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Educar vs Enseñar, por Daniel Boixeda

Educar vs Enseñar, por Daniel Boixeda

La palabra “educar” proviene de la expresión latina “educere” que significa: guiar, conducir, promover el desarrollo intelectual y cultural, es decir, desarrollar las potencialidades psíquicas y cognitivas propias del educando.  Los romanos tenían otra palabra para expresar lo que conocemos como “enseñar” y era la expresión  “educare” que  significaba formar o instruir. Para griegos y romanos, educar y enseñar eran conceptos diferentes.

            Sócrates, utilizaba para educar a sus discípulos un método que confiaba en la razón. Este método le permitiera sentar las raíces del verdadero conocimiento con una ética adecuada.  Al método se le denomino “Mayéutica”, que en griego significa partera o matrona. Se basaba  en una serie de preguntas y respuestas, que indujeran al discípulo a hallar unas definiciones que se pudieran considerar universales  El procedimiento partía de casos concretos de la experiencia diaria, para a continuación detectar en dichos casos algunos puntos o aspectos similares en todos ellos, para finalmente extraerlos y reunirlos bajo la forma de un concepto.

            Platón fundó la Academia de Atenas, que fue la primera institución europea dedicada a educar.  La ciudad de Alejandría en Egipto, se convirtió en la sucesora de Atenas. Después de la caída del imperio romano, la iglesia se convirtió en el único conservador de la erudición alfabetizada en Europa,  estableciendo escuelas catedralicias como centros de educación superior. Algunos de estos establecimientos evolucionaron a las universidades

               Educar es facilitar el aprendizaje o la adquisición de conocimientos, así como habilidades, valores, creencias y hábitos. El proceso educativo se logra a través de distintos medios: la investigación, el debate, la narración de cuentos, la discusión, la enseñanza, el ejemplo y la formación en general. La educación por lo tanto no solo se produce a través de la palabra, si no que está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes.

            El hombre es la única criatura que tiene que ser educada, entendiendo por educación los cuidados como el sustento y la manutención, la disciplina y la instrucción, juntamente con la formación. Únicamente por la educación el hombre puede llegar a ser hombre. Educar tiene por lo tanto que ver con el cuidado y formación del “infante humano”, que aun  no es del todo humano. El niño es incompleto, a diferencia de los animales le falta la transmisión de los conocimientos y de la experiencia de una generación a otra. Es en esa transmisión entre generaciones donde radica lo humano del acto de educar: en la transferencia de un ser humano a otro ser humano, de elementos propios de la humanidad, como  la cultura. Es decir el hombre se hace hombre a través de la educación.  Para que se produzca  esta transmisión, es necesaria la  relación con otro ser humano,  lo que lo transforma en un ser social,  de manera que no es posible pensar en el hombre en sociedad sin haber pasado por el proceso educativo.

            Educar es por lo tanto la transmisión de la cultura entre una generación y la siguiente o entre los que ya están con los que llegan. La transmisión de la cultura  supone la existencia del acto de enseñar, lo que presupone una acción organizada, planificada y sistemática.

            Enseñar implica  la relación entre dos individuos: el maestro y el discípulo, con el fin de transmitir algo específico, con funciones distintas entre ambos: el que transmite y el que recibe.  Pero además  en esta relación existe otro elemento: la responsabilidad, ya que enseñar supone acceder a la parte más intima del alumno como ser humano. Enseñar comporta poner en acto, la responsabilidad por educar.

            En la educación, el individuo es un sujeto activo que en gran medida se guía por la intuición, el razonamiento y la deducción; por el contrario en la instrucción o el adoctrinamiento, el sujeto que está siendo instruido o adoctrinado solo repite la información .

            La educación comenzó cuando los adultos comenzaron a entrenar a los jóvenes en el conocimiento y las habilidades que consideraban necesarias para su sociedad. En las sociedades pre-alfabéticas esto se lograba mediante la palabra y por medio de la imitación. La narración de historias permitió transmitir conocimientos, valores y habilidades de una generación a la siguiente. A medida que las culturas empezaron a extender su conocimiento más allá de las habilidades que se podían aprender fácilmente a través de la imitación, se fue desarrollando la educación formal.

            Esta acción organizada, planificada, anticipada y sistemática de la educación formal, se conoce como enseñar y se realiza en instituciones reconocidas para esta función, como: universidades, institutos, escuelas. La educación formal está comúnmente dividida en varias etapas: educación preescolar, escuela primaria, escuela secundaria y universidad. Al concluir la formación formal se expide un comprobante o certificado de estudios, que permite acceder a un nivel más avanzado. Pero también existe una educación no formal (no escolarizada) por la que, no se recibe un certificado que permita acceder a un nuevo nivel educativo al terminar la formación; los lugares que ofrecen la educación no formal, son los centros comunitarios, instituciones privadas, organizaciones civiles o la familia. Finalmente existe una educación que llamamos informal. que es laque se recibe en los ámbitos sociales, es la educación que se adquiere progresivamente a lo largo de toda la vida, sin ninguna intención educativa.

            Podemos concluir con lo que pensaba Platón sobre la educación: “Educar es el encendido de una llama, no el llenado de un recipiente”. El diálogo, la duda y la refutación deben formar parte del proceso de aprendizaje, si queremos educar y no solo enseñar.


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