La autora Rosa Ana Parra nos habla de su novela, «El concilio secreto», segunda parte de su trilogía.
Para quién no te conozca, ¿quién es Rosa Ana Parra?
Nací en Cádiz hace 36 años, aunque he vivido en varios lugares dentro de la propia provincia y por la geografía española desde los 13, por lo que al final me declaro un poco de todas partes.
Nací en una familia humilde de artistas y artesanos, por lo que el arte, en cualquiera de sus vertientes, forma parte importante de mí.
Siempre me ha encantado estudiar, aprender es algo que disfruto y poder compartir esos conocimientos me entusiasma. Aunque no pude ir a la universidad cuando me correspondía estudié una formación profesional de cara a otra de las cosas que más me gustan, la sanidad. Pero cuando cumplí los 25 hice el acceso a la universidad y desde entonces no he dejado de estudiar con el fin de aprender todo aquello que me interesa, no tanto por la obtención del título en sí. Tengo tres carreras abiertas y las estudio por placer, sin presión, porque como Técnico Sanitario trabajo en el medio hospitalario que me encanta y me permite vivir y disfrutar de lo que hago.
¿Cómo nace tu vena escritora?
Siempre he escrito, siempre he creado. He sido muy inquieta en ese sentido. Desde que era pequeña participaba en los trabajos del colegio, sobre todo si implicaba redactar un cuento, un microrrelato… Luego salté a textos periodísticos que escribía por placer hasta que un año me animé y los mandé a RTVE “Crónicas taurinas del año 2001”, pero no obtuve respuesta (ja,ja,ja), los mecanografié a máquina a diario desde que empezaba la temporada hasta que finalizó. Me pasaba el día en mi habitación entre deberes del instituto, aporreando teclas entusiasmada, revistas, libros y la radio. No fui una adolescente como las demás, pero no me arrepiento. Porque ahí entendía que tenía la necesidad de contar cosas, reales o ficticias. Cuando lo hacía la sonrisa me salía sola y me di cuenta de que no podía vivir sin ello. Entendí que cuando escribía en el colegio no era solo por la nota, sino por el placer de crear, pero he de reconocer que parte de esa vena surge por leer mucho y muy variado.
¿Cuántos libros has publicado ya?
Oficiales tengo, contando con “El concilio secreto”, cuatro autopublicaciones. “La vida sin ti…” ambientada en los inicios de la Guerra Civil española en Cádiz, que salió a la luz en 2013.
“Prohibido amar a Sofía”, una obra de teatro que se desarrolla en un burdel, también en Cádiz, durante la posguerra; la publiqué en 2016, para mi sorpresa gustó muchísimo, hice una tirada bastante grande para alguien a la que solo conocía la familia, no recuerdo si eran 300 ejemplares y me quedaron 8.
“El secreto de Vatika” fue la primera obra que publiqué con Círculo Rojo y salió todo ¡tan bien!, ¡tan profesional! Y llegó a tantos rincones que si antes me gustaba lo que hacía, ahora me gusta más. Esta novela se desarrolla en San Millán de la Cogolla, en la época actual, y lo que nació como una novela se ha convertido, gracias a los lectores, en una trilogía. Con ella estuve en la Feria del Libro de Madrid en 2021 y fue algo único e irrepetible. Habla de un Códice que no puede ver la luz bajo ningún concepto y una lingüista e historiadora de arte que está dispuesta a tirar del hilo sin saber que al final hay una madeja demasiado grande.
Y por último, la segunda parte de esta trilogía “El concilio secreto” segunda parte y cuarta novela publicada, esta se desarrolla en Ayegui, provincia de Navarra, aunque da saltos por Logroño y San Millán de la Cogolla. Continúa con que la lingüista se ha dado cuenta de que tiene que acabar con lo que empezó.
¿Qué es lo que más destacarías de “El concilio secreto”?
¡Uf! Es fácil y difícil contestar a esta pregunta. Lo que más destacaría sería el estudio de investigación que hay detrás. Aunque no solo de esta novela, sino de todo lo que escribo. Es muy arduo, porque no imagino y escribo y se acabó. Sino que me gusta unir la realidad y la ficción de una manera tan sutil que lleve al lector a preguntarse si es así, o no, y decida descubrirlo. “El concilio secreto” es una novela más dura, explícita y directa que “El secreto de Vatika”. Estas dos obras tienen el intríngulis de que en el momento en el que el lector las disfrute muchos hacen una segunda lectura porque no solo está la historia en sí, sino que los personajes y las escenas dicen mucho más. Son muy psicológicas, aunque la primera era más reflexiva.
¿Alguna anécdota que puedas contarnos?
Tengo tres que se repiten: mi necesidad de ir a los sitios sobre los que quiero escribir, es algo que me permite extrapolar lo que me hace sentir a los personajes y sea más real a la hora de leer. Soy capaz de quedarme en un sitio yo sola desde por la mañana temprano y que me vengan a buscar al final del día. Luego algo que siempre acaba en anécdota son mis finales. Nadie se los espera, y hay gente que incluso me ha dado una charla por hacerlos así, pero es algo que se ha convertido en mi sello. Mis novelas no superan las 300 páginas porque no hay relleno de ningún tipo, todo es importante para la composición final, y aunque vaya por un camino que parece el habitual, el giro final es el que levanta más controversia. De “El concilio secreto” tengo la primera, un amigo, Jesús Torres, que es dinamizador sociocultural de San Millán de la Cogolla, la compró y en dos días se la había leído, y para no desvelar mucho me dice: “después de dos días en vilo la terminas así, no te lo voy a perdonar”. Me fio de su criterio porque es un lector empedernido y con unos conocimientos tremendos. Así que esa sería una de las más destacadas anécdotas que se suceden con cada obra que publico.
¿Qué pretendes provocar en el lector con la lectura de tu obra?
Primero que disfruten, que se sienten y piensen que ahora es el momento de desconectar. Luego también intento crear una emoción, una pregunta, una reacción, porque eso se traduce en que, sea como fuere, he tocado algo en su interior. Lo que le cuento le ha removido algo por dentro, y eso es impagable.
También intento que se sientan dentro de la historia, por eso es importante para mí, describir con detalle los escenarios, como amante del arte hacerlo en enclaves tan importantes histórica y arquitectónicamente, es un gustazo. La mayoría de los lectores me dicen que son capaces de visualizar lo que describo, e incluso han ido a los lugares en los que enmarco mis historias.
¿Qué consejo te gustaría darle como escritor a tu yo de hace unos años?
Pues que disfrute más porque trabaja muy duro. Que debería de haber echado a un lado antes el “Síndrome del impostor”, porque el éxito se consigue con trabajo, y aunque sea muy poco a poco llegará, no por fama y dinero, sino por llegar a más gente. Que debe respetarse y quererse más, estamos de paso por la vida y mientras suba sin pisar a nadie, bajar no será un problema.
¿Cuál ha sido tu experiencia con la Editorial Círculo Rojo?
La mejor. Son muy profesionales, lo explican todo muy bien, lo dejan todo claro desde el principio. Ponen a nuestro servicio todo lo que está en sus manos y son muy comprensivos en todos los aspectos. La gente con la que he trabajado, tanto en “El secreto de Vatika” como en “El concilio secreto” han puesto mucho interés. Al final la profesionalidad se ve. Este año no he podido ir a Sant Jordi, pero confío en poder ir a otras ferias, como cuando me llevaron a Madrid, eso para alguien que intenta abrirse camino provoca una sensación indescriptible.
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?
Han sido muchísimos, y es muy complicado citarlos a todos, pero intento resumir: me han marcado autores de un espectro muy amplio pasando por Punset, Fernando Savater, Lao-Tse o Hermann Hessen con una filosofía que me fascina. Continuando por Dante, Lorca, Neruda, Alberti, Antonio Gala, Reverte, Pío Baroja, y por supuesto por grandes escritoras como María Teresa de León, a cuya hija conocí hace unos años, Virginia Wolf, las hermanas Brontë, Natalia Gómez Navaja, Itziar Sistiaga, Mónica Cueto, Almudena Grandes, Eva Gª Sáenz de Urturi, Espido Freire entre muchas otras maravillosas reinas de las letras.
¿Dónde se pueden conseguir tus libros?
Pues lo bonito es que con Círculo Rojo y Lantia podemos seguir acudiendo a nuestra pequeña, y tan importante, librería de referencia y pedir estas dos últimas novelas. O acudir a Fnac, El Corte Inglés, La casa del Libro, Círculo Rojo o por plataformas digitales como Libros CC, Amazon y demás. Están disponibles en España y Latinoamérica. O en formato e-book a través de Tagus.
Para terminar, ¿nos recomiendas alguna lectura?
Pues creo que hay muchas autoras, de antes y de ahora que tienen oro líquido en sus plumas, sería importante tenerlas más en cuenta. Aprender de ellas, apoyarlas a tope. Pero creo que hay que prestar atención a la gente que tiene talento de verdad, es difícil dar con ellos porque no tienen un gran apoyo, pero por ejemplo para mí dos escritores punteros son Sergio Marín Ochoa y Sara Orío, si tienen la oportunidad, que la gente lea sus obras porque son muy genuinas y originales. Y por supuesto un escritor infantil con valor añadido que no quiero dejar de nombrar es a Iñigo Burgos García con “Tamara y la espada de fuego”, genial para que los peques le cojan el gusto a la lectura.
¿Te gustaría conocer las apasionantes historias de escritores modestos, pero no por ello menos buenos?
Únete a nuestro canal de Telegram (es gratis) para ayudarnos a darles voz a esos escritores que necesitan un empujón. Sus vivencias e historias para publicar sus libros, su pelea para hacerse un hueco y su mensaje es igual o mejor que el de cualquier top ventas. Únete a nuestro canal para descubrirlos y apoyarles.
Me alegra mucho leer a esta escritora que llevo siguiendo desde hace tiempo. La entrevista es una joya y se deja conocer algo más para mí sus libros son adictivos porque no hay relleno va al grano y eso se agradece, invita a releerlos, espero la tercera parte ansioso.
Estimada Rosa Ana: Muchísimas gracias por mencionar a «Tamara y la espada de fuego» y sobre todo por el cariño que siempre has mostrado, y el respeto por su esfuerzo. Un abrazo y muchos éxitos.