Senderos para amar, la obra del escritor canario J. Javier Santana

Para quién no te conozca, ¿quién es J. Javier Santana?
Nací en el año del primer álbum de The Beatles, justo el día en el que arrasaron con «Can’t Buy Me Love» en USA. Soy natural de La Atalaya de Santa Brígida, un pueblecito del centro de la capital (Las Palmas de Gran Canaria), caracterizado por su tradición locera o alfarera, como mejor prefieran denominarla. Muy orgulloso de mis ancestros, Talayero de pura cepa. Enamorado de las letras, buzo de la conciencia, peregrino de la vida que nace y hace, de su diversión reflexiva, pura vocación narrativa. Llevo algunos años debatiéndome con el mundo de las palabras y, siempre que ellas lleven cosas que puedan contribuir a mejorar un poquito más nuestro mundo, me daré por satisfecho. Convino desde hace más de catorce años mi vocación literaria con la actividad inmobiliaria, y desde hace algunos años también estudio Filosofía.
¿Cómo nace tu vena escritora?
Creo que esa vena convive con uno desde el momento en el que surges a la luz de la vida, otra cosa bien distinta es el tiempo en el que se tarda en descubrirse. Pienso que todos llevamos un pequeño escritor dentro. Fue justo en el momento en el que hacia el servicio militar cuando afloraron mis primeras poesías, no sé si fruto de la situación que vivía en aquel entonces; daba la sensación de que la vida se había paralizado, atrapado en un sin sentido, o figuraba en modo avión. Comienzas a leer con mayor asiduidad o te muestras interesado por esa lectura que vaya nutriendo esa inquietud resurgente. Aparecen Machado, Lorca o el propio Miguel Hernández con las “Nanas de la cebolla”: “Desperté de ser niño, nunca despiertes. Triste llevo la boca, ríete siempre. Siempre en la cuna, defendiendo la risa pluma por pluma”. Tras el servicio militar me encuentro con todo un mundo por descubrir y ahí cayeron en mis manos “Tus zonas erróneas”, de Wayne Dyer o la profunda sabiduría contemplativa de “Siddhartha” por Hermann Hesse. Mi pequeño escritor comenzaría a descubrir otras sendas por donde escarbar. Sigo con la vena de poeta, nunca me ha abandonado; pero comienzo a combinar la poesía con relatos cortos en forma de cuentos o reflexiones que han ido encontrado acomodo en las redes sociales.
¿Cuántos libros has publicado ya?
Soy autor de “Senderos para Amar” (2014), obra que da título a mi primer ensayo literario. En él, el lector, podrá encontrar una guía para ese tan bello, pero al mismo tiempo complejo, arte de amar. Un hilo para leer, reflexionar y compartir en cualquier época del año. “Una expedición a la verdad” bajo la representación de una diversa batería de reflexiones, pensamientos, cuentos y citas seleccionadas que despejarán la conciencia de todo aquel que se preste a su lectura. Como diría el prologuista de Senderos para Amar, el Dr. Roberto Arteaga Crespo: “El optimismo está siempre presente en esta obra, por lo que invito a todos los amantes de la buena lectura a compartir las ideas, pensamientos y experiencias emanadas de este novel escritor pletórico de fe cristiana, esperanza y mucho amor”.
¿Qué es lo que más destacarías de “Senderos para Amar”?
Yo destacaría tres aspectos. El primero, ir a la página número 53 y embriagarte de la sabiduría oriental que nos regala Mima (Hilda María Bomnin Méndez) a través de su ventanita abierta desde Cuba. Un relato en forma de carta, un extracto en el proceso de elaboración de Senderos para Amar manado de sus comentarios. Una carta para oxigenar al peregrino que transite por las páginas de Senderos. Yo recomiendo que lo lean porque no tiene desperdicio. Nos deja cosas como estas: “En mi opinión, el tiempo es tu vida y el presente es el más importante”. Es la razón, la raíz que le da vida al resto de la obra desde su nigromante Jardín Sagrado. El segundo aspecto, es el comentario de mi querido amigo Juan Francisco Díaz y que versa así: “Auténtico libro de vida, no para leer y guardar, sino para usar como herramienta y guía en senderos que día a día andamos. Cada frase te lleva a reflexionar y eso hace una lectura que te coloca y amuebla por dentro, es como un sendero que te lleva a conocerte mejor para darle en amor verdadero a los que te rodean”. El tercer aspecto lo aporta mi compañera de viaje, mi medio yo, Ingrid Arteaga Bomnin, sin ella este libro aún seguiría en la gaveta.

¿Cuánto tiempo te ha llevado escribirlo?
Desde muy joven mis pensamientos vivían impresos en borradores dentro del cajón de la mesa de noche. Somos como semillas de la mano de un Sembrador, si nuestra tierra es fértil brotaremos y, en el peor de los casos, Él siempre nos ayudará a identificar sobre qué clase de tierra pretendemos echar raíces. No existe la tierra perfecta para labrar, toda tierra debe ser adecentada para poder cultivarse. Para alguien como yo que disfruta escribiendo, Senderos para Amar, es un auténtico sueño hecho realidad. Para su redacción tuve en cuenta aquellas reflexiones que más calaron o fueron comentadas a través de la Fanpage de Facebook en un periodo de dos años. Cada día, en medio de mi meditación matutina, nació y siguen naciendo las reflexiones. Todas contienen temas cotidianos donde el peregrino de la vida se ve involucrado en primera persona o desde su propia contemplación. Muchas están plenamente influenciadas por mi fe en Dios. Su figura vive muy presente en la redacción de Senderos para Amar, yo solo le puse tinta a lo que Él fue poniendo en mi corazón.
¿Alguna anécdota que puedas contarnos?
Existe una anécdota muy curiosa relacionada con el libro de Senderos para Amar, uno de mis lectores al observar la portada me dice que soy yo el peregrino que transita por los caminos sembrando corazones. En la mochila del peregrino ya se encuentra a punto de publicar mi segundo libro con la Editorial Gunis: “Pepe Cañadulce, el hombre de acero inolvidable”. Un cuento infantil que le dará vida a una pequeña historia de un héroe que pasó entre humanos y no supieron verlo como tal, salvo un pequeño llamado Joselito. Esta historia fue presentada en dos ocasiones para un concurso que celebra anualmente la Fundación Mapfre Guanarteme sobre cuentos solidarios, un proyecto sociocultural promovido también por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, cuyos beneficios por la venta del cuento ganador son destinados a una organización benéfica a elegir por el autor ganador. Visto la imposibilidad de ganar dicho concurso, lo presenté a la Editorial Gunis y, no solo ha recibido el apoyo y colaboración de varias instituciones, sino que una parte de la venta del libro irá destinada a la Asociación para la diabetes de Gran Canaria (Adigran). Lo que no puede ser de una forma, será de otra. Magnífica mochila del peregrino.
¿Qué opinas de la sociedad actual para el trabajo del escritor?
Pienso que hoy las posibilidades para un escritor son infinitas. Quién tenga la vena, el deseo, la pasión por escribir, dispone de todos los medios a su alcance para emplearse en la materia. Los lectores no tienen necesariamente que trasladarse a una librería para hacerse con un libro. Lectura en dos clicks desde el móvil. Talleres de escritura, cursos online de narrativa, cursos de como presentar un manuscrito a una editorial, las redes sociales en general y en particular este periódico digital, al cual le estoy muy agradecido por darme la oportunidad de esta entrevista y participar en los artículos de opinión. Se dispone de la opción de autopublicar o de intentar seducir a una editorial para que te publique. Existen múltiples mecanismos para que tu obra la veas en librerías o en Amazon. El lector es muy exigente, pero todo escritor dispones de un nicho adaptado a su estilo de escritura. Me encanta la frase de Borges: “No soy ni un pensador ni un moralista, sino sencillamente un hombre de letras que refleja en sus escritos su propia confusión y el respetado sistema de confusiones que llamamos filosofía, en forma de literatura”. Para quien vive la pasión por escribir, hoy ya no encuentra excusas para no hacerlo. Hoy el escritor tiene un público más abierto y accesible, multicultural, sólo necesita saber cómo llegar a su corazón y seducirlo.
¿Qué consejo te gustaría darle como escritor a tu yo de hace unos años?
Muy buena pregunta. Yo le diría que aún sigo madurando, aprendiendo. Decía Aristóteles que “el Principio no puede ponerse en el aprender, sino en el saber de lo aprendido”. Deseo sumergirme en los mares de una novela, transitar por los puertos de un buen certamen y, por fin, poder echar el ancla en alguno de ellos. Llegar al Finisterre de la sabiduría, moverme entre los clásicos y culminar con el conocimiento exacto por donde los sabios transitaron.
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?
Muchos, feo sería dejar a algunos fuera; pero en esa lista no pueden faltar Jorge Luis Borges, Eduardo Galeano, Mario Benedetti, Og Mandino, Ken Follet, Dale Carnegie. La lista puede ser interminable. Cada autor que pasa por tus manos, algo te deja. Como me suelo decir: Un libro nunca será lo que te costó, o todo el contenido que te aportó; un libro es esa frase, o palabra, que removió todo tu ser y se justificó en tus manos al ser leído. Un libro en tus manos es un Universo a tus pies. Leer es un placer.
¿Dónde se puede conseguir tu libro?
Lo puedo hacer llegar de forma personal con dedicatoria o se puede adquirir desde Google en cualquier plataforma que se dedique a la venta de libros tanto impreso como en formato digital.
¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto?
Si, como bien les comenté en la pregunta de la anécdota, el peregrino siempre tiene algo nuevo en su mochila y, en este caso, se trata de un cuento infantil. “Pepe Cañadulce, el hombre de acero inolvidable”, un personaje de pueblo de los años 60/70. Conocido popularmente en la isla de Gran Canaria por su peculiar forma de pregonar las fiestas. Una persona muy real, muy sentido por los niños de aquella época. Una buena historia para leer a los niños.
¿Cuál dirías que puede ser tu frase de vida, esa que te identifica y te describe como persona?
Pequeños gestos de amor, multiplican grandes milagros solidarios. Ofrece lo que sabes, para ganar lo que vales.
Para terminar, ¿nos recomiendas alguna lectura?
Si hablamos de ensayo recomiendo “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas” de Dale Carnegie. Novela histórica: “Los baños del Pozo Azul” de Jesús Sánchez Adalid y, si queremos leer un libro entretenido, para llevar encima, “Los 12 pilares del cambio. Un viaje al interior en la búsqueda de la felicidad”, de mi paisano Carlos García Almonacid y, cómo no, Senderos para Amar.
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