Hablamos con Samuel Samper, autor de “Los Ojos del Azar”, obra que ha publicado con Círculo Rojo.
- ¿Cómo fue tu transición de escribir relatos cortos y blogs a completar tu primera novela?
Escribir relatos cortos nunca fue una decisión mía, simplemente me surgían ideas o conceptos y yo los trasmitía al papel. Era algo que me gustaba y que en mi opinión, se me daba bien. Me gusta escribir siempre de la misma forma, elijo 2 o 3 palabras al azar y de ahí, escribo una historia en la que se incluyan todas. Es una buena forma para romper la página en blanco y trabajar la creatividad. Los blogs, por otra parte, eran críticas sociales que me apetecía escribir. No era algo que hiciera a menudo pero sí solía escribir varios al mes. Era una visión más personal acerca del mundo. Normalmente eran críticas, rara vez escribo algo positivo. Me gustaba compartir mi visión y que la gente lo pudiera leer, pero fue algo que se quedó en el olvido.
La transición de escribir relatos cortos a mi primera novela fue largo, duro y frustrante. Antes de escribir mi primera novela, hice varios intentos en diversos géneros que en nada tenían que ver. Desde fantasía al más puro estilo Tolkien, a novela negra y, al final, logrando “Los Ojos del Azar”. Como digo fue un proceso que me llevó mucho tiempo. Mi primer intento de novela se quedó a las puertas de ser terminada. El segundo se quedó a mitad. Eran historias que me gustaban pero no consiguieron motivarme lo suficiente. Escribir novela al final es un trabajo complejo, donde hay que dedicarle mucho tiempo y esfuerzo y, por cosas de la vida no siempre se puede. Al final acabé tan quemado de escribir relatos cortos que estuve a punto de abandonar la escritura. Curiosamente, “Los Ojos del Azar” empezó como un relato corto, nunca tuve la intención de sentarme a escribir con el fin de crear una novela. Una tarde de aburrimiento durante el COVID, me sentí a escribir y escogí 2 palabras: “Ojo” y “Azar”. Así surgió el prólogo de esta historia. Podía haberse quedado en eso, en un relato corto más, sin embargo, me gustó tanto lo que escribí que no lo pude dejar así. En seguida en mi cabeza se creó un primer capítulo y, luego otro y, otro y, otro. Continué escribiendo hasta crear lo que hoy es mi primera novela. Gracias a esas dos palabras escogidas completamente al azar, hoy tenemos “Los Ojos del Azar”.
- ¿Qué inspiró la trama de “Los Ojos del Azar” y cómo se relaciona con tus experiencias personales o tu entorno?
He de decir que a la trama de la novela no hay algo que la inspire concretamente. Me sentaba a escribir a diario, con la música puesta, normalmente música bastante triste, ya que es la que me ayuda a concentrarme y, las ideas iban surgiendo. Escribía un capítulo y lo retocaba una y otra vez hasta que me parecía perfecto, entonces pasaba al siguiente. Pero nunca sabía lo que iba a pasar en el siguiente capítulo hasta que no estaba terminando el anterior. No era una idea clara de lo que quería hacer. La mayoría de los personajes surgieron al momento de ponerme a escribir. Al igual que la trama. Lo único que tenía claro era como iba a terminar la novela e incluso hasta de eso dudé al final por si era demasiado dura. Imagino que durante aquel tiempo, se puso muy de moda todas las series de Narcos, con Pablo Escobar y compañía, además de alguna serie española. Eso pudo influir, pero inspiración como tal de algún libro o película concreta, no tuve.
En cuanto al entorno y los personajes, aunque se trata de una ficción, es cierto que muchos sitios son similares a lugares vistos por mí. Cogí ideas de muchos lugares para escribir la novela. Desde la ubicación del pueblo, hasta al bar donde el protagonista va o su propia casa, son lugares reales alterados en medida a mi gusto personal, pero la inspiración surgió de sitios reales. De igual forma, los personajes aunque no están basados en nadie en concreto, todos tienen un poco de personalidad de gente que conozco, pero llevada un poco al extremo. Se podría decir que son caricaturas de gente que he ido conociendo a lo largo de mi vida.
Respecto a mis experiencias personales, se trata de una ficción, por lo que es una invención mía, en la que por suerte no he tenido que vivirla. Pero siempre hay aspectos personales que uno trasmite de una manera u otra. Al final el autor tratar de plasmar algo de la manera que conoce. Es muy difícil inventar y describir algo que no has vivido. Por eso diré que hay cosas que pueden tener relación de alguna manera con mi propia vida. El qué, le dejo al público que trate de descubrirlo.
- En tu novela, se explora la obsesión por la venganza. ¿Qué mensaje intentas transmitir sobre este tema?
Cualquier persona que lea hasta el final “Los Ojos del Azar”, entenderá de manera muy clara lo que la obsesión puede suponer y que pretendo trasmitir. Al final es un mensaje de vida aplicable a cualquier concepto, no ha de ser tan extremo, claro. Gente que lo tiene todo, lo ha perdido por obsesionarse con algo. Es un sentimiento difícil de controlar. Al final, la obsesión es quien te controla a ti. Es algo que supera tus esfuerzos y te domina. No sabes hasta qué punto te puede llevar ese camino y cuando te des cuenta, quizá ya sea demasiado tarde.
Creo que en la novela se trasmite muy bien el desarrollo de lo que la obsesión puede lograr, como te lo va arrebatando todo poco a poco y, cuando quieras salir de ella quizá no puedas, porque será demasiado tarde. Esa decisión que tomaste al principio de manera ingenua, sin pensar en sus consecuencias, puede desencadenar el fin a todo lo que conoces. Cualquier persona que haya experimentado este sentimiento, se podrá ver reflejada en las letras de cada página, empatizará con el protagonista y entenderá, de manera dura, las consecuencias de este.
- ¿Cuál fue el mayor desafío al escribir una historia tan intensa y emotiva como esta?
El mayor desafío de escribir una historia así, es plasmarla. Lo que más me costó, es conseguir trasmitir lo que sentía el protagonista en todo momento, de manera que fuera tan agobiante como lo es para él, pero sin llegar a ser aburrido o repetitivo. Creo que el mayor logro ha sido no hacer una novela monótona y aburrida y, conseguir trasmitir sentimientos tan duros, pero tan fáciles de leer y comprender. La historia no es densa, es de lectura muy fácil y rápida, no es monótona, es entretenida. Tuve que revisar cada capítulo muchas veces antes de darlo por terminado, pero creo que el esfuerzo mereció la pena. Considero que he conseguido plasmar todos esos sentimientos de manera que cualquier lector pueda entender lo que está pasando por la cabeza del protagonista en todo momento y sentir su dolor. Empatizar con él era clave. Con él y con cualquier personaje. Creo que todos tienen su encanto y sus metas, te gusten más o menos, todos tienen una personalidad bien definida y, creo que sin poner nombres, por la forma de hablar se podría saber cuál es cual. El desarrollo de personajes fue algo en lo que hice mucho hincapié y aun así, me hubiese gustado desarrollarlos aún más. Quién sabe si en una futura entrega, De la Cruz, no es el único con una historia que contar.
- ¿Cómo describirías el viaje emocional del personaje principal a lo largo de la novela?
Lo describiría como la “Divina Comedia” de Dante. Una historia de decadencia, donde en cada nivel del infierno, es decir, en cada capítulo, viene algo peor. Es una historia de un hombre que empieza teniéndolo todo en la vida y, por querer cobrarse una venganza del pasado, acaba viviendo un infierno en vida. En todo momento el protagonista tiene una inteligencia emocional destruida, por no haber superado su pasado, pero a lo largo de la novela se puede ver cómo va construyendo su propia decadencia hasta llegar al abismo. Es cierto que personas externas consiguen potenciar su dolor, pero incluso sin ellas, seguramente De La Cruz hubiera acabo destruyéndose a sí mismo de una manera u otra. El viaje emocional del protagonista es un avión cayendo sin motores. Todo le sale mal, todos le abandonan, todo se le viene encima. El final es el clímax a un corazón que ya estaba roto y nunca se recuperó.
- El realismo mágico de García Márquez ha sido una influencia para ti. ¿Cómo incorporas ese elemento en tu propio estilo narrativo?
Obviamente no puedo decir que me parezco en lo más mínimo al maestro, pero es cierto que su realismo fue un referente para mí. Considero que la descripción de los sitios y los personajes están bien elaboradas, con la información necesaria para no saturar. Puede ser que alguien considere que hay mucha descripción, pero a mí me gusta que sea así. Intenté crear escenarios inmersivos y puse empeño en ello. El resultado espero que haya sido positivo, pero eso lo dirá el público.
De Gabriel García Márquez he de agradecerle enormemente su libro “El amor en los tiempos del cólera”, pues fue el libro que me hizo descubrirle, libro al que le tengo mucho cariño, está en mi top y, por su puestos, gracias a ese libro empecé a escribir de la manera en que lo hago ahora. Me pareció una escritura que nada tenía que ver con la que había leído hasta ahora y, me marcó muchísimo. No he tenido inspiraciones para crear mi obra, pero sí en la forma de escribirla y sin duda alguna fue gracias a él.
- ¿Qué papel juega el entorno o la ambientación en la historia que has creado?
El entorno o la ambientación considero que son cosas secundarias en este libro, puesto que no afectan a la historia. No menciono ningún lugar específico más allá de Valencia y creo que la casa de Cruz, o la de Rodrigo o la distribución del bar, el detalle de descripción de estos lugares o de cualquier otro, a algunas personas les gustará y a otras no. Los personajes, sus personalidades, sus interacciones, sus misterios y demás, creo que juegan un papel más importante. Pese a ello, le pongo mimo y detalle a la descripción, pues es algo que me gusta. Me gusta estar leyendo y poder imaginarme un sitio con detalle gracias a la descripción del autor, creo que eso le da encanto al libro y se nota el cariño que se ha depositado en él. Por eso aunque no juegue un papel principal, en mi opinión es de agradecer el estar leyendo y poder ubicarte. Así también permite plasmar la imaginación del autor y conocer sus gustos.
- ¿Cómo abordas la construcción de personajes complejos como los que encontramos en “Los Ojos del Azar”?
Para la construcción de personajes, aunque no tenía claro en ningún momento cuántos iban a ser, conforme iban surgiendo yo tenía en una libreta una hoja para cada uno de ellos. En ella ponía como querían que fueran, su personalidad, su relación con el protagonista y con los demás personajes de la novela. No quería que hubiese dos personajes parecidos, pues cada persona es un mundo y en eso, me enfoque mucho. Todos los personajes tienen una personalidad clara y bien diferenciada. Con historia propia, preocupaciones, metas y vida. Al final, al escribir uno puede pecar de crear personajes secundarios que siguen al principal, o que se parezcan en la forma de hablar o pensar. Intenté que esto no fuese así. De hecho, con el único que no lo hice fue con el protagonista. Con De La Cruz escribía mientras me surgía. No tenía una personalidad clara ni unos objetivos fijos. Muchas veces me tenía que parar a reflexionar y decir, no es lo que yo haría, es lo que él haría y, ¿qué es lo que Cruz haría? Algunas tramas del libro me llevaron más tiempo de escribir precisamente por esto. He borrado capítulos enteros porque al terminarlos pensaba que no le pegaban al protagonista, y era cierto. Muchas veces me dejaba llevar por mis propias ideas y, aunque sea el autor, Cruz es un personaje que tenía que hacer las cosas en base a su personalidad y experiencias vividas, no a las mías. Por ejemplo, Rodrigo es un personaje que sus diálogos me salían solos, no tenía ni que pensarlos. Es un personaje tan bien definido desde su primera aparición, que escribir sobre él era sencillo. Lamento no haberlo sacado más en la historia pero es parte de su encanto. Con los demás me pasaba más o menos lo mismo. Sin embargo, Cruz era tan complejo, que a veces me costaba pensar en cómo actuaria si existiese.
Fue un proceso divertido. Si hago una segunda parte de “Los Ojos del Azar”, me gustaría darles más peso a los personajes secundarios, puesto que tienen historias muy interesantes para contar, que yo creo que al público les va a gustar.
- ¿Qué te llevó a publicar tu obra con Círculo Rojo? ¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando con esta editorial?
Desde que terminé la obra hasta que intenté publicarlo, pasó mucho tiempo precisamente porque no sabía cómo publicarla. No es algo sencillo si no lo has hecho antes. Fue gracias a una escritora con la que crucé que me comentó como fueron sus inicios y, aunque ella nunca había publicado con Círculo Rojo, me dio el nombre de varias editoriales. Envié la obra a varias editoriales y al final, tras mucho pensarlo, porque no fue una decisión que tomé a la ligera, no sé por qué, pero opté por esta editorial. Me trasmitía confianza. La verdad, aunque no tengo experiencia con otras editoriales, no me arrepiento.
La experiencia ha sido positiva, gracias a mi editora, la cual me ha ayudado mucho en este viaje del publicar mi primera novela. El libro me encanta cómo ha quedado y, eso es gracias a todo el equipo que tienen detrás. La verdad estoy muy contento y recomendaría esta editorial para futuros escritores.
- ¿Qué consejos o reflexiones compartirías con aquellos que están luchando por completar su primera novela o incursionar en el mundo de la escritura?
Va a ser un proceso largo, duro y frustrante. La mayoría lo tendrá que compaginar con estudios o trabajo y, apenas tendrá un rato para escribir. Ese rato en el que todos deseamos tumbarnos y descansar, en vez de ponernos a hacer cosas. Es complicado hacer algo por vocación sin conseguir recompensa alguna, sin saber si va a tener final , si va a gustar, si se va a vender o si simplemente algún día se publicará o caerá en el olvido. La mayoría de los libros no se terminan por falta de tiempo. La vida no es fácil y hay que elegir prioridades. Escribir por escribir no suele ser una de ellas. La escritura lleva muchas horas, demasiadas. Por eso, mi consejo es que se escriba por placer, cuando se pueda, cunado apetezca, sin prisas. Se tiene que disfrutar lo escrito, releerlo, pensarlo, darle coherencia, sentido. No se puede escribir pensando en si se terminará o si les gustará a los demás o si venderá. Es tu obra, es tu creación. Te tiene que gustar a ti y a nadie más. Si gusta bien, si no, también. Lo divertido es disfrutar del proceso, porque una vez terminas tu obra, ya está. Esos personajes mueren, esas historias en tu cabeza desaparecen, todo el cariño y el mimo que has puesto, se acaba. Todo está escrito ya. No hay retoques, no hay más añadidos, no hay más personajes, no hay más historia. Es un final. Por eso, disfrutad del proceso que al final es lo más bonito que tiene y, una vez terminado y disfrutado, si se quiere publicar, adelante, sin miedo. Nunca se sabe. Puede ser que el libro sea un éxito. Si no lo es, oye, has hecho un libro, para mí eso ya es más que un motivo para celebrar y sentirse orgulloso. No todos pueden decir eso. La prisa nunca es buena. Paciencia, que todo llega.
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