Emilio, ¿qué fue lo que despertó en ti, hace más de 25 años, la necesidad de dedicar tu vida a la sanación y al acompañamiento de otras personas?
Desde joven, me ha impulsado la inquietud de comprender el sufrimiento humano y sus orígenes. Esta búsqueda me condujo a intuir que, tanto en nuestro mundo interior como en el entorno energético que nos rodea, existen otras posibilidades para la transformación y la sanación. Sé a ciencia cierta que, aunque la vida nos presente desafíos y emociones dolorosas, siempre hay caminos que nos permiten afrontar esos retos con mayor conciencia y menos sufrimiento.
No se trata de recurrir a fórmulas mágicas, sino de recordar algo esencial: en el fondo, cada uno de nosotros posee una sabiduría innata y una capacidad inagotable para reinventarse. Es posible que la sociedad y la cultura nos hagan olvidar estos dones, pero continúan allí, esperando ser redescubiertos y activados. Por ello, mi propósito ha sido siempre ayudar a las personas, movilizando energéticamente sus mecanismos internos de sanación y autorregulación, y, cuando es necesario, enseñarles a potenciarlos por sí mismos, acompañándoles en el proceso de transformar el sufrimiento en oportunidad y vivir con mayor coherencia y plenitud.
Estoy convencido, por experiencia, de que todo verdadero proceso de sanación comienza con la intención personal de lograrlo.
¿En qué momento de tu camino sentiste con claridad que estabas recibiendo información energética distinta y que era necesario darle forma a una técnica propia?
El momento de claridad llegó tras años de práctica y de observar resultados que no encajaban del todo en los marcos terapéuticos ya existentes. Percibí información energética que pedía ser comprendida y articulada de una manera específica. Empecé a poner a prueba todo lo conocido e incluso a mí mismo, y decidí atender a todas las personas que acudían a mí, sin que previamente me contaran absolutamente nada relativo a sus padecimientos.
El resultado fue sorprendente: ¡todo cuadraba! Al concluir la exploración, les exponía las manifestaciones «físicas y emocionales» que veía en ellos, y tanto ellos como yo nos sorprendíamos por la exactitud de la información expuesta e, incluso, por los buenos resultados posteriores que obtenían.
Poco a poco, desde entonces, fui dando forma a esta metodología que, al involucrar el sistema inmunitario natural del ser humano y la energía que habita en él, bauticé como Inmunoenergética.
Para quienes escuchan hablar por primera vez de la Inmunoenergética, ¿cómo la definirías?
La Inmunoenergética representa una aproximación terapéutica holística de sanación natural, que se centra en el poder sanador de la energía y la capacidad intrínseca del cuerpo humano para autocurarse. Esta metodología única se basa en la identificación y corrección a nivel energético de diferentes elementos dañinos para el ser humano, desencadenando la posible activación de los mecanismos internos de recuperación del organismo.
Principios fundamentales:
• Detección energética de elementos dañinos físicos y emocionales
• Activación de los mecanismos naturales de sanación
• Procesos completamente naturales: integración, limpieza, drenaje y desinflamación
Una de las virtudes de esta terapia natural es su enfoque no invasivo: no requiere introducir ni extraer sustancia alguna del cuerpo del consultante. Además, su compatibilidad es total, permitiendo su aplicación de manera complementaria a cualquier tratamiento médico o terapéutico existente, sin interferir en estos en cuanto a modificarlos o suspenderlos.
El objetivo final es despertar la inteligencia curativa propia de cada individuo, aprovechando la capacidad innata de los distintos sistemas corporales para procurar restaurar el equilibrio y promover el bienestar integral.
Tu libro habla de la relación entre la energía interna y el mundo emocional. ¿Qué papel juegan las emociones en la salud y en el equilibrio energético de una persona?
Las emociones son puentes entre mente, cuerpo y energía. Influyen directamente en nuestro estado de salud y en cómo se manifiestan nuestras energías internas, incluso a nivel espiritual. Somos un todo.
Que las emociones no se vean no significa que no generen efectos.
«Nuestros estados emocionales y energéticos, e incluso un simple pensamiento mantenido por algún tiempo, tienen la capacidad de influir en nuestra química, células, fisiología y vida en general, e incluso afectar la vida de los demás».
Imaginemos nuestro ser como un ecosistema complejo donde cada pensamiento, cada emoción, genera ondas invisibles que transforman nuestra realidad física y energética. Somos sistemas dinámicos, no compartimentos estancos.
La ciencia moderna confirma lo que antiguamente se intuía: nuestro mundo interno no es un mero espectador, sino un agente activo que orquesta nuestra experiencia vital. Cada estado mental, cada vibración emocional, tiene el poder de modificar nuestra bioquímica, activar o inhibir nuestros mecanismos de defensa y, sorprendentemente, influir más allá de nuestra realidad individual.
Dos caminos se abren ante nosotros: el sendero del estrés mantenido en el tiempo, que desencadena procesos destructivos, y el camino de la armonía, que activa nuestros recursos internos de regeneración, sanación y bienestar.
Cuando predominan las que yo denomino emociones negativas mantenidas en el tiempo, nuestro cuerpo responde con una cascada de hormonas del estrés que deprimen incluso el sistema inmunitario, propiciando que ingrese o aflore la enfermedad en nuestro organismo. Sin embargo, cuando cambiamos esas emociones negativas por las opuestas positivas, liberamos una farmacia interior de moléculas reparadoras: endorfinas, serotonina, dopamina, que actúan como verdaderos bálsamos curativos y elevan el sistema inmune.
El desafío no está en eliminar el estrés, sino en aprender a gestionarlo. Necesitamos desarrollar una inteligencia y coherencia emocional que nos permita reconocer, comprender e integrar las emociones negativas para así poder transformar nuestros estados internos.
Los seres humanos, especialmente en culturas como la nuestra, tendemos a percibir más fácilmente lo negativo que lo positivo: «mete más ruido un árbol que cae que cien que están creciendo».
Nuestra sociedad actual, paradójicamente, parece más preparada para detectar problemas que para celebrar soluciones. Tendemos a magnificar la adversidad, olvidando que cada desafío contiene una semilla de crecimiento.
¿No será que hemos sido educados para temer, más que para transformar?
En la sinopsis de tu obra planteas que la ciencia moderna intenta medir y clasificar todo, mientras la vida y el ser humano siguen siendo un misterio. ¿Cómo conviven en tu visión lo científico y lo espiritual?
Según mi visión, basada en la experiencia, lo científico y lo espiritual conviven en realidad como dimensiones complementarias. La ciencia observa, mide y detalla la parte visible, mientras lo espiritual abarca aquello que permanece invisible, sutil y que sostiene la totalidad, ofreciendo sentido y conexión. Ambas formas de conocimiento deberían dialogar para comprender al ser humano en su integridad, sin perder la humildad de reconocer que no lo sabemos todo.
Ambas dimensiones podrían enriquecerse mutuamente y, juntas, constituir la verdadera comprensión del ser humano y la vida: «Tal vez debiéramos cerrar los ojos para aprender a ver».
Después de miles de sesiones realizadas, ¿qué resultados o transformaciones en las personas destacarías como más sorprendentes gracias a la Inmunoenergética?
Después de miles de sesiones realizadas con Inmunoenergética, lo más sorprendente es comprobar los profundos cambios positivos que experimentan tantas personas. Destacaría, sobre todo, cómo muchas personas logran superar bloqueos emocionales o físicos, recuperando el equilibrio y la armonía interna casi de forma inesperada. Son frecuentes los testimonios de quienes, tras una sola sesión, experimentan una sensación de liberación, paz o bienestar que no habían sentido en años.
He observado a personas transformar miedos, tristezas crónicas e incluso problemas físicos, simplemente movilizando sus mecanismos de sanación. Es fundamental recalcar que la Inmunoenergética no es una terapia médica ni pretende sustituirla, no se introduce nada externo en el organismo, ni se extrae, sino que ayuda a que la persona tenga la oportunidad de movilizar su propio potencial de autosanación.
Lo más motivador es comprobar cómo la energía y la información interna, cuando se movilizan correctamente, permiten que cada uno sea el verdadero artífice de su cambio. Sin duda, este es uno de los mayores logros y alegrías que he experimentado a lo largo de mi trayectoria profesional.
En un mundo donde la medicina convencional es la referencia dominante, ¿cómo respondes a quienes se muestran escépticos ante terapias energéticas como la tuya?
Entiendo perfectamente el escepticismo que puede existir en torno a la Inmunoenergética, sobre todo cuando no se conoce. Muchos tampoco saben cómo funciona la medicina convencional, pero es la referencia aprendida. Yo mismo entiendo y acepto una parte importante de la ciencia, de la misma forma que a mí y a mi trabajo me respetan muchos profesionales sanitarios y psicólogos que han visto los resultados y han comprendido mi visión y el funcionamiento de esta disciplina natural.
Lo que propongo con la Inmunoenergética es una visión complementaria. Esta técnica no pretende sustituir a la medicina ni interferir en tratamientos, sino buscar el origen que aqueja al ser humano y movilizar sus mecanismos de sanación a nivel energético.
Disponemos de diferentes sistemas corporales, tres de ellos son los sistemas gobernantes «nervioso, endocrino e inmunitario» que, quieras o no, creas o no, según dice también la ciencia, en condiciones normales trabajan de forma autónoma «sin que tengamos que hacer absolutamente nada»:
• El sistema nervioso coordina y comunica la información a lo largo del organismo.
• El sistema endocrino regula diversas funciones mediante la liberación y control de hormonas.
• El sistema inmunitario defiende el organismo eliminando antígenos, patógenos y células dañinas.
¿Es una locura la posibilidad de propiciar que dichos sistemas corporales se activen adecuadamente para hacer frente a los elementos dañinos para el ser humano y, una vez integrados, que todos los sistemas se encarguen de forma autónoma de limpiar, drenar, desinflamar y, en definitiva, sanar? No es ninguna locura porque tiene todo el sentido.
Además, yo lo justifico todos los días tanto en las sesiones como en los cursos de Inmunoenergética. Sin siquiera conocer al consultante, sin que me cuenten nada sobre sus padecimientos e incluso sin observar las manifestaciones sintomáticas, en las sesiones generalmente aflora la información a unos niveles que son sorprendentes.
Además, es importante destacar que, después de miles de sesiones, nunca ha habido ningún perjuicio para las personas que han confiado en este método. Al contrario, muchos han experimentado cambios positivos, como he mencionado anteriormente. Sé que resulta difícil de creer porque trabajamos con energías que no se ven, igual que nadie duda de la existencia de la electricidad aunque no podamos verla directamente.
Mi invitación es abrirse a nuevas posibilidades, sin dogmatismos. Muchos fenómenos antes tachados de «milagrería» o «brujería» fueron aceptados cuando la ciencia avanzó y los comprendió. Ojalá esta mentalidad abierta permita que sigamos evolucionando, integrando el conocimiento para entender mejor la salud y la enfermedad.
¿Qué novedades aporta esta edición revisada de Inmunoenergética y el mundo emocional respecto a la primera publicada en 2019?
Esta edición revisada del libro incorpora capítulos ampliados y ejemplos que enriquecen la comprensión de la técnica. Profundiza en la valoración energética de los elementos dañinos y en la comunicación entre el sistema inmunitario y el mundo emocional, e incorpora además reflexiones personales y aprendizajes recientes. Todo ello aporta una visión más actual y completa para quienes desean acercarse a esta disciplina.
Has desarrollado un curso innovador de Inmunoenergética, con teoría, práctica y material online. ¿Cuál es tu mayor objetivo al formar a nuevos terapeutas en esta disciplina?
Mi objetivo principal es que cada alumno de Inmunoenergética pueda integrar esta terapia energética natural de manera ética, consciente y eficaz, convirtiéndose en agentes de cambio y bienestar en sus entornos. Quiero que dispongan de recursos sólidos para acompañar procesos transformadores en las personas.
Con el módulo presencial, los alumnos viven la experiencia de ver en vivo y en directo el funcionamiento de la Inmunoenergética, porque además de explorar la teoría, comprueban su eficacia práctica a través de sesiones demostrativas y prácticas.
Con el módulo online, refuerzan los conocimientos adquiridos para que, cada alumno a su ritmo, pueda integrar el conocimiento y plasmarlo en los casos prácticos con las personas que atiendan.
En 2025 registraste oficialmente la marca Inmunoenergética en la Unión Europea. ¿Qué significa este paso para ti y cómo imaginas la proyección internacional de tu método en los próximos años?
El registro de la marca Inmunoenergética en la Unión Europea supone un hito fundamental, ya que representa no solo el reconocimiento oficial y la protección legal del método, sino también un compromiso con la calidad, la innovación y la autenticidad. Este logro abre puertas a la colaboración con profesionales y expertos de nivel internacional, facilitando el intercambio de conocimientos y la adaptación del método a diversos contextos.
De cara al futuro, visualizo una proyección internacional en la que Inmunoenergética se convierta en un referente en el ámbito de las terapias naturales. La marca, respaldada por este significativo reconocimiento, tendrá el potencial de participar en diferentes iniciativas, ampliando su influencia y fomentando colaboraciones estratégicas que impulsen su desarrollo y aplicación en distintos mercados, siempre desde el rigor y la ética que lo caracterizan.
Finalmente, ¿qué mensaje le darías a quienes sienten que «hay algo más» en la vida, pero todavía dudan en abrirse a nuevas formas de sanación y de autoconocimiento?
Mi mensaje es que se permitan explorar sin miedo ni prejuicios. La vida siempre nos invita a crecer y a descubrir nuevas dimensiones de nosotros mismos. Si sienten que hay «algo más», quizás ha llegado el momento de escucharse y abrirse a esa posibilidad.
No se trata de renunciar a lo que ya conocen, sino de mejorar, cambiar o sumar experiencias y herramientas que puedan enriquecer su bienestar, su autoconocimiento y ayudar a los demás. A veces, basta con dar un pequeño paso, con curiosidad y confianza, para encontrar respuestas y caminos que nunca habrían imaginado.
Emilio Jiménez impulsa la terapia natural Inmunoenergética desde sus raíces navarras hacia la Unión Europea
En el dinámico panorama de la salud natural, Emilio Jiménez —naturópata, docente y autor del libro «Inmunoenergética y el mundo Emocional -Edición revisada y ampliada» editado con Editorial Círculo Rojo— se consolida como una figura de referencia en el ámbito de la sanación. En abril de este año, la marca Inmunoenergética se registró oficialmente en la Unión Europea, reafirmando su proyección internacional y su compromiso con una salud natural basada en raíces navarras.
Como director del Centro de Inmunoenergética, Emilio Jiménez lidera una revolución en el bienestar, ayudando a las personas mediante una terapia natural innovadora que integra tradición y modernidad. Su enfoque renovador se plasma también en el innovador curso de Inmunoenergética que ha diseñado en los últimos años, dirigido tanto a profesionales de la salud natural como a entusiastas de las terapias alternativas. La formación se fundamenta en la conexión con la naturaleza sanadora innata y promueve el fortalecimiento de los mecanismos naturales de sanación desde una perspectiva integral.
Entre las claves de este curso destacan:
- Técnica natural energética práctica, aplicable y sencilla: Una estrategia que fortalece los sistemas de sanación natural desde una óptica holística, facilitando su puesta en práctica en el día a día.
- Material actualizado online: Una plataforma de e-learning que complementa la formación presencial y facilita el aprendizaje a distancia, asegurando el refuerzo continuo de los conocimientos.
- Demostraciones en vivo: Sesiones prácticas que permiten constatar la eficacia de la Inmunoenergética, aportando evidencias y un carácter sorprendente a cada demostración.
Emilio Jiménez, con su amplia experiencia y trayectoria, invita a naturópatas, terapeutas, profesionales del bienestar y a todos aquellos interesados en explorar nuevos caminos hacia una salud integral, a unirse a esta propuesta innovadora. «Mi enfoque integra las dimensiones física, emocional, energética e incluso espiritual, ofreciendo una disciplina completa que transforma la forma de abordar la sanación natural», destaca Jiménez.
Para ampliar la información, los interesados pueden visitar la web: https://inmunoenergetica.com/.
Con esta propuesta formativa renovada, Emilio Jiménez y su equipo aspiran a marcar un antes y un después en el abordaje de la sanación natural, reafirmando su compromiso de poner la salud integral en el centro de la evolución profesional y personal.
Emilio Jiménez. Creador de la técnica: Inmunoenergética®
Docente de la técnica inmunoenergética.
Director del centro de inmunoenergética.
Naturópata, docente y escritor.
https://www.instagram.com/inmunoenergetica