• Juan José, escribir sobre la partida de un hijo es, sin duda, uno de los actos más valientes. ¿En qué momento sentiste que esta historia debía convertirse en un libro?
Desde que supe que Gabriel venía al mundo, intuí que venía a realizar un gran trabajo. Pero jamás imaginé que sería este… y de esta manera.
Su partida, además de profundamente dolorosa, fue muy confusa, porque por alguna razón sentía que aquello que intuía sobre su venida no se había cumplido.
Yo sabía que tenía un trabajo pendiente con Gabriel, pero no sabía cuál era, ni cómo se daría.
Un día, empecé a escribir en el bloc de notas del móvil lo que había vivido, cómo lo sentía… y lo guardé. Sin más expectativa que dejarlo ahí, como muchas otras notas que había escrito antes.
Tiempo después, tras una situación de mucho estrés, me vi obligado a hacer un parón total en mi vida laboral y en otros aspectos personales.
Una de las circunstancias que me generaban ese estado de ansiedad —además del trabajo— era la sobreatención y la necesidad constante de proteger a Miguel, mi segundo hijo. Esto se debía, en parte, a que mi mujer, Lucía, y yo también vivimos una situación de cierto riesgo poco después de su nacimiento.
Un día, leyendo aquel texto que había escrito sobre lo que había vivido, sentí un fuerte impulso de seguir escribiendo un poco más.
El texto empezó a tomar forma y, aunque económicamente no estábamos en nuestro mejor momento —por mi parón laboral y la reducción de ingresos— decidí comprar un portátil de segunda mano (también a plazos) para poder escribir con más comodidad todo lo que tenía que sacar de mi interior y plasmarlo en palabras.
Cuanto más escribía, más claro tenía que debía seguir haciéndolo, a pesar de lo que eso conllevaba: revivir dentro de mí cada emoción, cada recuerdo de los momentos más dolorosos de mi vida.
En ese momento supe que esa era la forma en la que Gabriel y yo íbamos a realizar el trabajo pendiente que teníamos juntos.
Hacer pública nuestra historia, y no solo eso, convertirla en un libro, sería una forma de dejarla plasmada incluso después de mi partida de este mundo, y al alcance de todas aquellas personas a quienes, en algún momento, pudiera servirles como punto de apoyo para seguir adelante. Para recordarles que no solo es posible… sino que es nuestro deber por mucho que nos duela.
• En Gabriel. Un faro de esperanza relatas con una sinceridad desgarradora tu proceso de duelo. ¿Qué te motivó a exponer tu intimidad de esta forma tan abierta y generosa?
Bueno, como dije en mi respuesta anterior, todo esto surge de forma natural, como consecuencia de las circunstancias. Es algo que nace del corazón, porque siento que es un trabajo “puro” junto a mi hijo Gabriel.
Yo simplemente me dejo llevar y permito que todo se dé como tenga que darse, sin forzar nada.
El querer contar nuestra historia al mundo, con el propósito de hacer un trabajo colectivo junto a mi hijo y convertirla en un posible punto de apoyo para otras personas, me permite expresarme con mucha más claridad que si se tratara de una historia inventada o forzada.
En el libro relato mi experiencia de vida desde momentos previos a la partida de Gabriel, y todo lo cuento con la mayor claridad posible, para que quienes lo lean puedan sentirse envueltos por ella y entrar en situación.
• Has dicho que no usas la palabra “pérdida”, sino “partida”. ¿Qué cambio de mirada aporta esa elección a quienes atraviesan el duelo?
No hemos perdido a nuestros hijos o seres queridos porque hayan fallecido. Desde hace muchos años, siempre he pensado que cuando alguien muere es como cuando un ser querido se va de viaje: no lo perdemos, aunque no podamos verlo.
De esa misma forma ocurre con la muerte. Pero debido a nuestras costumbres y creencias, sentimos un dolor profundo, provocado por el apego a la vida física y por la creencia en la separación. Y justamente ese es uno de los aprendizajes que estas experiencias nos invitan a realizar.
La muerte no es el final, ni una separación.
Si algo he aprendido, es que para el Amor no existen el tiempo, el espacio ni las fronteras.
Hace tiempo también comprendí que lo contrario a la Vida no es la Muerte. Lo contrario a la Muerte… es el Nacimiento. La Vida no tiene opuesto.
• El libro está profundamente impregnado de espiritualidad, pero no de religiosidad dogmática. ¿Cómo fue tu proceso personal de conexión con Jesús y las leyes espirituales?
Jesús es la clave de todo esto, y también su comprensión.
Como cuento en el libro, soy católico por nuestras raíces cristianas familiares, pero no practicante.
Aunque eso no quiere decir que no haya acudido o acuda a misa católica en eventos familiares o en momentos determinados de mi vida.
Durante la primera etapa de mi vida, aunque siempre fui creyente, mi interés no se centraba en el catolicismo ni en las enseñanzas de la religión cristiana.
En el año 2015, dos años antes de que Gabriel llegara al mundo, tuve dos sueños reveladores en los que me encontré con Jesús.
Después de esos sueños, entendí y sentí claramente que debía centrarme en conocer sus enseñanzas de forma libre e independiente de cualquier religión.
Ese camino me llevó a descubrir las leyes universales y espirituales, que me dieron mayor claridad sobre la vida y el propósito de nuestra existencia.
• Uno de los pilares de tu mensaje es la fe como motor de transformación. ¿Cómo se sostiene esa fe cuando lo más amado se va?
Otra de las claves fundamentales que me ayudaron a sostenerme en este mundo fue la Fe.
Tras la partida de Gabriel, muchas personas me preguntaban cómo podía seguir siendo creyente.
En esos momentos, aunque ya conocía las leyes espirituales, no era capaz de aplicarlas en mí mismo —como también cuento en el libro—.
Eso me llevó a apoyarme con más fuerza en mi Fe, en mis creencias y en el conocimiento que había ido adquiriendo.
Como siempre he dicho: sin Fe, lo perderíamos todo.
La Fe es la certeza en lo que creemos… y es lo que nos sostiene en medio de la incertidumbre y la confusión.
• Tu relato no busca compadecer, sino acompañar. ¿Qué tipo de respuestas has recibido de otros padres y madres que han leído el libro y comparten tu experiencia?
Agradecimiento.
Eso es lo primero que expresa todo el mundo cuando lee el libro, independientemente de si están pasando por lo mismo que yo o no.
Pero quiero dejar algo muy claro: el verdadero agradecimiento es mío hacia ellos.
Gracias a cada persona que se ha involucrado —de la forma que sea—, esto ha sido posible.
Sin su apoyo, este mensaje no podría haberse materializado.
Cada gesto, cada palabra, cada acción impulsa este mensaje y lo acerca a quienes más lo necesitan.
• Gabriel también tiene una dimensión literaria muy cuidada, desde las imágenes hasta la narrativa de los capítulos. ¿Cómo fue el proceso de estructurar tu vivencia en forma de obra?
Tuve que revivir cada momento dentro de mí, intentando recordar hasta el más mínimo detalle de los lugares y la secuencia de cada una de las narrativas en los capítulos.
No fue nada fácil, pero era lo que debía hacer.
Ese proceso me ayudó —y me sigue ayudando— a llevar esta circunstancia con un mayor propósito de vida, transformando el dolor que experimenté en luz y amor, tanto para mi camino como para el de otros.
El haber tomado acción desde lo que siento ha hecho —y hace— que me sienta aún más cerca de Gabriel, mientras continúo mi camino aquí en la Tierra.
• Ahora impulsas la comunidad @luzdegabrieloficial. ¿Qué papel juega esa comunidad en tu vida actual y qué esperas que encuentre en ella quien la descubre por primera vez?
Es la voz de este propósito.
A través de ella se hizo pública nuestra historia por primera vez, y también a través de ella puede verse el recorrido que hemos hecho hasta ahora, desde aquella primera publicación, cuando comencé a trabajar en el ya mencionado ordenador portátil del que hablé al inicio de esta entrevista.
Cualquiera puede conocer a Gabriel y conocer nuestra historia de una forma cercana, ya que la comparto con total libertad y con la confianza de que todo se dará como tenga que darse.
Creo firmemente que todo ocurre por alguna razón, aunque a veces no seamos capaces de entenderla.
La proyección de esta comunidad es convertirse en un punto de encuentro virtual —por ahora—, donde este mensaje pueda tener un anclaje firme.
Un lugar desde donde anunciar en primicia futuros eventos, compartir nuestro agradecimiento más sincero y seguir difundiendo este mensaje de luz.
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En primer lugar, me gustaría agradecer públicamente a todo el equipo de elescritor.es por la maravillosa entrevista que me realizaron. No solo quise transmitirles mi gratitud de forma privada, sino también compartirla con todos ustedes.
Su atención fue excepcional en un trabajo tan delicado y, al mismo tiempo, tan especial como lo es hablar de Gabriel y de nuestra experiencia.
Nuevamente, muchas gracias por la profesionalidad, el trato humano y por haber contado nuestra historia con tanto cuidado. ¡Ha sido un verdadero placer!
Dejo el enlace del libro para todos aquellos que quieran conocer nuestra historia y puedan ayudarnos a continuar adelante con este propósito de vida.
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