El poeta y dramaturgo almeriense, Juan Manuel Sánchez Blanes, publica su trilogía poética, con el lanzamiento de sus dos nuevos poemarios y una nueva edición del primero.
“La poesía es una idea del alma, no respeta nada, ni siquiera al diccionario, ya que trata de decir lo que antes no se dijo” así nos define el poeta su poesía, como una idea que le nace del alma y no atiende a razones “(…) la inspiración es la conversación de tu alma con Dios, el poema es lo que queda después de esa conversación”.
La obra consta, hasta el momento, de: “El ángel celestial”, “En el frío amor del silencio” y “Alma de musa”, tres pulcras joyas elaboradas con exquisito mimo por las manos de un artesano del verso “cada palabra tiene un color, un aroma y un sabor distinto a las demás, no es lo mismo escribir una palabra que otra, cada una debe ocupar su lugar”.
En ella, el poeta homenajea, en una serie de elegías y paráfrasis, a los grandes clásicos románticos que le inspiraron a escribir su obra: Pablo Neruda, Federico García Lorca, Gustavo Adolfo Bécquer, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, José de Espronceda, Rosalía de Castro y Alfonsina Storni, llegando a mimetizarlos hasta tal punto que consigue hacerlos presentes en cada verso “los espíritus de estos poetas me han hablado, y yo no podía dejar de rendirles tributo”. Las nuevas ediciones incluirán también el poema dedicado a Rubén Darío.
A medida que la obra avanza, el poeta se olvida de tecnicismos hasta toparse con su propia madurez poética “culminar esta trilogía representa mi consagración como poeta, para mí significa haber alcanzado la perfección de mi obra, y, por consiguiente, la perfección de mi espíritu, ya que el arte de escribir es el arte de conocerse a uno mismo”.
La obra dimana una profunda melancolía por la amada ausente, que nace desde el recuerdo bucólico del poeta para ser declamada en elegías universales “¿ves estos libros?, están escritos con un amor que duele, el amor ya ido del que sueña para siempre” son las palabras que se ahondan en el alma del poeta.
En definitiva, nos encontramos ante una obra deliciosa, destinada a marcar un hito en la lírica hispánica.