Has trabajado más de 40 años en el sector asegurador y en la investigación judicial. ¿Cómo influyen estas experiencias tan técnicas en tu forma de investigar y escribir un libro como Eve and Ángelus?
Ya desde la época escolar, me preguntaba el porqué de las cosas. La profesión aseguradora me convirtió en un pequeño psicólogo. Aprendí distintas ramas del sector y después trabajé en una aseguradora investigando casos de fraude. Amplié mis conocimientos como Perito Judicial en varios campos. Esta forma de investigar afloró en mis pensamientos sobre la Biblia y me llevó a cotejar todo aquello que rondaba mis dudas existenciales. Esa curiosidad influyó en mí y me impulsó a plasmar todos mis descubrimientos en ambos libros, tanto en Los Exportados como en Eve and Ángelus.
Comentaste que comenzaste a escribir esta obra hace más de siete años. ¿Qué te motivó a guardarla tanto tiempo y qué cambió para decidir publicarla finalmente en 2025?
El motivo principal que paralizó todo mi interés por la investigación bíblica, y que me impidió terminar el libro, fue un cáncer galopante de vejiga, de nivel 3 y al borde de la metástasis, producido por años de tabaquismo y estrés laboral. Pude curarlo en una clínica privada famosa, pero tuve que aparcar todos mis proyectos pendientes, además de viajar para liquidar viviendas vacacionales y poder costearme el tratamiento de radio y quimioterapia. También influyó el cambio de domicilio y la adaptación al nuevo entorno.
En Eve and Ángelus hablas de un “atavismo extraterrestre” y de objetos entregados por seres de otro mundo. ¿Puedes contarnos cómo surgieron estos descubrimientos y cómo los relacionas con la Biblia?
Desde muy pequeño ponía atención en las clases de Religión y, posteriormente, en las de historia y ciencias sociales. Por un lado, nos hablaban de nuestros primeros padres —aunque este dato es relativo, ya que la primera mujer de Adán no fue Eva, sino Lilith— y, por otro, de que los primeros pobladores terrestres fueron varias clases de homínidos como neandertales o homo sapiens. Esto me hizo sospechar que había datos que no encajaban. Así surgió la idea de cómo pensaban nuestros ancestros, y la comprensión de ciertos objetos entregados por estos foráneos estelares.
El título Eve and Ángelus (Los Evangelios) no es ni inglés ni latín, sino un juego de palabras. ¿Qué significado profundo encierra este título para ti y para la obra?
Por pura deducción lógica, aunque intentan convencernos de que es un significado griego o latín, está en inglés. La palabra “Evangelio”, más que un juego de palabras, tiene un trasfondo: cuando nace un hijo, normalmente se le pone el nombre del padre. En este caso, el nombre de Eva por ser mujer, porque el padre se llamaba “Eve and…” (ya es un indicio de que proviene del inglés) y “Ángelus” significa ángeles. Si unimos el nombre sería “Eve y los Ángeles” (traducido al español), o lo que es lo mismo, Los Evangelios. Si hubiera sido un hombre, el hijo de Dios quizás se llamaría “Adangelios”. El significado de la obra va más allá de los pensamientos convencionales. Este nombre de “Eve” ya lo había visto colgando de sus collares en un encuentro en la playa. He ahí la conexión.
Uno de los retos que lanzas al lector es que te demuestre lo contrario a lo que expones. ¿Qué reacciones esperas de los creyentes y no creyentes al leer tu libro?
El reto que expongo es que lean el libro y no saquen conclusiones precipitadas. La única reacción que busco es que, si en algo me he equivocado, me lo rebatan con exposiciones plausibles y pruebas, no fruto de su imaginación o sin conocimiento de causa, ni basadas únicamente en lo que pone en la Biblia Reina-Valera.
En tus investigaciones mencionas códigos secretos como “Dos+Dos=Cuatro” y nombres encriptados. ¿Puedes explicar cómo descubriste estos patrones y qué papel juegan en tu relato?
Este alfabeto encriptado lo descubrí en un pendrive que me entregaron estos humanos de otro mundo, al igual que otros muchos secretos. Estos patrones, al cambiar letras por números, revelan el nombre de muchos personajes bíblicos. Además, ya sospechaba que había alguna relación entre el idioma español (no el castellano antiguo) y otros idiomas como el inglés.
En tu primer libro, Los Exportados, abordabas temas polémicos como la existencia de un hermano gemelo de Jesucristo. ¿Qué relación existe entre aquel trabajo y lo que cuentas ahora en Eve and Ángelus?
Es una consecuencia del primer libro, en el cual no solo indico cuál es nuestra procedencia en este planeta y el porqué de la búsqueda del eslabón perdido de la raza humana, sino que también hablo de personajes bíblicos. Toda la información no cabía en un solo libro, por lo que esta obra es una de muchas partes que posiblemente publique en el futuro. Nadie ha investigado estos temas de forma concienzuda.
Sufriste un cáncer terminal del que te recuperaste. ¿Cómo influyó esta experiencia vital en tu urgencia por compartir tus conocimientos y publicar esta obra?
A raíz de esta enfermedad, abrí los ojos a otros pensamientos y comprendí que, a partir de los 50 años, todo lo que vivas de más es prestado. Así que me puse en marcha y entendí que no quería irme a la tumba sin dejar mis conocimientos adquiridos, para que puedan perdurar y ayudar a otros humanos en el futuro como legado.
Dices que no quieres cambiar las ideas religiosas del lector, sino invitarle a reflexionar. ¿Qué mensaje central te gustaría que cada persona se lleve después de leer Eve and Ángelus?
Me gustaría que cada cual se lleve la impresión que le ofrezca esta obra, que busque satisfacción y quede encantado a todos los niveles espirituales y de conciencia propia. Sobre todo, que vea la vida de otra manera.
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