. Emilia, comenzaste escribiendo poesía, relatos cortos y cuentos. ¿Qué te llevó a dar el salto a escribir novelas, y qué diferencias encuentras entre estos géneros?
La afición por la lectura me viene de mi padre; le gustaban las novelas de aventuras y yo las leía todas ya desde los doce años. En la adolescencia, además de leer libros sobre psicología y temas similares, me interesé por la poesía de Rosalía de Castro, de Gustavo Adolfo Bécquer, de Machado, y más adelante descubrí al poeta alemán Bertolt Brecht. Me apasionó su poesía con la que me sentí más identificada, y fue quien me inspiró a escribir poesía. Los relatos cortos y cuentos los escribía para alguien en concreto como un regalo.
Escribir representa para mí una forma de expresión a través de las palabras, al igual que lo es un lienzo en blanco y una paleta de colores, un tapiz realizado con telas o lanas. La creatividad se puede manifestar de muchas formas. Y la inspiración es un elemento importante de la creatividad, el motor que pone en marcha la idea y le da forma.
Comencé a escribir El abrazo en el 2016 por una necesidad interna de procesar ciertas vivencias que me habían marcado y que todavía no acababa de integrar, y se me ocurrió crear una historia ambientada en Santiago de Compostela, una ciudad con mucho significado para mí. La escribí de forma intermitente; la dejaba reposar durante meses porque pensaba que era algo que solo me servía a mí, hasta que me animé a publicarla. Supuso un gran paso. Tuvo muy buena acogida. Y creía que eso era todo. Pero de forma natural me surgió escribir la segunda parte, El sibarita, y la tercera, El peregrino, como un hilo conductor que enlaza las tres partes.
. Tu trilogía está ambientada en Galicia, una tierra rica en historia y paisajes. ¿Cómo influye tu entorno en la construcción de tus historias y personajes?
Yo nací en La Coruña, pero llevo años viviendo en la provincia de Gerona. Se puede decir que he cambiado la Costa da Morte por la Costa Brava. La morriña y la necesidad de tomar contacto con mis raíces gallegas me hizo ambientarla en esa tierra y disfruté mucho creando los diferentes personajes con las expresiones típicas gallegas, con su cadencia y su particular forma de componer las frases. Reflejando además su gastronomía, su maravilloso paisaje y la riqueza cultural de Galicia.
. En El sibarita, el tema de enfrentar la verdad es clave. ¿Qué te inspiró a explorar esta temática y cómo resuena contigo a nivel personal?
Dedico la novela, además de a mi familia, a aquellos que están dispuestos a abrir su corazón y liberar su alma.
Y de eso va la trilogía y lo mismo sirve para mí. Se trata de destapar lo que está oculto y profundamente enterrado en nuestro interior y sacarlo a la luz para que pierda su fuerza.
. Peter, el protagonista, es psiquiatra forense y enfrenta sus propios demonios internos mientras realiza un peritaje psiquiátrico. ¿Cómo investigaste la complejidad de este perfil profesional y emocional?
En Peter, su insaciable afán de conocimiento lo lleva a especializarse como psiquiatra forense. Fue a raíz de un doloroso caso de síndrome de Münchhausen lo que despertó en él un vivo interés por examinar más a fondo la relación entre crimen y locura, y averiguar qué impulsa a alguien a traspasar los límites, hasta el punto de quitarle la vida a otro ser humano, y más concretamente a un niño.
Lo cierto es que los propios personajes se fueron desarrollando sin esfuerzo por mi parte. Me documenté en lo más básico con respecto a la psiquiatría forense para mostrar a través de Peter en qué consiste y lo que realmente entraña para él.
. La novela aborda temas profundos como la locura, la maternidad y la pérdida. ¿Hay alguna experiencia personal que te haya ayudado a darle vida a estas emociones?
En relación a la locura, se puede aplicar eso de que: “no son todos los que están, ni están todos los que son”. ¿Qué es la locura y qué es la maldad? Esa es la gran pregunta que me planteo. Hay mucho loco suelto y mucho malo suelto. Y puedo decir que me he topado con más de lo segundo que de lo primero. Aunque a veces cuesta diferenciarlos.
La maternidad significa mucho para mí; la he vivido como la etapa más maravillosa de mi vida. Tengo cuatro hijos y cuatro nietos. Son mi familia y los amo.
Sobre la pérdida. La muerte de un ser querido nos causa dolor y tristeza, y el duelo nos ayuda a procesarlo. Sin embargo, cuando se trata de una muerte violenta, ese proceso de duelo se ve alterado a la espera de que se haga justicia, porque esa muerte reclama justicia. Y es el caso de la muerte violenta de una niña pequeña, que, sin ser de mi familia, sino de un círculo de amistad, me marcó profundamente y repercutió en muchos aspectos de mi vida. Y se puede decir que esa muerte tiene mucho que ver con mi obra.
. La interacción entre Peter y Maite parece ser uno de los pilares de la historia. ¿Cómo desarrollaste la dinámica entre ellos y qué esperas que los lectores descubran en su relación?
La verdad es que no tenía ni idea de qué iba a pasar en ese encuentro. Peter, tan seguro de sí mismo y tan profesional, acostumbrado a tratar con todo tipo de delincuentes, sin embargo, ante Maite, una asesina despiadada y reincidente, Peter se desmorona sin remedio, haciendo aflorar su lado más oscuro, que le arrastrará irremediablemente a un infierno interior.
A través de esta relación, el lector puede descubrir que cuando hay algo oculto, como un secreto o un trauma del pasado, en algún momento eso saldrá a la luz porque esa es su naturaleza. El detonante puede ser una película, una canción, un animal, una persona o cualquier otra cosa. Porque eso que está oculto hace daño dentro y pesa en el alma.
. La verdad, en la novela, actúa como una brújula para la redención y la paz interior. ¿Qué crees que pueden aprender los lectores de este mensaje en el contexto de sus propias vidas?
Todos llevamos dentro la verdad sobre lo que somos, de lo que nos ocurrió en una determinada experiencia, y no me refiero con esto a una versión sesgada de los hechos, ni a un particular punto de vista, ni nada que ver con la relatividad de las cosas, eso de que todo depende de cómo se mire, sino con la verdad de lo que vivimos en su momento y que nos dañó. Esa es la verdad a la que me refiero, y que necesita salir a la luz como un primer paso para poder encontrar la paz, porque la tendencia es hacer como que no ocurrió nada, correr un tupido velo y sepultarlo en el olvido, pero hay algo que nos identifica como seres humanos y es la conciencia que permanecerá al acecho, esperando su oportunidad de poner las cosas en su sitio. Y siempre lo consigue.
. Siendo madre y abuela, ¿cómo influye tu experiencia de vida en las historias que decides contar y en la perspectiva de tus personajes?
Cuando tenía veinte años quería ser matrona, pero por diferentes circunstancias no fue posible, aunque mi interés por la maternidad me llevó a formarme como puericultora y a documentarme en todo lo relativo a los procesos del embarazo y del parto. Ser madre era muy importante para mí. De hecho, en mis libros describo algún parto tal como los he vivido. Los niños son lo más importante de este mundo. ¿Qué sería del mundo sin los niños? Ellos nos mantienen en contacto con la inocencia, la alegría, la ternura. Este tema lo planteo más en mi primera novela, El abrazo.
. Esta es la segunda parte de una trilogía. ¿Qué retos has enfrentado al escribir una continuidad, y qué pueden esperar los lectores de la próxima entrega?
Más que un reto ha sido una sorpresa, porque después de El abrazo no me esperaba que fueran a surgir dos partes más de la historia. Llevan continuidad; en cada una pongo el énfasis en un tema más concreto, aunque trato paralelamente otros temas. Algunos son muy duros, aunque mi propósito nunca ha sido recrearme en el morbo, sino mostrarlos con toda su crudeza y buscar una salida. En la tercera parte, El peregrino, además de que el protagonista, Víctor, hace el camino de Santiago en busca de sentido, trato de lleno el tema de las sectas, cómo funcionan y las secuelas que dejan a través de varios personajes. Y las pautas para identificarlas.
. Para finalizar, ¿qué tal ha sido la experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo?
Está siendo una muy buena experiencia en todos los sentidos. Y estoy muy agradecida. Ahora está en proceso de maquetación El peregrino. Y espero seguir publicando con la editorial Círculo Rojo alguna historia más.
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