede evitar verse reflejado. Como dice Rosa Montero, se trata de “un libro sobre la pandemia, pero no sólo”. Es un relato sobre la vida que continúa incluso cuando todo lo demás parece haberse detenido.
Eloy Tizón ha calificado la obra como “una película de terror pero también de coraje y esperanza”. Y no es exagerado: Fallo del sistema es una lectura incómoda pero necesaria, como mirar de frente el espejo de nuestra propia vulnerabilidad. La voz narrativa no elude lo crudo ni lo feo, pero tampoco renuncia a la belleza, esa que puede encontrarse en los actos pequeños de resistencia: un recuerdo, una carta, una línea escrita en medio del caos.
Nacido en Cuenca en 1981, Roberto Osa ha demostrado una trayectoria literaria que no se limita a la novela. Ha experimentado con proyectos transmedia como Trece días en nuestra nevera, ha escrito teatro (Correspondencia, Premio Ciudad de Málaga 2019) y ha llevado su obra a festivales internacionales. Aun así, en su pueblo, lo conocen como “el hijo de la Tere y el Pancho”, un dato que parece revelar su conexión con lo terrenal, con lo cotidiano. Porque si algo caracteriza su literatura es la capacidad de hablar de lo profundo desde lo cercano, sin artificios, sin máscaras.
Con Fallo del sistema, Osa se impone una tarea moral: “levantar un dique contra el olvido colectivo”. Lo logra. Y al hacerlo, también levanta un puente para todos aquellos que aún intentan reconstruirse tras la tormenta.
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