Reseña de “La cruz de Euge”, de Luis A. D. Mirado | Por Andrea Moreno
Reseña de “La cruz de Euge”, de Luis A. D. Mirado
La cruz de Euge es mi lectura actual, una novela que me ha enganchado desde las primeras páginas gracias a esos gloriosos cotilleos de oficina. A medida que van pasando las páginas se ve como el protagonista Manuel va cogiendo cariño a Euge, de una manera muy especial. Mirado consigue que empaticemos tanto con Manuel que entendemos cada diminuto detalle que el protagonista nos muestra sobre Euge, lo cuenta con delicadeza y amor, tanto, que consigue que los lectores también queramos a Euge.
Una novela de 300 páginas sencilla, con un vocabulario sencillo, fácil de leer, que sin duda te adentra en los pensamientos más íntimos sobre Manuel.
Todos los personajes que participan en la novela aportan un recuerdo, aportan un algo sobre Euge. y a pesar de que toda la novela realmente es una carta a ella, no sabemos cómo es Euge de verdad, conocemos a la protagonista por todos aquellos recuerdos, anécdotas y momentos que Manuel nos comparte.
Sin duda alguna una novela muy entretenida que nos muestra amor y nos hace reír. Un punto muy a favor de esta novela es que no se sitúa en ningún tiempo exacto, puede que la historia sucediera en los años ochenta o quizás es una historia muy reciente, creo que esto permite que muchísimos más lectores puedan leerla y conectar con la historia.
Ficha técnica de “La cruz de Euge”
- Editorial : Editorial Letra Minúscula; N.º 1 edición (26 mayo 2020)
- Idioma : Español
- Tapa blanda : 302 páginas
- ISBN-10 : 8418149736
- ISBN-13 : 978-8418149733
- Peso del producto : 480 g
- Dimensiones : 15.24 x 1.93 x 22.86 cm
Sinopsis de “La cruz de Euge”
Manuel ama a Euge. La ama con ternura, con cariño, con idolatría. Y entonces le escribe una suerte de carta que cuenta sus vivencias juntos. Esa carta es La cruz de Euge, un relato íntimo del que el autor, Luis A. D. Mirado, nos hace testigos ocultos.
Euge tiene una edad indefinida en torno a los 60 años —nadie lo sabe y es el cotilleo de la oficina, pues todos ingresaron cuando ella ya trabajaba allí— y es una secretaria casi vitalicia de la gran empresa a la que ingresa Manuel a trabajar, él también como asistente. Ella persiste el paso del tiempo en el recuerdo de Manuel y sus compañeros de oficina, que va mutando según van pasando los años, construyendo un retrato ejecutado a través de actitudes, anécdotas, palabras, gestos.
Mirado logra así un texto cautivante, que destila amor, pero no del romántico de las telenovelas, sino de ese que se le puede tener a una tía mala y cariñosa a la vez. Al fin, se trata de una pregunta sobre quiénes somos en verdad. La cruz de Euge es una interpelación a ella, a Manuel, y también al lector, testigo oculto de esta confesión.
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Reseña por Andrea Moreno.
