Cuando solo te queda la oscuridad | Por Cristian C. Hessel
Miserable, mentiroso, retorcido, cruel, manipulador, asesino, traidor, genocida… son los adjetivos con los que se podría describir a Tuercas, un robot vagabundo que mendigaba piezas y baterías, hasta que un buen día dijo basta. Toda su vida se había esforzado en ser buena persona ¿le sirvió de algo? No, por ello empezó a hacer el mal, el cual le resultó mucho más satisfactorio.
Una vez me dijeron que este ser de metal padecía de depresión, esto es cierto, y el propio Tuercas es perfectamente consiente de ello. Pero él, en vez de intentar salir de ese pozo de oscuridad, prefiere sumergirse todavía más en el abismo, y arrastrar a otros con él. Porque le gusta, le hace sentirse poderoso, y superior al resto.
Esto puede parecer algo horrible, solo posible en un ser de naturaleza vil, pero la realidad es otra. En demasiados casos alguien que se ha visto atrapado en la oscuridad no trata de salir de ella, pues resulta más sencillo atraer a otros hacia ella, en un retorcido intento por combatir esa enfermiza soledad en la que nosotros mismos nos encerramos.
Porque Tuercas, como tantos otros, es un cáncer. Alguien que se siente mal, y contagia su malestar a quienes le rodean, solo por el placer que le produce. Pero Tuercas es incluso peor a los otros, porque a diferencias de ellos, él lo hace de forma consiente, y con una meta en mente.
Dicen que hay dos formas de afrontar la depresión. De forma negativa, enfureciéndote y cayendo en la destrución, tanto de uno mismo, como en la de los demás. Y luego está la positiva, donde tratas de salir de ese pozo siendo altruista y ayudando a quien lo necesite, para así poder sentirte mejor. A Tuercas no le interesa la manera positiva, él prefiere destruir, desahogarse, expulsar todo lo que se ha acumulado en su interior de la forma más violenta posible.
Si para eso, para poder sentirse mejor, se tiene que llevar a todo y a todos por delante, lo hará encantado. A Tuercas le gusta la oscuridad en la que vive atrapado, le resulta cómoda y reconfortante, y lo peor de todo, esa oscuridad es todo lo que tiene, lo único a lo que puede aferrarse para poder seguir viviendo.
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