En La última vez que lo vio, Cristina Gumuzio vuelve a demostrar que el thriller psicológico puede ser, además de un género de intriga, un espejo que refleja las grietas más profundas de la vida contemporánea. Con una prosa ágil pero cuidada, la autora construye una historia que nace en lo cotidiano —unas vacaciones familiares, un bar de pueblo, una tormenta de verano— y, sin previo aviso, empuja al lector hacia un territorio inquietante donde nada es lo que parece.
La novela comienza con la familia Jones apurando sus últimos días en Cambrils antes de regresar a Suiza. Es entonces cuando una tormenta inesperada irrumpe, como si la naturaleza presintiera que también se avecina un desorden emocional. Adam Jones, el padre, se refugia en un bar con sus hijos y, tras dejarlos momentáneamente al cuidado de los dueños, envía un mensaje escueto a su esposa, Mía. Ese mensaje —una simple actualización logística— será lo último que se sepa de él.
Cuando amanece y Adam no ha regresado, Mía acude al bar guiada por la inquietud creciente. Allí encuentra a sus hijos, confundidos pero a salvo; de Adam, en cambio, no queda ni un indicio. Lo que inicialmente parece una desaparición accidental pronto se transforma en el núcleo de un torbellino mediático. La prensa destapa un escándalo financiero en la empresa donde Adam trabajaba y su figura, hasta entonces la de un hombre correcto y predecible, adquiere sombras inesperadas. ¿Huida? ¿Secuestro? ¿Doble vida?
Gumuzio hace que Mía —vulnerable pero determinada— se convierta en el motor emocional de la búsqueda. A su lado aparece Noah, un antiguo amor y detective privado, cuya presencia despierta tensiones y matices que enriquecen el relato. Juntos avanzan por un laberinto de pistas en el que cada revelación erosiona la identidad de Adam, como si cada mentira retirada arrancara también una capa del pasado compartido.
Lo que diferencia esta novela no es solo la solidez del misterio, sino la manera en que la autora explora la noción del “otro desconocido” dentro de quien creemos conocer mejor. Gumuzio invita al lector a preguntarse cuántas versiones de sí mismo puede sostener un individuo antes de que todo su edificio emocional —y moral— colapse.
La última vez que lo vio es un thriller apasionante, sí, pero también una reflexión aguda sobre la fragilidad de las certezas, el peso de los secretos y la desesperación que surge cuando la vida se desmorona sin previo aviso. Con un final dramático e inesperado, la novela confirma a Cristina Gumuzio como una voz capaz de combinar la tensión narrativa con la profundidad emocional, y de recordarnos que, a veces, las desapariciones más perturbadoras no ocurren en el exterior, sino en la intimidad más cercana.
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