El amor, hoy día, es un desastre | Por Alberto Simón
¿Por qué cuando pensamos en la palabra Amor nos vienen a la cabeza esas escenas de Hollywood, Maná rayando el sol u otros fenómenos paranormales?
Y te comprendo, no es tu culpa, nadie nos ha enseñado a amar.
En la vida vamos aprendiendo de los charcos en los que nos metemos, los resolvemos de la forma que mejor creemos y vamos a por el siguiente.
Y por supuesto, en el amor no es diferente.
- Forma estándar de actuar en el amor:
Conoces a una persona, te enamoras, aplicas unas expectativas que en su mayoría no se cumplen, te das cuenta de que esa persona no las cumplía y la dejas. O peor aún, por miedo a la soledad aguantas en un sinsentido de pareja, autocondenándote a cadena perpetua.
- Forma sana y consciente de actuar en el amor:
Conoces a una persona sin ningún tipo de necesidad ni expectativa, expones desde el principio tus valores, tus principios y tu forma de ver la vida. Si ninguno de los dos ha salido corriendo, seguimos adelante. Por supuesto, en el amor no hay nada asegurado, en ese caso, cuando la pareja haya cumplido su misión en tu vida, se marchará, pero lo hará con amor, respeto y agradeciendo todo el aprendizaje y tiempo juntos.
Personalmente, confío y creo en el amor eterno, uno en el que ambas partes miren en la misma dirección, en el que compartan valores y aficiones, en el que progresar juntos compense más que hacerlo por separado, en definitiva, en el que tenga un sentido seguir juntos.
Como adelantaba, la única educación que hemos recibido en el amor ha sido de las canciones, películas e imágenes, y esto lo trasladamos a la pareja: «te necesito», «sin ti no puedo vivir», «eres mi felicidad» entre otro tipo de barbaridades, son el generador de relaciones tóxicas, dependientes y, cuando la relación termina, montamos unos circos dignos del mejor actor y actriz del año.
Afortunadamente nos encontramos en una etapa de transición, puedo afirmarlo porque ahora se está poniendo de moda «eso del amor propio». Empezamos a descubrir que nosotros debemos ser nuestra máxima prioridad y, aunque suene un poco duro, nacimos solos y moriremos solos, por lo que el foco debe estar siempre en nuestro progreso y mejora continua.
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