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Sintonizando el Año Nuevo | Por Lourdes Justo Adán

Sintonizando el Año Nuevo | Por Lourdes Justo Adán

¿Os acordáis de la televisión analógica? Oficialmente, en España comenzó en 1956. Lo hacía en blanco y negro y con el tiempo, lo hizo en color.

Cuando la emisión no duraba 24 horas, veíamos la famosa carta de ajuste, una imagen estática que se retransmitía en ausencia de programación. Permitía adecuar los parámetros técnicos de los televisores (brillo, tono, definición…) y mantener la señal de emisión. Solía ir acompañada de música que permitía hacer lo mismo también con el volumen de los receptores.

Despedida y cierre era el nombre que se usaba para indicar el final de la emisión de ese día. Habitualmente, comenzaba con un locutor/a despidiéndose de los espectadores, agradeciéndoles por su sintonía y deseándoles buenas noches. A continuación, se oía el himno nacional acompañado de la bandera de España ondeando al viento y escenas de Franco o de la Familia Real de entonces. Al concluir la señal, se escuchaba un continuo y agudo pitido. Después, la transmisión cesaba, mostrando en la pantalla una ruidosa lluvia de puntos que duraba hasta el inicio de la programación del día siguiente.

Tanto la carta de ajuste como la despedida y cierre fueron evolucionando a lo largo del tiempo y en función de la cadena. Con la llegada de la programación ininterrumpida, ambas desaparecieron.

El inicio de la televisión estuvo repleto de dificultades técnicas. La señal era inestable, la programación era limitada y la calidad de la imagen y del sonido dejaba mucho que desear, sin embargo, se percibía como un evento social: cada programa se esperaba, se veía y se disfrutaba. No obstante, todo hay que decirlo, el contenido se cuestionaba poco.

En la era tecnológica actual es fácil olvidar cómo fueron las cosas antes de la llegada de Internet, los móviles, las redes sociales, la mensajería instantánea, etc. Recomiendo ver algún documental sobre este tema, no solo por una cuestión de añoranza, sino porque es conmovedor conocer los milagros que el equipo debía realizar a diario con el objetivo de obtener noticias e imágenes de última hora que cumpliesen con las expectativas del público interesado. Las limitaciones técnicas y logísticas superadas son un testimonio de la pasión por su oficio de aquellos pioneros, quienes, seguramente, eran poco conscientes de la magnitud del impacto que produciría esta nueva forma de comunicación.

Del mismo modo que ellos superaron duros retos que aportaron ideas nuevas, cada uno de nosotros enfrenta a diario inconvenientes, pues, tanto en la televisión como la vida, unas veces nos toca participar en comedias y otras, en dramas.

El fin de año es como la despedida y cierre de antaño. Es momento de evocar los episodios vividos a lo largo del año, las risas compartidas, las lecciones aprendidas… Pero también de celebrar la dicha recibida y las metas alcanzadas.

Por su parte, el Año Nuevo es como la carta de ajuste de nuestras aspiraciones. Coordinamos nuestros criterios para una óptima visualización de los próximos 365 días. Es el momento de seleccionar un nuevo canal. La vida está llena de ellos, cada uno con un contenido especial. Muchas veces no sabemos exactamente qué vamos a encontrar. Puede agradarnos o no. Eso es lo apasionante de la vida: la sorpresa, la emoción, lo desconocido… Así que, cojamos el mando a distancia y tomemos el control de nuestras vidas con el propósito de escoger qué experiencias preferimos. Y si no nos gusta, siempre podemos optar por otra cadena. Por eso, no importa lo que haya pasado el año anterior, es el momento de diseñar nuevas metas y prepararnos para las oportunidades que vendrán.

Así que, mientras despedimos el año viejo y damos la bienvenida al nuevo, recordemos que tenemos la oportunidad de escribir nuestro propio guion. Que cada episodio sea mejor que el anterior. Y que cada carta de ajuste vaya seguido de un atrayente inicio de programación.

… Y sin miedo. La paulatina transición de la tele analógica a la digital trajo consigo destacables mejoras. Pero nadie dijo que fuese fácil: requirió tiempo, adaptación y una nueva forma de concebir la televisión. Pero al final, nos proporcionó una calidad de sonido e imagen superior, más canales y novedosas funciones interactivas. Del mismo modo, el paso de un año a otro puede traer consigo cambios positivos. Puede implicar erradicar viejas costumbres muy arraigadas, aprender habilidades, descubrir pasiones, personas… Aunque estos cambios pueden ser intimidantes al principio, con el tiempo, comprobaremos que nos llevan a un punto mejor.

El nuevo año nos invita a tomar decisiones conscientes e influir en el curso de los acontecimientos. No somos meros espectadores, somos actores principales de nuestro propio libreto con plena capacidad en la toma de decisiones, elegir nuestras acciones, y escribir nuestro futuro. No importa cuántas veces nos equivoquemos, hay que seguir adelante. Podemos aprender de nuestros errores, desarrollarnos y buscar la felicidad en las cosas pequeñas. A fin de cuentas, lo que importa no es la cantidad, sino la naturaleza de los momentos que vivimos.

Y tú, si en el 2023 has sido malo y te ves con posibilidad de arreglo, puedes intentar redimirte. Recuerda que cada final es, en realidad, otro comienzo. Una televisión se apaga y vuelve a encenderse con una nueva programación. Puedes reiniciarte. Así que reflexiona un momento, deshazte de las negatividades y haz cambios. Sé empático, honesto, escucha y respeta a los demás, no manipules a nadie, aprende a reconocer errores, a disculparte por ellos, y, sobre todo, establece metas de crecimiento personal (aprende a manejar la envidia, el odio, tu sentimiento de inferioridad, etc). Mientras preparas el Año Nuevo, reprográmate siendo más respetuoso con el prójimo. Y si alguna vez te desvías de este camino, no olvides resintonizarte.

Por tanto, este Año Nuevo mantén una actitud positiva, como si tu mente estuviese en un canal de humor. Recuerda ser director de tu propia vida. Tienes el mando a distancia, puedes cambiar de canal, ajustar el volumen de tus emociones, decidir qué programa quieres ver… ¿Qué más quieres?

En fin… A todos os sugiero que encendáis vuestro entusiasmo, sintonizad vuestros sueños y preparad un saludable comienzo. Que el año próximo esté repleto de episodios memorables. Que cada problema posibilite demostrar vuestra fortaleza y resiliencia. Y que el éxito sea un recordatorio de la potencialidad que tenéis para alcanzar vuestros sueños.

¡Felices fiestas y próspero Año Nuevo!

………

Lourdes Justo Adán.

Maestra especialista en Educación Infantil, en Educación Primaria y en Pedagogía Terapéutica.

Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación.

Orientadora Escolar.

Escritora.

Columnista.

Coach de víctimas de maltrato psicológico.

Docente desde hace treinta años.


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