Una breve charla con la prometedora escritora Ángela de la Fuente
¿Qué te inspiró a escribir «Antítesis» y cómo se diferencia de tu primera obra, «Frágil disparate»?
R: Realmente no creo que hubiese algo que me «inspirase» a escribir «Antítesis», surgió realmente solo. Igual que con mi anterior libro, lo que hice fue recopilar una serie de poemas que, tras un cierto tiempo, cobraban sentido en un conjunto por los acontecimientos sucedidos en mi vida. Fue con el paso de los meses que me di cuenta de que tenía material para relatar otra «historia». Lo que me inspiró básicamente, fue vivir ciertas cosas y sacar determinadas conclusiones de ellas.
¿En qué se diferencia de «Frágil disparate»? Se diferencia en que es, como su propio nombre indica, una antítesis. La Angy de «Frágil disparate» es más pequeña durante la cronología que corresponde al libro (de los quince a los viente años), mientras que la de Antítesis es más madura en general (desde los 21 hasta los 23), por lo que la forma de escribir también es más madura, a nivel estilístico, y lo que cuento, es con un tinte menos infantil, menos naíf. Más consciente de sus emociones, más consciente de las contradicciones de la vida y de sus adversidades. Es una antítesis a la Angy como persona y no sólo escritora, una Angy que ya no es pequeña, débil y dependiente como en «Frágil disparate», sino una Angy enorme, fuerte y resolutiva por sí misma. Es una antítesis a lo que mostraba en el anterior libro a nivel estético: en «Frágil disparate» ningún poema tenía título a excepción de dos, sólo había poemas como contenido, todos ellos largos, y la casi absoluta mayoría eran poemas de amor dedicados a diferentes personas. En «Antítesis» todos tienen título, hay también prosa lírica, poemas cortos y largos, y aunque el amor romántico predomina, el amor propio, el desamor, el amor por la familia y amigos, e incluso por una mascota son ideas nuevas que tratan en este libro. Y, por supuesto, es una antítesis porque quien inspiró la casi totalidad de «Frágil disparate» fue una persona que, lejos de quererme bonito y cuidarme bien, más bien me hizo trizas, aunque yo eso no lo sabía, lógicamente, cuando escribía el libro. En «Antítesis» la persona que inspira una buena parte, sin ser tampoco la principal protagonista, es completamente diferente a esta anterior, y me enseña un amor que resultó la antítesis del que yo había conocido y del que yo hablaba en mi anterior libro.
En «Antítesis» hablas de un amor propio que surge tras superar un amor que hiere. ¿Podrías contarnos un poco más sobre cómo ha sido tu propio viaje hacia el autodescubrimiento y el amor propio?
R: Mi viaje hacia el autodescubrimiento y el amor propio es precisamente un camino guiado por el desamor. Como contaba brevemente en la anterior pregunta, en «Antítesis» hablo de un amor completamente diferente al que vivía en mi primer libro. Este amor de «Frágil disparate» era un amor que, si lees entre líneas del libro, se descubre muy dependiente y en cierta medida es inquietante la idolatración que manifiesto por este amor y quien me lo da. Poco después de publicar este primer libro, mi relación romántica con esta persona se empieza a tambalear por diferentes motivos que venían de hacía tiempo, y finalmente, me doy cuenta de que estoy sumida en una relación de dependencia y toxicidad. Yo era una persona con muy poca autoestima, con carencias afectivas y con una necesidad de sentirme valorada y querida constante, y di con alguien que junto a mí creó una bomba de relojería. Cuando soy consciente de esto, y de que estaba consumida por esta persona, empieza un proceso de duelo en la relación en el que voy descubriéndome a mí misma, y me doy cuenta de que tengo que parar de mirarme a través de los ojos de otro para poder quererme. Al final, aunque esos meses de duelo mientras seguía con él fueron muy duros, sin duda siento que me hicieron nacer de nuevo. Desde aquello, soy la mejor versión de mí misma. Independiente, fuerte, y lo mejor, que me quiero a mí misma por mí, no por nadie.
Eres músico y musicóloga además de poeta. ¿Cómo influye la música en tu proceso creativo y en tu poesía?
R: La verdad es que creo que no sabría escribir si no fuera música, porque en la mayoría de los casos que escribo, necesito escuchar algo de música para inspirarme. Casi nunca repito canción o pieza cuando escribo un poema, siempre son temas diferentes. Además, yo encuentro la «musicalidad» de mis poemas precisamente porque cuando los escribo, en mi cabeza existe un ritmo, una melodía, una entonación que es lo que efectivamente convierte las palabras en un cómputo de versos y no en líneas. Además, al ser musicóloga, incluyo muchas referencias musicales en mis poemas, si bien referente a ideas como la melodía, el ritmo, o a compositores como Beethoven o Stravinsky.
«Antítesis» desmitifica los tópicos del amor romántico. ¿Qué mensaje esperas que los lectores se lleven sobre el amor tras leer tu obra?
R: Me gustaría que quien lea mi libro pueda vislumbrar un poco qué debe o no permitir en una relación. Al final mi relación es mía, y yo junto con mi pareja somos los que marcamos los límites; no quiero que la gente coja textualmente los límites que yo tengo en mi relación, quiero que la gente pueda leer mi libro y decir «pues esto que habla la autora me parece muy bonito, me gustaría que alguien hiciera algo así por mí». Quizás no sucede como yo lo relato para esta persona, pero si el lector le gustaría sentirse así, ¿por qué iría a conformarse con menos que eso? Quiero que la gente pueda leer mi libro y pensar «este amor del que habla es muy bonito, yo quiero algo así para mí». Y que no se queden con las migajas de nada ni nadie. Y sobre todo, que no busquen el amor de nadie para quererse a uno mismo. Sólo hay una persona que te va a acompañar toda tu vida independientemente de lo que hagas, y esa eres tú.
¿Cuáles fueron los mayores desafíos que enfrentaste al escribir «Antítesis» y cómo los superaste?
R: Honestamente, el mayor desafío fue terminar el libro. Con mi anterior obra yo me marqué un límite temporal para terminarla, y así lo hice, pero con este libro no. No sabía cuándo debía terminar. Mi vida no había experimentado ningún cambio «significante» como para cambiar el tema e hilo conductor de la historia lo suficiente como para necesitar empezar otro libro, todo estaba muy estable (por suerte). Entonces no sabía cuál era el momento de finalizarla. Al final le puse punto y final cuando encontré el poema perfecto para ponerle fin, porque simplemente ya no había más que contar. Lo que quería contar ya se había entendido, ¿para qué seguir sin ton ni son? Era el momento de cortar. Escribí un pequeño poema para el final, y así es como terminé. Pero me costó bastante encontrarle el final porque ni me había marcado un límite, ni las cosas eran tan diferentes como para obligarme a acabarlo.
¿Tienes algún ritual o rutina especial que sigues cuando te sientas a escribir?
R: Normalmente no estoy ni sentada, de hecho suelo estar tumbada, jeje. Pero sí, acostumbro normalmente a escribir de noche, a oscuras, con música en mis auriculares y poco antes de irme a dormir. Casi siempre escribo estando tumbada en la cama. En algunas ocasiones he escrito tumbada y por la noche, pero sin música. Otras, de día y sentada, pero con música. Otras, fuera de mi casa, en un tren, por ejemplo, pero con música y de noche. Pero sí, casi siempre escribo con estos dos elementos básicos: música y noche. Ah, y siempre escribo los poemas en las notas del móvil. Quizá no es muy bohemio por mi parte, pero me resulta más fácil para poder rectificar y borrar si algo no me gusta. Luego cuando lo he terminado, siempre lo paso a una libreta donde los escribo a mano. Pero en el momento de escribir, siempre es con el móvil.
A lo largo de tu carrera, ¿qué autores y libros han sido una gran influencia para ti y por qué?
La poetisa que más me ha inspirado estos últimos años ha sido Sara Búho. Fue una de las primeras poetisas contemporáneas que yo leí, con su libro «La ataraxia del corazón» y su libro «Fragilidades» ha sido uno de los que más me han marcado en mi vida. Me recorrí la Feria del Libro de Madrid en 2023 entera sólo porque me firmase todos los libros que tengo de ella. Siento mucha admiración por ella. También me gustan mucho Saray Alonso y César Ortiz. De otras épocas, he leído un poco de todo. Shakespeare, quizá el más antiguo, me fascina. Dickinson, Bécquer, Butler Yeats de la época romántica son mi perdición, y de la generación del 27 Vicente Aleixandre, García Lorca, Pedro Salinas… Pero me queda aún mucho por leer y muchos autores que descubrir. Todos al final me sirven para inspirarme a la hora de escribir, en su mayor o menor medida, pero todos ellos son los que más he acostumbrado a leer, más que nada porque son los que he estudiado cuando daba Literatura durante el Bachillerato y las otras asignaturas de Literatura complementarias durante la carrera.
Sabemos que estás trabajando en nuevos proyectos. ¿Podrías adelantarnos algo sobre tus próximos trabajos y lo que podemos esperar de ellos?
R: Actualmente estoy trabajando en mi tercer libro, pero tengo mucho trabajo tanto laboralmente como a nivel académico, así que lo voy haciendo muy a poquitos, pero como tampoco me corre prisa, no me preocupa. Sí que puedo decir que el próximo libro quizá tenga ilustraciones, o al menos esa es la intención, cosa que no ha tenido ninguno de estos dos que tengo publicados. Lo que sí que puedo contar es que en este tercer libro, voy a empezar también a escribir sobre cosas que NO me pasan a mí, sino en situaciones hipotéticas (aunque quizá me sirva de inspiración de alguna trama secundaria que aparezca en la vida de mis amigos y familiares, pero está por ver). Eso es todo lo que puedo contar de esta próxima publicación literaria (aunque de lo que estoy segura es de que no será pronto, ya que acabo de sacar el segundo como quien dice). Lo que sí espero es que guste como mínimo igual que «Antítesis».
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