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Una charla con María J. Adelantado, autora de la obra “Sonata Telúrica en La Mayor”.

Una charla con María J. Adelantado, autora de la obra “Sonata Telúrica en La Mayor”.
  •  Tu primera obra, “Amando”, nació de tu experiencia en El Salvador. ¿Cómo influyó esa vivencia en tu enfoque literario y en la decisión de convertir esas experiencias en un libro de cuentos?

Bueno, yo ni siquiera escribí un diario ni tomé notas ni fotos durante esos años. Quería evitar en lo posible una actitud o distancia antropológica, quería simplemente aprender, disfrutar de vivir ahí, con esa gente, en plena naturaleza, en un ambiente tan distinto al mío de origen. Pero al regreso, todo el mundo me preguntaba asombrado cómo era la vida diaria en un lugar sin agua corriente ni electricidad, y además de ser muy cansado repetir una y otra vez, me di cuenta de que era imposible no distorsionar aquellarealidad al contarla. Entonces, en parte también para preservar mis recuerdos –porque todas las historias arrancan de un hecho real– decidí escribir un libro de cuentos, para, digamos, contarlo desde dentro. Naturalmente, salió en el lenguaje vernáculo, rico y lleno de variantes respecto al castellano de aquí. Al final, tuve que poner un pequeño vocabulario para facilitar la lectura a quienes no conocieran El Salvador. 

  • Has tenido una amplia trayectoria en trabajo humanitario y voluntario en diferentes partes del mundo. ¿Cómo ha impactado tu experiencia en El Salvador y Colombia en la creación de tus historias y en la perspectiva que compartes en tus escritos?

Ha impactado completamente. Todo lo vivido influye. Esta novela, Sonata Telúrica, transcurre en muchos escenarios y para mí, los personajes han sido casi excusas para contar la historia de la transformación que tiene lugar en el mundo. Por tanto, la experiencia directa en lugares lejanos, con gentes distintas, de otras culturas, me ha dado algo de confianza para atreverme a escribir esta historia que, en gran medida, va sobre el planeta Tierra en su conjunto, como unidad. Y claro, una ocupa un lugar particular en el mundo. En ese sentido, es un atrevimiento que me he concedido en parte gracias a haber conocido varios de esos lugares.

  • “Sonata Telúrica en La Mayor” es tu primera novela. ¿Qué te motivó a pasar de la narrativa corta a una novela, y cómo fue el proceso creativo en esta transición?

La historia de transformación que quería narrar requería extensión, era inevitable. Por eso no fue exactamente una decisión pasar del relato a la novela. He estado incubando esta novela muchísimos años, desde el 2003 por lo menos. Varias veces la empecé, pero cada vez me daba miedo y la dejaba. Sabía que aún no estaba lista para emprender unproyecto tan ambicioso, y al mismo tiempo, intuía que el mundo no estaba listo para acogerlo. Finalmente, en 2018, me puse manos a la obra ya en serio, decidida a seguir hasta el final. Había llegado un momento en que, si no la escribía yo, alguien más iba a escribir algo muy parecido porque ahora ya sí flotaba en el Espíritu del Tiempo.

  • La novela está ambientada en un futuro utópico, en la Nueva Era. ¿Cómo concebiste este escenario y qué mensajes o reflexiones esperas transmitir a los lectores a través de esta utopía en clave profética?

El escenario se fue concibiendo poco a poco, a medida que escribía. La verdad es que empecé sin mapa ni estructura, todo emergió cuando obtuve las dos primeras frases, el primer párrafo. Ahí salió la voz que se me había resistido y la ubicación temporal que hacía verosímil esa sociedad utópica: un futuro ya pasado, de hechos consumados. La Gran Noche, mucho me temo, era necesaria para que pudiera emerger ese futuro amable y cuidadoso con la Tierra que relata la Sonata Telúrica. No sé, a medida que avanzaba entendí que también puede entenderse como una llamada de emergencia a la revisión personal y a la responsabilidad sobre nuestro propio crecimiento, nuestro impacto en el mundo y nuestra toma de consciencia. Es como si nos dijera a todos: te quedan 12 años para ubicarte entre los Idos o las supervivientes.  

  • Parampara, la protagonista de “Sonata Telúrica en La Mayor”, comparte las memorias de varias generaciones de mujeres de su familia. ¿Cómo abordaste la construcción de estos personajes femeninos a lo largo del tiempo y qué aspectos quisiste destacar en sus historias individuales?

Quería destacar que no nacemos en un vacío, que la vida personal está profundamente intrincada con el momento histórico que nos toca vivir, pero también con las vivencias particulares de nuestros ancestros, del árbol genealógico del que somos fruto. Como me interesaba alumbrar un futuro global amable –que en el presente parece casi impensable– era preciso que la historia fuera transgeneracional. Las acciones de la madre, la abuela, la bisabuela y la tatarabuela de Parampara tienen eco en su vida, aunque a varias no las haya ni conocido. Para que nuestra protagonista avance en su camino de auto conocimiento, es importante que conozca, reconozca y honre la historia de vida de las que la precedieron, de su origen. Todas ellas tienen historias bastante truculentas que en buena medida posibilitan y explican el contexto histórico al que llega Parampara y los lances que la vida le presenta. 

La autora posando en una foto de Jordi Pla.
  • Tu formación incluye un Máster en Género y Desarrollo. ¿Cómo has integrado estas perspectivas de género en tu escritura y en particular en la creación de personajes femeninos fuertes como Federica, Lola, Joana y Marina en tu novela?

La perspectiva de género embebe la novela. Por una parte, todos los personajes importantes son mujeres, los varones están un poco de apoyo. Yo no creo que el futuro real ideal deba ser así, pero quería mostrar la desigualdad actual como en una especie de espejo deformado. No me importa incomodar. De hecho, creo que es necesario. Hay un capítulo entero dedicado a una reunión planetaria de mujeres supervivientes de violencia machista. Espero que conduzca a muchos a la reflexión. En la pregunta, has mencionado las cuatro generaciones de ancestras de Parampara, pero además hay dos generaciones de descendientes: Gaia, su hija, con ese nombre tan sugerente y cuya historia nos conduce a Hebrón, donde está la Tumba de los Patriarcas. Digamos que he querido, simbólicamente, trascender el patriarcado, nada menos. Y está Silsila, la nieta, a quien va dirigido el libro, porque queremos dejar un mundo mejor a las que vienendespués que nosotras. Y con Silsila, el centro gravitacional se desplaza de las religiones del Libro hacia otras formas de entender la Vida, o a Dios, y de estar en el planeta.

  • Has vivido en diferentes lugares, como Londres, y ahora resides en Valencia. ¿Cómo ha influido la diversidad de tus experiencias geográficas en tu escritura, y en particular, en la creación de los entornos y escenarios en tus historias?

No todos, pero sí casi todos los escenarios que recreo los conozco de primera mano, entonces es más fácil transportarte al ambiente, pero he tirado mucho de internet para recrear escenarios porque he andado por el mundo sin cámara de fotos y claro, muchos detalles se olvidan. 

  • La novela abarca eventos del último siglo de la Era Ida, reflejando nuestra historia reciente y presente. ¿Cómo decidiste seleccionar y tejer esos eventos específicos en la trama, y cuál fue el mayor desafío al abordar esta tarea?

Fui a lo más brutal, a lo más urgente: las guerras, el cambio climático, el hambre en el mundo, la violencia contra las mujeres, el negocio de la vivienda, el desastre ecológico. Son muchos los males que nos acechan. No es difícil hacer una lectura apocalíptica del presente. Lo curioso es que no fue un gran desafío solucionar esos males con una humanidad más humilde, más consciente de su ser parte de un Todo mayor. Además, esa nueva humanidad ya está en acción. Muchas de las cosas que creía estar inventando, miraba en internet y ya existen, o muy parecidas. 

  • En sus memorias, Parampara busca transmitir la memoria de su árbol transgeneracional. ¿Cómo exploraste y desarrollaste el tema de la memoria y la conexión entre generaciones a lo largo de la novela?

Pues eso también fue surgiendo poco a poco y cayendo en su sitio. La guerra civil española es fundamental en el transgeneracional de mi generación, porque varios de nuestros ancestros la vivieron, de adultos o de niños, en un bando u otro, con todas las heridas que eso conlleva. Eso había que sacarlo a la luz e intrincarlo con la vida de Parampara. Lo mismo con el conflicto Palestina-Israel, que es prominente en la novela. En fin, la conexión entre todas ellas, siete generaciones de mujeres, se fue dando en coincidencia con los momentos más relevantes del último siglo en distintos escenarios.

  • Hablando de tu experiencia como escritora, ¿cómo ha sido la experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo? ¿Qué aprendizajes o desafíos has enfrentado en este proceso editorial?

Ha sido una muy buena experiencia profesional. Hay claridad en la información, cumplimiento de plazos, trato amable y respetuoso. También ofrece buenas herramientas de promoción. Al mismo tiempo, mantienes el control sobre tu obra, con la responsabilidad que eso conlleva. Para mí, es muy recomendable. 


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