Manuel Sánchez Alfonso, nos habla sobre su obra “Renglones púrpura”, finalista de los Premios Círculo Rojo 2023
¿Qué te inspiró para escribir “Renglones Púrpura”? ¿Hubo alguna experiencia particular que desencadenó la creación de esta obra?
En realidad, no se puede concretar en un solo elemento el proceso por el que decidí publicar Renglones púrpura, tal vez su origen esté en la silenciosa desesperación con la que de alguna manera todos vivimos en esta sociedad tan rápida que no nos deja vivir en paz. Si bien siempre he escrito y leido, quizás su origen esté en un acto de coraje, en una necesidad innata que se fue descubriendo a largo de la propia obra. El punto de inflexión está en el hecho de retirarme a una vida bucólica y rural con un entorno fantástico que me habla cada día de la propia vida, sus lugares y momentos, los sentimientos y las emociones que todos llevamos dentro.
El libro aborda temas emocionales y sensibles. ¿Cómo describirías el proceso de conectar tus propias emociones con la escritura?
Es un proceso lento, suave y continuado, como una nevada de enero que se deposita suavemente sobre las copas de los almendros y sin viento. Cada momento, cada escrito o relato de Renglones púrpura surgió de forma distinta, como una necesidad de describir momentos y lugares bellos, después, una vez plasmada esa vibración, fue necesario vestirla con el vocabulario adecuado para poder transmitirla adecuadamente de la manera más idónea, para poder hacer llegar al lector esos momentos con tan solo leerlos.
¿Cuál es el papel que juega la naturaleza en tu obra? ¿Cómo influye tu relación con el entorno natural en tu proceso creativo?
Es un papel prioritario, es la base de la obra. No hubiese podido buscar el sentido de la belleza y el mensaje de amor inmenso que trato de transmitir, de no ser por la naturaleza desbordante que me rodea y, desde luego, del papel que en mi vida ha jugado la misma. No soy más que una consecuencia de la vida que he vivido y así lo he tratado de expresar. No creo que hubiera sido posible escribir de la belleza y del amor, de no haberlo mamado intensamente en un entorno natural que me ha brindado esos momentos y rodeado de ellos cada día. Hasta cierto punto, yo soy quien soy gracias a ellos. Detenerme y observar esos instantes (un atardecer, una alameda en otoño, una calle de olivos bajo la luna llena, el sonido de las acequias, el alba silenciosa que acecha escondida)que congelan el alma y hasta paralizan el gesto sin duda influyen en la escritura de cualquier persona meridianamente sensible.
¿Qué desafíos enfrentaste al escribir en el estilo de prosa poética y cómo lograste superarlos?
Tal vez el desafío mayor está en el primer paso, ese enfrentarte a la soledad silenciosa de un folio en blanco, supuso un desafío contra el miedo. Miedo que se fue transformando en letras bellas, fruto de hurgar en el corazón y en dejarme llevar más por la razón del mismo, que por las escusas de la mente. Codo con codo, con una de cal y otra de arena, el desafío se fue venciendo solo.
En tu obra se destaca la relación con tu podenco Pepe Luis. ¿Cómo ha influido la presencia de animales en tu vida en la escritura de este libro?
Sí, efectivamente, Pepe Luis aparece por muchos rincones de la obra y no es un elemento ficticio o inventado, como no lo soy yo mismo ni mis emociones. La obra está plagada de un mundo que hasta antes de ayer era nuestro mundo, un mundo menos tecnológico y más humano que yo trato de recuperar en cada texto. Si los animales rodearon mi vida y hasta cierto punto siguen en ella, unas veces de verdad, como mi Currillo y otras en mi mente, como un bello y tremendo recuerdo incandescente. No puedo ni debo obviar ese elemento que me rodea y me persigue como una bella sombra cada día. Tenía que estar presente en la obra. A ellos dedico en buena parte mis agradecimientos, me dieron y me dan tanto…
¿Qué aspecto de “Renglones Púrpura” crees que resuena más con tus lectores? ¿Hay un mensaje que esperas transmitir especialmente?
Creo que el elemento que más destacaría de la obra es el amor, en el sentido más amplio de la palabra, un amor que aparece en cada texto. Quizás lo que más resuene en los lectores sea el hecho de haber podido despertar con mis letras esas sensibilidades que todos tienen dentro y que en muchas ocasiones estaban dormidas. Aunque tal vez esa pregunta deberíamos hacerla a los lectores. Sin duda, mi segunda edición, que acaba de publicarse, amplía muchos aspectos de la primera que se habían quedado en el corazón y en el tintero y viene a responder a esa demanda de los lectores y de mí mismo.
El mensaje es rotundo. Aunque la tecnología nos da comodidad y nos hace la vida más fácil, sin duda existe un aspecto humano que debemos de recuperar. ¿De qué nos sirve tanta tecnología si el mundo es más violento, más soberbio y más mezquino? Sin duda, hace falta hacérselo mirar, hace falta dar un paso atrás y darse cuenta de que, ante todo, somos personas que necesitamos más te quieros, más abrazos y más amor sin esperar nada a cambio. Combiene cambiar de rumbo, no solo de pan vive el hombre…
¿Cómo describirías la experiencia de publicar tu libro? ¿Qué aprendiste en el proceso?
Es un mundo nuevo para mí. He tenido ocasión de comprobar, de visitar el alma de este lugar. Para ser franco, mi relación con Círculo Rojo ha sido un camino bello en sí mismo. Hacen lo que pueden y lo hacen bien. Supongo que para ellos tampoco es fácil, dado el volumen de publicaciones que manejan. En otros ámbitos, no solo he conocido la parte bella de esta tarta llamada literatura, también me he codeado con la parte de mezquindad que le toca de este pastel que es la vida. No niego que es un mundo difícil, pero no es menos cierto que, quizás por eso mismo, sea incluso más bello. En el fondo nunca habrá nada ni nadie que pueda cuando la pasión empuja desde dentro. A nivel personal no he aprendido nada que no conociese: alegría, frustración, emoción, sentimientos a flor de piel, el más caluroso sol y el más frío invierno. A nivel de andar por casa, en ese terreno del día a día, he de decir que nunca dejo de aprender. Procuro disfrutar cada instante, comprender sus entresijos y sobre todo saber que lo conveniente es disfrutar cada momento y no vivir con la miseria que produce estar pendiente de un hecho futuro incierto.
Has estado vinculado a la protección del medio ambiente. ¿De qué manera crees que la literatura puede influir en la conciencia ambiental?
Sí, efectivamente, la naturaleza y su conservación, el respeto a la misma y a los usos y costumbres de cada lugar riegan cada día ese abismo interior que todos tenemos y que, en mí, no podía ser menos. La posibilidad de comunicar de cualquier forma un mensaje tan obvio como el de saber que todos, incluidas plantas y animales, vivimos íntimamente relacionados y hemos de respetarnos es fundamental. La literatura como fuente de expresión es la clave de ello. Lo que conocemos, lo conocemos por nuestra experiencia y, sobre todo, porque lo hemos leído, porque otras personas dedicaron un capítulo de su vida a contarnos cómo eran los lugares, sus momentos y los secretos que guardaban. Las palabras, hasta cierto punto, se las ha ido llevando una leve brisa llamada tiempo, pero las letras están ahí para detener el conocimiento igual que las hojas de una parra que nos da su sombra cuando detiene los rayos del sol en el más ínclito verano. Así es la literatura, simplemente las letras se agarran al papel y duran para siempre. De suerte que existieron mentes inquietas para traernos esos recados al presente y la certeza de saber que esta tarea continúa, de saber que somos libres para volar y contar desde arriba lo que vemos. Siempre es bueno recordar que las nubes se ven mejor desde arriba, tal vez , esta sea la manera más adecuada de poder descubrir el mundo, de poder descubrir el cielo.
¿Qué consejos darías a aquellos que están explorando la escritura en el ámbito de la prosa poética?
Tan solo les daría un consejo. Que se abstengan de escribir si van buscando otro fin, que no se puede escribir a posta. La creatividad en la escritura es y debe ser un fin en sí mismo, buscar otra finalidad es adulterar el resultado. Lo bello es el camino y no la meta. La meta es simplemente una consecuencia que puede o no ser bella. Por último, les diría que escribir, en cualquiera de sus modalidades, no es algo efímero ni fácil, requiere tiempo, estudio y conocimiento, de lo contrario entraríamos en el horroroso mundo de la extravagancia. Pero sin duda, si algo tengo claro es que no se puede escribir sin pasión, sin sentir ese pellizco en el alma, esa gota que se extingue entre los ojos antes de llegar a convertirse en lágrima. Si hay pasión, no habrá obstáculo alguno que se interponga en el camino de definir la belleza. El resto es el mundo de la mediocridad y además, se nota.
¿Qué tal ha sido la experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo? ¿Qué aspectos destacarías de trabajar con ellos en la publicación de tu obra?
Como he tenido ocasión de comentar con anterioridad, la experiencia con Círculo Rojo ha sido bella y enriquecedora desde el primer día. Me siento muy agradecido para con ellos. Siempre han estado apoyándome en la medida de sus posibilidades, y yo, estoy y estaré aquí para hacer lo que hacen las personas de bien, que no es otra cosa que apoyarlos en todo lo que pueda de manera incondicional. ¿Qué le vamos a hacer? Me parieron así y así es como lo siento. Gracias a Alberto y a todo su equipo por su ímpetu, empuje y valentía con esta tarea de hacer que tantas ilusiones se hagan realidad… En definitiva, en este cuento, que es la vida, se trata de eso. Gracias de verdad.
Por lo demás, estaré atento a contestaros a todos los comentarios que estiméis oportunos en las redes donde podéis seguirme. @manuelsanchezalfonsoescritor / www.manuelsanchezalfonso.com
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