Gloria Duque nos presenta su maravillosa obra, “Un pez entre un millón”.
¿Quién es Gloria Duque?
Soy una escritora novel y trabajo en la rama sanitaria como fisioterapeuta y osteópata. Además, ejerzo de profesora de Pilates. Me encanta mi profesión aunque reconozco que tengo muchas inquietudes. Estudié Administración y Dirección de empresas en la Pompeu Fabra, luego un Máster en negocios Internacionales Digitales y finalmente me saqué la carrera de Fisioterapia en la Ramón Llull. Tengo varios posgrados sanitarios además del título de Osteópata por la EOM. Se me da bien sumergir la cabeza entre los libros, pero nunca imaginé que un día escribiría uno. El confinamiento del COVID 19 sirvió para tomar la decisión de editar mi primera novela visto el éxito que tuvo en la sala de rehabilitación mientras lo estaba escribiendo.
¿En qué momento te sale tu vena escritora?
Empecé a escribir Un pez entre un millón en febrero del 2020 y tardé un único mes en ponerle fin. Fue mi autorregalo el día que cumplí los 40 años. Por suerte, lo registré la semana antes del confinamiento y tuve varios meses para revisarlo y dejarlo a punto de edición.
Por mi profesión estoy en contacto con mucha gente. Siempre se habla de la huella que deja el terapeuta sobre el paciente, pero pocas veces se habla de la influencia que el paciente ejerce sobre el profesional que lo atiende. Yo creo que mi libro es testimonio de eso.
A finales de 2019, un paciente agradecido por haberle curado su lesión me invitó a bucear. Él es uno de los mejores instructores y buzos de España. Sabía que adoraba el mar pero me daba terror meterme en las profundidades. Él me animó a superarme y me regaló un bautizo con él. Cuando estábamos a doce metros de profundidad, en mi primera inmersión, tragué mucha agua y sentí que iba a morir. Bajo el mar, los pequeños detalles marcan la diferencia entre la vida y la muerte. Él me enseñó que solo yo podía superar mis propios límites y me salvó la vida. Creo que no luchar por sobrevivir y dejarle sacarme de allí, fue el acto de fe más grande que he podido hacer nunca.
Un día llegué a casa y necesitaba sacar todo lo que viví ese día. Así renació mi vena escritora.
¿Entonces, ya habías escrito antes?
Sí, aunque no llegué a publicar nada hasta ahora. De pequeña en el colegio siempre nos hacían redactar. No lo hacía mal, por tanto, los profesores me solían inscribir a todos los concursos literarios que había. Cuando no los ganaba estaba dentro de los finalistas. Aún conservo algunos de esos relatos. En especial, le tengo cariño a uno que escribí con solo 13 años, sobre las experiencias de un niño en la guerra de la antigua Yugoslavia al que obligaron a ser soldado y luchar en contra de sus amigos, únicamente por tener religiones distintas. Guardo también el relato que inspiró uno de los libros de Maria Barbal, quien me escribió una emotiva carta donde me pedía que no dejara de escribir.
¿Y ahora que has retomado esa pasión, piensas seguir escribiendo?
Por lo pronto sí. Ya estoy acabando el segundo libro, que imagino saldrá este mismo año y que es la continuación del primero. De hecho, siempre tuve en mente que fuera una trilogía.
Hablemos de tu obra más reciente. ¿Cómo nace la idea de escribirla?
En realidad fue simple. Llegué a casa, cogí mi ipad y empecé a escribir, sin pensar en nada más.
Al principio era una carta sin remitente que no tenía planeado sacar de mi escritorio. Cuando tuve un par de capítulos escritos, lo imprimí en el trabajo para corregir las faltas. Lo dejé en mi portafolios y seguí trabajando. Mientras atendía a un paciente, vi al fondo de la sala a un bombero que lloraba. Estaba en una de esas espirales de negación a las que llegas cuando llevas mucho tiempo con una lesión y no le ves ninguna mejora. Me rompió el corazón ver a un hombre que había salvado vidas lamentándose profundamente por no poder seguir ejerciendo su profesión. Como estaba ocupada en ese momento, le di mi relato con el objetivo de mantener su mente distraída. Le encantó y me animó a seguir la historia. Así que, al llegar a casa, cada día escribía más y más.
Los demás pacientes empezaron a interesarse sobre los famosos papeles del bombero que le habían devuelto la ilusión y todos querían ver de qué se trataba. En dos semanas había cuatro copias de mi relato que pasaban de mano en mano y nadie podía dejar de leer. Quienes acababan rehabilitación ese mes, me entregaban sus correos electrónicos para seguir leyendo en sus casas. Fue muy divertido ver a más de cien personas enganchadas a mi novela y haciendo tertulia sobre los personajes. Por suerte, la historia fluía sola y cuando no, las aportaciones de pacientes y compañeras desatascaban mis dudas. Todos ellos me animaron a perseguir el sueño de escribir mi primera novela.
¿Qué pretendes conseguir en el lector con su lectura?
Es una lectura rápida y amena. Más allá de contar lo que pasó el día del buceo, mi primer objetivo fue que el bombero apartara sus problemas y se relajara con una historia de amor cargada de tensión sexual, que acaba siendo todo un thriller de intriga. Hoy en día, me conformo con que el lector disfrute de sumergirse en la historia y encuentre entre los personajes cierta afinidad.
Debo reconocer que escribí la novela pensando en captar la atención sobre Arturo (el protagonista masculino), porque ya en el párrafo uno se sabe que ha desaparecido en condiciones extrañas. Pero al final, muchos lectores me han confesado sentirse atraídos por la protagonista femenina, Mar. Ella se gana sus corazones y sufren mucho con su desamor. La ven enamorarse, caer, levantarse y crecer como mujer. Supongo que sin querer he hecho una historia de superación.
¿Eres un escritor ambicioso de los que quiere llegar lejos, o te conformas con escribir lo que quieres y publicar a tu ritmo, con diferencia del éxito que puedas conseguir?
Te confesaré que al principio me sentí muy realizada solo con el hecho de haber escrito una novela. De hecho, la autoedité junto con una amiga, Cristina Bono, para no tener que responder a ninguna editorial y que el libro, finalmente, fuera tal cual yo lo había imaginado. Con el tiempo, decidí presentarlo a Círculo Rojo y lo acogieron con los brazos abiertos.
Pero a partir del 28 de noviembre de 2022, adquirió un nuevo significado para mí.
Ese día murió un gran amigo (y fotógrafo de mi portada) en una tragedia que conmocionó los medios de toda España. Se ahogó en una cascada después de salvar la vida de su novia, intentando rescatar a su otro amigo. Eran tres montañistas que habían salido a pasar un día feliz y dos de ellos nunca regresaron. El dolor y la pena por su trágica muerte me impidió vivir el lanzamiento de mi libro, el 1 de diciembre (dos días después), como uno de los días más importantes en mi vida. Fue entonces cuando decidí que tenía que reconvertir la pena en algo positivo.
Lluís (de 37 años) dejó dos niños pequeños, que estaban en el mar conmigo el día que hice la foto de la portada. Desde entonces hago una pequeña hucha para que parte de lo recaudado con las ventas les pague la universidad. Sé que Luís estaría feliz con ello. Así que… ¡Sí! Me he vuelto algo ambiciosa y me gustaría vender mucho… para poder donar mucho a una buena causa. Y ya luego, si a la gente le gusta lo que escribo, que me compren el resto de los libros.
¿Cómo ha sido tu experiencia sobre el proceso de publicación?
Pues como te he dicho, lo autoedité yo, junto con una amiga, y lo colgamos en Amazon ese mismo año. Enseguida vendí la primera edición de doscientos cincuenta libros sin hacer nada. Cuando estuve emocionalmente lista, se lo envié a Círculo Rojo. Al principio me dijeron que ellos lo volverían a editar, pero estaba tan segura del resultado que les pedí que le echaran un ojo a la historia, así como estaba. A las pocas horas tenía un mail felicitando el trabajo de edición y en un par de días se habían enamorado de la novela y entré a formar parte de su catálogo. Soy consciente de que no siempre es fácil dar ese paso y no todo lo que se llega a escribir se publica. Creo que el escritor es el primero que debe confiar en su relato y dar el paso sin miedo, porque la experiencia vale la pena. Eso sí, hay que dedicarle tiempo a divulgarlo. Una obra que no se ve, es una obra que no se lee.
¿Hay algún consejo que puedas dar a los que ahora están escribiendo algo con la idea de publicarlo algún día?
Pues en realidad, nada más que eso: confiar en uno mismo y en la historia que se cuenta. Escribir ya es un gran paso. Animarse a mostrarlo es otro. No hay que tener miedo a las críticas. Hay que tomarlas como algo constructivo. Todo nos ayuda a crecer. El NO siempre estará ahí, por tanto, hay que buscar el SÍ. No hay que tirar la toalla si no nos aceptan el relato a la primera. Hay que seguir probando. Yo lo autoedité porque lo quise así, y una vez tuvo exactamente la forma que yo quería, lo presenté al mundo. No tuve prisa para enviarlo a una editorial, lo hice cuando me sentí preparada para ello. Ser escritor no solo es escribir y ya está, luego tienes que dedicarle tiempo. Se dice que escribir un libro es como parir un niño, pero nadie añade que hay que darle de comer si quieres verlo crecer.
¿Cuál ha sido tu experiencia publicando con la Editorial Círculo Rojo?
Por ahora, es buena. Siempre me han atendido las dudas y me han acompañado en todo el proceso. Creo que hay una parte de logística que se podría mejorar porque las librerías pequeñas, aunque tienen disponible el libro, tardan un mes en tenerlo y no pueden competir con plataformas como Amazon que tarda tres días en servirlo. Eso se debe a que la tirada es corta y no hay demasiada disponibilidad de ejemplares en la distribuidora. Supongo que si con el tiempo el libro se vende, se hacen tiradas más largas y el problema llega a desaparecer. Por ahora, mi libro únicamente está online y aunque ofrecen opciones de publicidad, al final es dinero y dinero que inviertes sin llegar a ver casi beneficios.
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?
Un día un paciente me pidió exactamente eso. Soy una pésima lectora de novela. No así de cultura en general. Por tanto, no podría definir un autor con el que me siento identificada. Acto seguido, la siguiente pregunta del paciente fue… ¿Y cómo puedes escribir si no lees? Mi respuesta lo dejó sin palabras: cuando escribo, no suelo pensar. La tinta fluye sola porque en el fondo, supongo que mi escritura es una parte de mí.
Debo añadir que cuando revisaron la novela, una de las cosas que se puso en valor fue la estructura. Es un libro con dos historias paralelas y que además empieza por el final. Tiene cohesión, el lector siempre sabe en qué punto de la historia está y todos los capítulos siguen un mismo patrón. Los títulos hacen referencia a un estado del agua, porque el agua es un elemento que fluye y permite el cambio, además de ser una fuente de vida. Están pensados para definir el estado de ánimo de la protagonista o lo que le sucede en el momento. Y… Todo eso salió sin más, sin pensar, ni hacer esquemas, ni borradores, ni fichas de personajes. Ni siquiera le di vueltas al título, porque fue lo primero que puse. Imagino que haber tenido una buena base en la escuela y haber escrito mucho de pequeña tiene sus reminiscencias.
¿Y por qué ese título?
El título tiene un doble mensaje. Un pez entre un millón puede ser uno cualquiera, o puede ser ese pez que destaca entre los demás. La protagonista crece en esa dirección. Ella se siente uno más pero todos saben que es especial. Ella no descubre lo especial que es, hasta el final.
¿Dónde se pueden conseguir tus libros?
Están disponibles en el Corte Inglés, la casa del libro, Fnac, Amazon y todas las librerías que cuentan con el catálogo de Círculo Rojo, además de diferentes plataformas digitales como libros CC. En Amazon, además, está en formato e-book.
Lo mejor es buscar mi título en Google y escoger la plataforma que más interese al lector.
Tengo algunos ejemplares en casa que guardo para gente que me escribe al Instagram del libro @unpezentreunmillon. Es un perfil muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Es un perfil abierto por mí, donde a veces escribo como escritora y otras es Mar (la protagonista del libro) quien escribe lo que piensa y siente durante el tiempo que Arturo (su amor) está desaparecido. Así que en esencia es una extensión del libro. Hay mucha gente me ha empezado a seguirme sin saber qué es parte del libro y qué es realidad. Supongo que eso es la magia de la historia, que el lector lo viva como algo real.
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