Ezequiel Nieto Vázquez empezó compartiendo reflexiones en un blog y ahora publica su primer libro, «Free Doors! Quince reflexiones breves».

¿Cómo describirías la temática general de tu libro “Free Doors! ¿Quince reflexiones breves” y cuál fue tu inspiración para escribirlo?
Bueno, el libro es una compilación de algunos artículos/ensayos que fui escribiendo en estos últimos años, por cuestiones precisas que en determinadas circunstancias o por situaciones especiales me inspiraron a reflexionar acerca del tema que trata cada capítulo. No escribí el libro de corrido, sino que cada capítulo fue escrito separado en el tiempo y por alguna situación peculiar que motivó esa reflexión puntual. Luego, reuní varias reflexiones con temáticas más o menos vinculadas y las uní bajo ese título de “Quince Reflexiones Breves”.
Algunas veces la inspiración fue una situación emocional muy intensa, que disparó una reflexión en el período sensible inmediato posterior. Otras veces fue simple introspección que me inspiró a escribir sobre lo que hallaba en mi interior. Todas tienen un mensaje.
En la introducción de tu libro mencionas que surgió como parte de tu terapia durante el encierro de la pandemia. ¿Cómo influyó este contexto en tus reflexiones y en la forma en que las abordaste?
Como lo explico allí, la pandemia me obligó a -y permitió- poner freno al frensí diario de mi trabajo como abogado asesor y litigante, descubriendo rápidamente que en el desasosiego del confinamiento y la angustia del encierro tenía una poderosa arma para usar: mi mente para reflexionar sobre casi cualquier cosa. Me encontré así, rápidamente, fascinado por el espacio y lugar que me daba el confinamiento para poder pensar, analizar, reflexionar y luego … escribir sobre eso.
Sé que a muchas personas el encierro les hizo mucho mal, y lo sufrieron. A mi no me pasó eso (al principio) sino que fue como un tetris gigantesco que me permitía -en cámara lenta y a mis tiempos- acomodar, ordenar, clasificar, pensar, encuadrar y re-significar muchas cosas, relaciones, vínculos, afectos, tareas, proyectos, etc. Definitivamente hubo un antes y un después en mi vida, con la pandemia.
¿Cuál es el significado detrás del título “Free Doors!” y cómo se relaciona con las reflexiones que compartes en el libro?
Free Doors no es el título de este libro, sino que las “Quince Reflexiones Breves” pertenecen a Free Doors, que es el nombre del Blog en el cual las empecé a escribir y dar a conocer (https://spanishfreedoors.blogspot.com). Además Free Doors tiene un Instagram donde también difundo algunas de las entradas del Blog (@free.doors). Es como una especie de paraguas bajo el cual se han publicado, entre varias otras más, las quince reflexiones de este libro.
Free Doors vendría a significar “liberemos las puertas”, los obstáculos que nos imponen o auto-imponemos, seamos libres … vivamos libres … Pero no desde una óptica de opresión o represión que debe ser liberada, sino -desde el otro lado de esa moneda- buscando y trabajando por la parte creativa que te facilita la libertad, cómo te inspira el que seas libre … Que tengamos las “puertas” abiertas, liberadas, nos coloca en un estado de observación y reflexión que nos conecta mucho más profundamente con todos los tiempos: tanto el pasado, para analizarlo sin tanto dramatismo y aprender de él y conocernos más, el presente para procurar disfrutarlo plenamente y el futuro como lugar hacia donde queremos -hoy- marchar.
Luego del título Free Doors, en el Blog y en el libro mismo, está la sentencia resumida: “… abrir nuestras ideas a los sueños que siempre nos han acompañado, los pensamientos que tuvimos, tenemos y debemos verbalizar … los proyectos que viviremos … las anécdotas que hemos tenido!”

¿Podrías compartir alguna reflexión en particular que consideres especialmente relevante o impactante para los lectores?
Luego de empezar el proceso de publicación del libro me tocó volver a Argentina por unos asuntos profesionales que debía atender en persona, y aprovechando mi estadía allá estuve varios días ocupado clasificando y descartando documentos jurídicos de mi oficina. Eso generó, a diferencia de otras veces, una situación emocional muy intensa que -luego- plasmé en una nueva entrada del Blog (no publicada aún).
Les comparto un par de párrafos sobre la experiencia de esa crisis:
“… es en ese agridulce proceso en que nos encontramos algunas veces, esto es en pleno tironeo entre la inestabilidad propia de la crisis y el grito de la invitación al retorno a la zona de confort adormecida, cuando tenemos la opción de elegir hacia dónde avanzar. Podemos optar por no innovar y quedarnos en el territorio ya conquistado y conocido, o adentrarnos en la crisis y darle la oportunidad de que nos muestre por qué vino, para qué quiere ocupar nuestra atención, y cuál es la enseñanza que nos dejará al final de su existencia. …
Pero no siempre todo es incertidumbre.
En algunas oportunidades debemos avanzar en las crisis también sobre terreno conocido y trillado, sólo para cerrar etapas y abrir espacios a nuevas vivencias, nuevos rumbos en nuestros caminos … Nueva vida.
En ese territorio conocido me encontraba días pasados: ordenando, clasificando y desechando escritos, papeles de trabajo y documentos acumulados en casi 30 años de trabajo jurídico. En un primer momento la necesidad fue la de ordenar y hacer espacio físico … pero rápidamente esa cuestión se transformó en otra experiencia muy distinta relacionada no ya con los papeles y documentos en sí, sino con el intangible que nos plantean las etapas que cada uno debe ir cerrando a lo largo de su vida.
Ví desfilar así, durante varios días, algunas décadas de mi vida.
Rememoré y volví a sentir momentos lindos y felices, experimenté de nuevo la adrenalina de las aventuras vertiginosas en la jungla de los pasillos de los Tribunales, recapacité sobre las etapas no tan agradables … y por momentos se sentaron espiritualmente a mi lado personas inolvidables, personas que ya no están por aquí …
En más de una oportunidad recordé verdaderas guerras declaradas y desatadas por nimiedades … por egos narcicistas imposibles de domar … en las cuales perdieron todos los involucrados.
Recordé, sentí, me emocioné y lloré las heridas que dejaron esos campos de batalla. …
Cada hato de documentación era un compendio de las emociones del cliente atribulado porque lo habían demandado, o porque debía demandar a otra persona por algún incumplimiento civil.
Cada carpeta registraba un período, en mis manos tenía una porción en la vida de cada una de esas personas, en la que vivieron sus casos con congoja e incertidumbre, o con esperanza y ansiedad … Sus emociones habían aflorado con fe en lograr el éxito, o con la certeza del riesgo y costo medido.
Sonreí y disfruté con mucha intensidad ante cada carpeta que tomaba y analizaba … ante cada cliente que allí aún se mantenía vivo, latente, expectante …
Recuperé a gente que ya no está más por aquí entre nosotros, rememorándola a través de los casos y pleitos en los que los asistí y representé.
Volví a sentir lo que con cada uno de ellos ocurría en sus casos, a cada momento; cayendo una y otra vez en la cuenta que tenía ante mí una parte de sus historias vitales: la que vivieron conmigo.
Me sentí muy feliz, porque sé que cada uno me entregó lo mejor que tenía: su tiempo. …
Y la crisis?
La crisis dio el puntapié inicial, pero quedó atrás por conducto de las conexiones emocionales que me transportaron hacia el pasado, para homenajear esas encomiendas que alguna vez me dieron, y sentir nuevamente eso que ya se agotó, que ya no está en el mundo físico … pero que quedó en el papel, en la memoria y en las emociones evocadas. … ”
En este caso, lo que me impactó muy profundamente fue la conexión emocional con vivencias del pasado, con personas que ya no están en el presente, pero que las volví a sentir vivas a través de sus asuntos, recordándolas, festejándolas y homenajeándolas en silencio por su templanza y enseñanzas que me dejaron. Aprendí de esa crisis que todas las personas tenemos un legado, un tesoro único y exclusivo conformado por nuestras experiencias vitales y nuestras relaciones y vínculos. Esa red infinita nunca se extingue, pues siempre habrá algo o alguien en el cordel que te conecte con ese pasado en común …

Mencionas que has adquirido una sensibilidad especial por las voluntades humanas puestas en juego en cada relación. ¿Cómo exploras este tema en tu libro y qué mensaje intentas transmitir al lector?
Bueno, trabajando los abogados cotidianamente con conflictos y pasiones humanas de todo tipo (dinero, bienes, irresponsabilidades, desavenencias personales, etc.), como generalmente ocurre entre los que ejercemos la profesión libre, el tiempo y experiencias acumuladas a lo largo de los años nos va entrenando gradualmente para reparar en -y captar- las cosas que no se nos dicen, pero que están subyacentes en el caso o asunto. Muchas veces me ha pasado de haber entendido la verdadera naturaleza del conflicto luego de muchos años de pleitos, agresiones y defensas, sin que ese conflicto estuviera así expresado en el caso llevado a los Tribunales. Se aprende mucho sobre esto viendo actuar a los abogados más experimentados.
En el libro trato de reflejar un poco esa visión que no se adquiere por los ojos, expresando en diferentes capítulos y por temas distintos, cómo las voluntades humanas -inclusive la propia- son factibles de ver y analizar si sólo se está un poco atento, y uno mira y reflexiona con sinceridad, sin prejuzgamientos …
No me lo había planteado así hasta ahora, pero creo que el mensaje común que en general tienen todos los capítulos es que tratemos de conectar mejor con nuestras emociones, conociéndonos más al recorrer los caminos internos de la reflexión, para de tal modo ser mejores receptores de las emociones y vivencias de los demás. Para tener más empatía.
¿Qué papel juegan los viajes que has realizado en bicicleta, incluido el Camino de Santiago, en tu visión y en las reflexiones que compartes en el libro?
Cada viaje ha sido distinto, y con alguna enseñanza especial. He viajado en bicicleta con mi hija mayor y una hija adoptiva del Rotary, por Suecia y Noruega; y me he divertido a más no poder con ellas dos. También he viajado con otra de mis hijas, de 15 años de edad, por Italia y Croacia y ha resultado una experiencia increíble de intimidad y desarrollo personal. Con cada uno de ellos he tenido un aprendizaje y -a su vez- ellos también se han nutrido de mi.
Pero viajar solo en bicicleta ha sido, para mi, la mejor manera de conectarme conmigo mismo, con mi interior y mi pasado, quedando al término de cada viaje varios meses “vibrando” emocionalmente, disfrutando el sabor del autoconocimiento y paladeando el placer de mi encuentro.
Viajar solo y con únicamente una bicicleta y algunos pocos kilogramos de ropa te desconecta de las rutinas de la sociedad moderna, creándote un espacio y una dinámica del tiempo muy distinta a la que vivimos cotidianamente. Eso propicia que pensemos en nosotros y nuestros vínculos afectivos, que analicemos nuestros entornos de trabajo y proyectos, que -en definitiva- resignifiquemos casi todos los aspectos de nuestras vidas con los que nos subimos el primer día a la bicicleta …
Varias de las reflexiones del libro comenzaron como simples observaciones e ideas en alguno de los Caminos de Santiago.
Hay una anécdota que quiero contar, como forma de homenaje a un amigo muy querido que lamentablemente falleció hace poco, y que fue quien me inspiró para hacer mi primer Camino de Santiago (el del Norte): antes de iniciar la travesía en la bicicleta, traté varias veces de encontrarme con él para que me contase algunas cosas sobre las que yo tenía mis dudas e inquietudes, e invariablemente él siempre suspendía el encuentro con algún compromiso de última hora … Inclusive llegué a pensar que se había disgustado conmigo, pero en fin, viajé así e hice mi Camino de Santiago. Cuando regresé, él me dijo: no quise que nos encontráramos para no “contaminar” tu propia experiencia. Debías encararlo vos a tu manera, y vivirlo como te saliera. Y me contó lo que le ocurría a él cada vez que hacía alguno de los Caminos de Santiago (él caminaba …): el primer día, todo entusiasmo e ímpetu; el segundo ya duelen las piernas, aparecen ampollas, y uno comienza a cuestionarse si fue buena idea … El tercero definitivamente uno quiere regresarse, pero ya no se puede. Al cuarto se empieza a llorar … a perdonarse y perdonar.
Esa es la intensidad que se vive en el Camino de Santiago. Gracias Jorge!

¿Cuál fue el criterio que utilizaste para seleccionar las quince reflexiones que forman parte del libro? ¿Hubo algún tema o concepto recurrente que quisiste abordar?
Como dije antes, la selección de los quince temas o capítulos fue por conexidad de temáticas, todas de reflexión y análisis introspectivo, excluyendo los otros temas y anécdotas que también tiene el Blog.
Más que concepto o tema recurrente por abordar creo que la intención ha sido -y es- que la sencillez de los pocos renglones que posee cada capítulo logre conmover los rígidos preconceptos y prejuicios que normalmente nublan nuestras experiencias vitales.
Que el lector disfrute, y disfrutemos todos, analizándose, como yo lo hice; redimiendo algunos aspectos controvertidos que usualmente cargamos sin enfrentar.
¿Qué esperas que los lectores obtengan o experimenten al leer tu libro? ¿Cuál es el mensaje central que te gustaría transmitirles?
Espero que como yo, los lectores se diviertan con la imagen de ellos mismos. El mensaje central es de superación emocional, tanto propia como respecto de nuestros afectos y vínculos cercanos. De los que nos importan.
¿Cuál ha sido la respuesta de los lectores hasta ahora? ¿Has recibido algún feedback significativo que te haya sorprendido o impactado de alguna manera?
La respuesta ha sido muy buena. A todos les ha gustado lo que leyeron. Los mejores comentarios los han dejado en el Blog, en algunos de los temas puntuales. Gente que se ha sentido transportada a su propio pasado, conducida por las letras de la reflexión …

¿Tienes algún proyecto literario en mente para el futuro? ¿Te gustaría seguir explorando temas similares en tus escritos o tienes en mente explorar otros aspectos de la experiencia humana?
Sí. Aunque como te dije de vez en cuando sigo escribiendo entradas en el Blog que -estimo- alguna vez publicaré, hoy me encuentro abocado a un proyecto un poco más complejo que reflexiones breves y separadas sobre temas puntuales. Trato de escribir sobre toda nuestra experiencia vital desde que nacemos, nos formamos, somos adultos y finalmente partimos de esta existencia, utilizando para mejor contraste paralelismos y figuraciones.
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