La escritora Laura Alabau Juventench nos presenta su último libro, «Séptimo esqueleto».
Para quién no te conozca, ¿quién es Laura Alabau Juventench?
Me identifico como una persona no binara, criado/a en un pequeño pueblo cerca de Girona. Estudié Integración Social y soy graduado/a en Ciencias Sociales. Me considero una persona alegre, con sentido del humor y apasionada del cine, de la historia y de la poesía.
¿Cómo nace tu vena escritora?
Mi primer poema lo escribí con 12 años en una clase de lengua y descubrí que se me daba bien la rima. Cogía canciones y cambiaba las palabras finales para que siguiera rimando igual, pero dándole otro significado y me quedé fascinado con la complejidad y la magia que tienen las palabras.
A mis 14-15 años, esa fascinación alcanzó su punto más álgido. Me encontraba en un proceso emocional complejo y en la literatura encontré un refugio, una vía de escape que con el tiempo se convirtió en una aliada inapelable. Sentía que cada vez que escribía me entendía mejor a mí mismo y a los demás.
¿Cuántos libros has publicado ya?
El Séptimo Esqueleto es mi cuarto libro, pero el primero con una editorial.
Los tres primeros Bocins de mi, Soledad de Noche y Día y Delirios de piel respectivamente, los autoedité con Autoeditores.
¿Qué es lo que más destacarías de “Séptimo esqueleto”?
Que todo está dedicado a las mujeres y concretamente, a las mujeres de mi vida que sin duda son mis maestras. A lo largo del libro, voy desgranando mis sentimientos con las mujeres que más amo, contando en algunos casos la singularidad de nuestra historia. Todas y cada una de ellas, dan sentido a mi vida, a la palabra sororidad y tejen en comunidad, juntas, a mi ser.
Son absolutamente diferentes entre sí y cada una de ellas me despierta distintos pedazos. Creo que, en parte, por eso, siento que este libro no lo he escrito yo, sino todas ellas, las protagonistas de estas líneas y de mi vida. Siempre existirá poesía, pero creo que, en mi caso, mis musas son esenciales.
Es un libro que hay que leer poco a poco, extremadamente intenso, como soy yo mismo a la hora de vivir mis relaciones.
¿Cuánto tiempo te ha llevado escribirlo?
Aproximadamente 3 años. Me considero una persona muy metódica y rigurosa la hora de escribir. Siempre utilizo el verso libre, sin que la rima sea un impedimento. Me gusta que lo que sale en un primer momento mantenga su esencia y que se vea representado el mensaje que sale de primeras, lo más primitivo. Aun así, creo que es tan importante escribir como reescribir, pues el mejor verso para mí es el que está por venir.
¿Qué es lo que te inspira a la hora de escribir?
Las personas que me aman, sin duda. Rosales decía “A mí, en rigor, me han hecho como soy los que amé.”.
La personalidad es un elemento que está sujeto a muchos factores y que es constante hasta el día que mueres. El contexto social y las experiencias repercuten en tu forma de ser, así como también influye el componente genético; aun así, para mí, el activo más importante de la construcción de la personalidad son las personas que te rodean, tanto las que son pasajeras como las que han venido para quedarse.
Lo que está claro es que, en cualquier forma de expresión de arte, la artista muestra algo de como es. En mi caso, desde pequeño, he sido una persona curiosa y muy sensible. A los 15 años fui diagnosticado como persona PAS (Persona Altamente Sensible) y entiendo que me ayuda a la hora de observar y describir lo que percibo y siento en cada momento.
¿Alguna anécdota que puedas contarnos?
Hay varias, pero me quedo con dos. La primera el hecho que la portada fue un regalo de cumpleaños a mi amiga Txell, que es la modelo. En ese momento llevábamos tiempo sin vernos, pues ella se fue a trabajar al extranjero.
Hoy en día todavía no puedo olvidar esa sonrisa y el abrazo eterno que nos dimos.
La segunda es que, a pesar de considerarme un enamorado del verano, la mayoría de los poemas están escritos en otoño y concretamente en noviembre. El noviembre es quizá el mes más hostil para mí, el más triste y que representa la desidia.
¿Dirías que tu estado de ánimo influye en tu forma de escribir?
Sin duda. El gran Paul Auster comenta que “los escritores somos seres heridos y por eso creamos otra realidad”. Para mí cada poema, cada verso, es una rotura que decido compartir; es un pedazo de alma que ofreces al mundo.
Considero que en todo artista vive la rebeldía y no puede dejar escapar ningún estímulo ni ningún instante. Todos van a ser importantes tarde o temprano.
Por ese motivo es incuestionable que cuando me enfrento a emociones contundentes, buenas o no, tengo la necesidad de plasmarlo. Al papel es imposible engañarlo, es allí donde me siento más yo mismo que en ningún otro lugar y donde permito escucharme en silencio. Todo lo que vaya a salir en este momento va a ser de verdad y sólo la verdad nos hace realmente libres.
El escritor Rubén Tejerina lo resume muy bien con esta reflexión “Escribir es otra forma de hacerse un torniquete”.
¿Qué opinas de la sociedad actual para el trabajo del escritor?
Lo que es irrefutable es que en plena era digital, sino existes en las redes es imposible llegar a los lectores. Sin embargo, la publicidad es cara y cuesta que alguien te dé una oportunidad. Aún así, como artista sigo autores y autoras por las redes que me parecen absolutamente brillantes; Rubén Tejerina, Marc Poesia o Irene X son algunos de ellos. Creo que son gente que ha sabido dar un enfoque único y diferente a su obra y saben como llegar al lector. Más allá de los autores consagrados, está claro que hay toda una nueva generación de autores digitales que tiene muchísimo potencial.
La sociedad avanza con la tecnología a un ritmo vertiginoso y el ritmo de vida impuesto para cubrir las necesidades básicas hace que a menudo olvidemos la importancia de las emociones y de como gestionarlas. Creo que a través de la poesía y de la escritura en general, estos nuevos autores contribuyen a esa gestión, a parar la mente un instante y a relativizar esa frustración que exige la inmediatez de estos tiempos. A mi particularmente me ayudan a recordar lo que es esencial y a no pensar tanto en lo necesario.
¿Qué consejo te gustaría darle como escritor a tu yo de hace unos años?
Es complicado porque nunca escribí con la perspectiva de llegar a publicar nada; ni vivía pensando en que esto podía llegar a ocurrir. Sin embargo, en verano del año 2012 una amiga me envió un anuncio que hablaba de la autoedición y me lancé a la piscina sin dudarlo. El único consejo que quizá me daría es que no desista, que no se detenga y que ponga esa capacidad a su favor en los momentos más complejos.
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?
En ese sentido me considero un lector muy clásico. Neruda, Lorca, Borges, Machado, Plath, Pizarnik…Soy una persona polivalente en muchos aspectos, pero en la lectura me cuesta salir de mi zona de confort porqué en cada verso viejo encuentro algo nuevo. Por eso creo que la poesía es la más libre de las artes, porque tiene mil significados según el lector. Aun así, si tengo que elegir por encima de todos elijo a Lorca.
¿Dónde se puede conseguir tu libro?
Actualmente se puede conseguir en Amazon, la Casa del Libro, FNAC, Llar del Llibre, Abacus, Storytel, además de la página web de la Editorial Mirahadas.
¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto?
Si, ahora estoy preparando el que será mi próximo libro, Todavía está a un nivel muy inicial pero poco a poco voy escribiendo y recopilando ideas y sensaciones.
Para terminar, ¿nos recomiendas alguna lectura?
Es una pregunta compleja, ya que no puedo elegir entre mis tres libros favoritos.
En primer lugar, Poeta en Nueva York de Lorca me parece una obra indispensable para cualquier amante de la literatura.
Por otro lado, los Diarios Completos de Sylvia Plath me cambiaron absolutamente la vida. Creo que la autora llega a un nivel de intimidad que yo no he podido encontrar en ninguna otra obra. La capacidad de envolver al lector con su maestría para describir sentimientos y lugares me parece excepcional.
Por último, la Poesía Completa de Alejandra Pizarnik también me parece esencial. La autora muestra un nivel de autoconocimiento y de autocrítica increíble. En cada verso o reflexión muestra su rebeldía y su contradicción constante. Sin duda era una persona que se sabia escuchar de una manera nítida y transmitirlo con una transparencia única.
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