Xavier Ortega, nos habla sobre «Jordà per Jordà» su obra biográfica sobre Ricard Jordà que ha publicado con Círculo Rojo.
«Jordà per Jordà» es una biografía exhaustiva de Ricard Jordà, un pintor reconocido en Mataró y Catalunya. Cuéntanos cómo fue el proceso de investigación y documentación para dar vida a esta fascinante historia.
A finales de agosto de 2022 nos reunimos por primera vez para afrontar este reto. Al principio decidí grabar las conversaciones para documentarme sobre la vida personal de Ricard Jordà. Charlábamos durante un par de horas todos los viernes, sábados y domingos y luego yo transcribía las ideas principales para luego desarrollarlas con un estilo novelesco, pero en seguida me di cuenta de que no era el mejor método: para buscar un solo dato que completaba una simple frase podía escuchar hasta seis horas de grabación.
Es por eso que al cabo de pocas sesiones (de todo se aprende) decidí hacer preguntas más directas o atacar temas concretos y grabar un máximo de 5 minutos etiquetando cada una de las grabaciones. De esta forma podía recuperar la parte de las conversaciones que más me convenía para acabar de ajustar cualquier párrafo.
Asimismo, casi desde el principio, me sobrevino un trabajo extra con el que no había contado: mi protagonista, como es natural en un hombre de casi ochenta años, recordaba claramente los hechos, pero no los sabía ubicar en una fecha concreta. Así que no escribía nada hasta que no identificaba exactamente la datación de los acontecimientos (más de una vez, insisto, al principio, tuve que descartar y reescribir capítulos enteros que desplazaban en más de una década los hechos relatados).
Afortunadamente, su última mujer dejó un legado impagable. Había completado diversos volúmenes con fotografías, recortes de periódicos, fotocopias de catálogos e ilustraciones de muchas exposiciones. Tenía a mi disposición una trentena larga de carpetas clasificadas por temas y fechas y ésta ha sido mi principal herramienta para investigar eventos, inauguraciones, viajes… Algunas imágenes o recortes de periódicos no estaban fechados, pero la biblioteca Pompeu Fabra de Mataró tiene una gran hemeroteca con muchos de los periódicos de Mataró y la comarca del Maresme. No fue una tarea fácil encontrar todo aquello que me interesaba, porque no está digitalizado, pero al final, absolutamente todo lo que está escrito, está contrastado, correctamente ubicado en el tiempo y descrito con la mayor fidelidad posible. Además, casi cada fin de semana hemos recibido la visita de viejos amigos de Ricard: artistas, pintores y escultores, escritores, críticos de arte, doctores en historia de arte, directoras de galerías o simplemente amigos de toda la vida, nos han iluminado en pasajes que difícilmente hubiera podido concretar por ser estrictamente íntimos o anecdóticos.
Escribir una biografía requiere un trabajo minucioso y riguroso. ¿Qué te motivó a emprender este proyecto y cómo ha sido la experiencia de entrevistar al propio Ricard Jordà para obtener información de primera mano?
Conozco a Ricard Jordà desde hace más de una década. Siempre he admirado su trabajo y en los últimos años había surgido entre nosotros una relación que se acercaba a la amistad. Cuando publiqué mi primera novela, a principios de 2021, la adquirió y le encantó y desde aquel momento, medio en broma, medio en serio, siempre me hablaba de iniciar algún proyecto juntos. El pintaría o dibujaría y yo escribiría, pero no teníamos claro qué íbamos a hacer y durante unos meses nos encontrábamos despidiéndonos con el repetitivo estribillo de “algún día haremos algo juntos”.
Realmente no sé a quién de los dos se le ocurrió primero escribir su biografía, pero cuando nos lo planteamos dejamos de dudar y dejar las cosas para mañana y nos pusimos a trabajar de inmediato. ¿Hay algo más motivador que embarcarse en la biografía de alguien a quién admiras y que te ofrece todo su tiempo para ayudarte a conseguir a crear un nuevo libro?
Entrevistar a Ricard no sólo me ha permitido conocerlo en profundidad (no me ha ocultado nunca nada desde el principio), sino que además ha hecho que crezca un vínculo especial entre nosotros que ya mantendremos hasta el final de nuestros días. Además, he podido conocer a personas interesantísimas, sus amistades de toda la vida vinculadas al mundo del arte o de la cultura en general. He podido acercarme a su familia, que se ha interesado enormemente por el proyecto y nos ha ayudado muchísimo en completar y detallar vivencias personales que no sería posible encontrar en ninguna hemeroteca. He frecuentado círculos intelectuales a los que no se me hubiera ocurrido acceder sin su compañía. Le estoy muy agradecido y ahora hemos llegado a un punto en nuestra relación en el que nos congratulamos mutuamente por habernos encontrado.
La novela está escrita en primera persona, lo que le da un toque único y personal. ¿Qué te llevó a tomar la decisión de narrar desde esta perspectiva y cómo crees que afectó la narrativa y la conexión con el lector?
Ésta fue una de las primeras decisiones que tomé y hay dos razones primordiales. La primera es que, como todo ser humano, el protagonista de la obra no es perfecto, se ha equivocado o no siempre ha actuado de forma benevolente. Si hubiera escrito el texto en tercera persona hubiera corrido el riesgo de “blanquear” los pasajes más oscuros de su vida; no hubiera sido objetivo en muchas situaciones y la novela se habría convertido en una hagiografía edulcorada. Es difícil dejar mal a alguien que admiras y si además entablas una relación de profunda amistad aún es más difícil dejar de lado la subjetividad. Todo esto dejaba de ser un problema al escribir en primera persona: narro cualquier aventura como si él la explicara y dejo que el lector opine sobre si aquella actitud o comportamiento es heroico, injusto, ético o inmoral.
El segundo motivo también es fundamental. Jordà podía resumir un acontecimiento o una situación en pocas palabras y yo debía darle al hecho en sí un toque de ternura, o amargura, o rabia o amor para amenizar la lectura. O, en otras ocasiones, introducía un capítulo con una opinión o una reflexión íntima y personal, escribiendo las palabras como si él mismo las estuviera relatando en ese momento. Esto sería imposible si no coincidiéramos en casi todos nuestros valores y principios. Tener una filosofía de vida y pensamiento muy similar te da la libertad para poner en boca del protagonista ideas propias con las que, por otra parte, siempre, siempre ha estado de acuerdo. Ni en los momentos descritos más crueles y rotundos que podrían debilitar su imagen, no ha cambiado ni una sola coma… «Molt bé Xavi. Ho has clavat!». No creo que hubiera sido posible escribir en primera persona sin esta afinidad, puesto que nunca nos pondríamos de acuerdo en, por decirlo de alguna manera, mis aportaciones ideológicas. Su valentía a la hora de dejarme explicar sus errores, cuando yo pensaba temeroso «esto lo va a querer cambiar» me ha conmovido y es impagable. Jamás me ha pedido que cambie ni una sola palabra.
Una biografía se basa en hechos reales y no deja cabida para la ficción. ¿Cómo enfrentaste los desafíos de contar una historia veraz y, al mismo tiempo, mantener el interés y la emoción del lector?
La historia más simple puede ser sublime si se escribe con maestría. Si no que le pregunten a los seguidores de Saramago, entre los cuales me cuento.
Por ejemplo, yo podría escribir que en 1986 murió su madre y pasar a otro hecho que se ubica en la misma época, pero eso no aporta nada en el sentido literario así que lo que hago es dedicar un capítulo a esa muerte y explicar cómo se siente alguien que pierde a su ser más querido. Las dudas que te asaltan, el remordimiento por todo lo que no has hecho, la tristeza, el dolor… Todos hemos sufrido pérdidas a lo largo de nuestras vidas y el lector, conozca a Jordà o no, se puede sentir totalmente identificado por cómo expresa el dolor alguien que pierde a su madre. Así intento que sea todo el relato: cuando explico la forma de amar, de odiar o de disfrutar, intento que cualquiera pueda descubrir que se ha sentido así y no sabía cómo expresarlo.
Si algo he aprendido con este trabajo es que cualquier persona es digna de tener una biografía, cualquier persona es un héroe que aún vive porqué ha superado uno, cien o mil obstáculos. La cuestión está en explicarlo de un modo que pueda llegar a emocionar, enternecer o cautivar al lector. Espero haberlo conseguido…
En tu experiencia como escritor, has publicado previamente «El deixeble incorregible» con el apoyo de una editorial, pero esta vez has optado por la autoedición. ¿Cuáles fueron las razones detrás de esta elección y qué aprendizajes has obtenido del proceso de autoedición?
La idea de autoeditar nunca me ha gustado. Es como obligar a tus amigos y familiares a que compren tu libro, sea bueno o malo, porque has decidido invertir un dinero en tu ego y lo quieres recuperar. Seguro que hay muchos libros buenos autoeditados. Seguro. Pero es el primer pensamiento que me viene a la cabeza…Pero éste era un libro que por su formato y medidas y por estar ilustrado con imágenes en color, nos cerraba las puertas a unas cuantas editoriales en las que probamos suerte. Queríamos además que el libro fuera de tapa dura, sin sangría en algunas páginas para agrandar algunas de las imágenes… Es difícil conseguir imprimir algo que no se adecue al formato estándar (normalmente el típico A5 de 14,8 x 21). Por casualidad, buscando más editoriales por la red, topé con Círculo Rojo y me pareció una buena idea probar con la autoedición ya que se podían adecuar a nuestras exigencias (tapa dura, ilustraciones en color, tamaño de páginas interiores a 19 x 26) …Espero que el resultado final se convierta en una edición de lujo.
Como escritor de novela ilustrada, ¿cómo se combinan las imágenes y las palabras en «Jordà per Jordà»? ¿Qué papel juegan las ilustraciones en la narrativa de la biografía?
La mayoría de capítulos contienen una o varias imágenes que corroboran, completan o complementan el contenido del capítulo en cuestión. Todas, sin excepción, son necesarias porque influyen en la información. Al contrario de lo que se pueda intuir, la mitad de las fotografías no son de cuadros, pinturas o esculturas creadas por el artista. Las hay cuando se habla específicamente de un cuadro, pero en la mayoría de ocasiones son retratos de la vida cotidiana del protagonista. Su escuela, sus primeros pinitos en el dibujo a los 10 años, sus cualificaciones de primaria, el equipo de futbol, la casa de sus padres… Todas ellas complementado cada capítulo al que pertenecen, y nunca amontonadas sin sentido en las páginas centrales.
Ésta es la parte en la que nunca me hubiera imaginado entrometerme. Cuando ya había escrito más de la mitad del libro empecé a insertarlas en los espacios que mi criterio me dictaminaba. No acababan de quedar bien, así que hice un curso acelerado de maquetación (investigando por las redes) hasta que pude moverlas, recortarlas, ajustar el color o el brillo, interponerlas… Me obsesioné tanto con la maquetación que acabé contando los caracteres de cada línea para obtener la cantidad que se recomienda en estudios que aseguran hacer más agradable la lectura.
Seguro que he hecho algo con una simple aguja y un poco de hilo cuando podía haber utilizado una máquina de coser si hubiera sabido su funcionamiento, pero el resultado final, visto con mis ojos, ha quedado muy bien para provenir de una faena artesanal…
Has mencionado que tu gran pasión es el cine clásico. ¿Cómo ha influido esta pasión en tu escritura y en tu enfoque narrativo en «Jordà per Jordà»?
En este trabajo no demasiado. La razón es sencilla: no me regocijo en largas descripciones de paisajes, rostros o interiores. En “El deixeble incorregible” era más latente esta influencia. Si tenía que describir una gran mansión imaginaba un plano cenital general del edificio. La cámara se acerca hasta ver los detalles de la puerta principal. Se abre y vemos el interior… En la mayoría de películas hay un storyboard previo al rodaje, es decir, se hace una especie de cómic en donde, a parte de la interacción de los personajes, se dibuja con detalle una nave espacial, su interior; un comedor, los muebles que lo componen… Si has de describir algo primero lo has de imaginar con todo tipo de detalles (cómo si en tu mente encadenaras diversas páginas de storyboards) y si no tienes suficiente imaginación el cine te puede inspirar porque cualquier escenario imaginable o inimaginable se ha rodado ya en un decorado o en un exterior natural.
Pero en una biografía el escenario ya está fotografiado. Existe o ha existido. No necesitas imaginar. Si quieres describir una sala de exposición, un snack-bar, o una masía perdida en las afueras de Montanyola, visita el lugar u observa una buena fotografía y, sobre todo, no inventes por más que grandilocuentes formas pudieran ensalzar el lugar que quieres presentar.
La novela está escrita en catalán, tu lengua materna y la que te permite expresarte mejor. ¿Qué desafíos y ventajas encuentras al escribir en catalán, y qué te inspira a seguir haciéndolo en esta lengua?
Probablemente el sueño de todo escritor, o aspirante a escritor, sea crear un bestseller. Que tu obra sea traducida a más de treinta idiomas y que seas conocido en todo el mundo ha de ser maravillosamente gratificante. Pero para conseguir esto has de ser un genio o debes tener contactos. Desgraciadamente no me ubico en ninguno de los dos escenarios y reconozco que a veces me frustra ver a tanto cretino mediático vendiendo lo que ha escrito otro o ganando premios que no merecen.
Pero me resigno y dejo a un lado mis aspiraciones. Me conformo con llegar a una parte de mi gente. Nuestra lengua hace años que está en proceso de extinción, un hecho incontestable, a pesar de la ridícula opinión de la derecha y la extrema derecha de la España más rancia.
Sin embargo, no escribo en catalán por un idealismo o convicción política; al ser la lengua en la que pienso las palabras fluyen con más facilidad y si lo hiciera en castellano estaría prácticamente traduciéndome. Sería antinatural. Pero sí que, en algún lugar de mi corazón, me gusta pensar que aporto un ínfimo granito de arena para defender nuestro bello idioma y nuestra gran cultura.
«Jordà per Jordà» ofrece un recorrido por diferentes etapas históricas de España y Catalunya. ¿Cómo logras capturar la esencia de cada época y transmitirla a los lectores a través de la vida de Ricard Jordà?
Quizá sea la parte más fácil. Por ejemplo, cualquiera que lea sobre la posguerra sabrá que había miseria y opulencia dependiendo del bando al que eras fiel o de otras circunstancias. Entrevistando a alguien que lo vivió, en poco tiempo sabrás si era republicano y cayó en la miseria por no haber traicionado sus ideales, o si se convirtió en un burgués porque alabó el régimen, o si tuvo que disimular para conservar lo que tenía… Cada quién actuó como quiso o como pudo, pero dentro de un marco histórico definido infinidad de veces.
Todas las penurias de la posguerra, la dictadura, la transición, la democracia… Toda la historia de la España del siglo xx es accesible para cualquiera y el matiz está en cómo la vive, la sufre o la disfruta el protagonista. Como en toda etapa convulsa hubo gente que murió, que ascendió o que simplemente sobrevivió, pero la realidad social y la historia de cada periodo está explicada por múltiples historiadores desde hace décadas. Mi protagonista es un superviviente que a finales de los sesenta y principios de los setenta se manifestó a través de su pintura contra el fascismo. Vivió la más absoluta miseria de niño, pero sobrevivió. Argumentar su trayectoria vital a través de las diversas épocas sociopolíticas que ha vivido España y Catalunya ha sido lo más fácil (en términos de investigación) de este trabajo, porque las vivencias del protagonista son subjetivas, pero no la descripción genérica de cada época.
Además de la biografía de Ricard Jordà, ¿tienes algún otro proyecto literario en mente para el futuro cercano? ¿Qué podemos esperar de tus próximas obras?
Precisamente cuando empecé a trabajar con Ricard Jordà estaba ya escribiendo otra novela, que dejé aparcada para dedicar todas mis horas libres a la biografía. Era de una temática similar a la de mi primera novela “El deixeble incorregible”, es decir, un rompecabezas que el lector descifra al final sin darse cuenta que le habían presentado un rompecabezas. Pero ya hace demasiados meses que la dejé aparcada y ahora me gustaría desmontarla para adentrarme en la ciencia-ficción. Ya veremos… Puede que todo el realismo que demanda una biografía me haya hecho pensar en que necesito imaginar un nuevo mundo para no encorsetarme en nuestra realidad…
¿Te gustaría conocer las apasionantes historias de escritores modestos, pero no por ello menos buenos?
Únete a nuestro canal de Telegram (es gratis) para ayudarnos a darles voz a esos escritores que necesitan un empujón. Sus vivencias e historias para publicar sus libros, su pelea para hacerse un hueco y su mensaje es igual o mejor que el de cualquier top ventas. Únete a nuestro canal para descubrirlos y apoyarles.