Ferran Salgado Serrano nos habla de su última publicación, «La carta sin respuesta», una novela histórica y segunda parte de su primer libro.

Para quién no te conozca, ¿quién es Ferran Salgado Serrano?
Soy una persona que desde que tengo uso de razón siento pasión por la lectura, por los libros. Escribir (y leer) es una de las cosas que da sentido a mi vida, como la sangre que fluye por mis venas y como el aire que respiro.
Hoy en día soy autor de cuatro obras literarias: La traición de conde, La soledad de las palabras, Vivencias pausadas y La carta sin respuesta.
También he publicado varios artículos de temática medieval en dos revistas especializadas: Arqueología, historia y viajes sobre el mundo MEDIEVAL (edición en castellano), y El Món Medieval (edición en catalán), siendo durante un largo periodo de tiempo el Redactor de ambas.
En el contexto de las redes sociales tengo mi propia página web: Ferran Salgado Serrano – Escritor; y dos blogs sobre libros: Mi Biblioteca (trescientas veinticinco entradas-ejemplares), donde doy a conocer mi biblioteca (novela, ensayo, poesía, etc.), y mi Biblioteca – Edad Media (trescientas cuarenta y siete entradas-ejemplares), donde muestro todos los libros que poseo sobre temática medieval.
¿Cuándo empezaste a escribir?
Como he dejado constancia anteriormente, mi predilección por lectura fue lo que me llevó a atreverme a escribir. Durante mi etapa escolar tuve la fortuna de adentrarme en la lectura, primero obligada y luego voluntaria, donde descubrí un sinfín de mundos, de historias, de emociones. Ese sentimiento se fortaleció y se aferró a mi ser durante el bachillerato, época en la que descubrí definitivamente a los autores clásicos, de época medieval, renacentista, contemporánea… de lengua castellana; y también a escritores en lengua catalana. Novela, ensayo, obras teatrales, poseía…
Durante esa época de infancia y adolescencia, en el colegio y en el instituto se fomentaba la escritura mediante la realización de Juegos Florales o simplemente con algún ejercicio donde se nos solicitaba escribir un cuento o poema. No obstante, fue en mi época adulta cuando quise dar el paso de lector a escritor. Hasta entonces había estado leyendo historias de otros autores y cavilé que ya había llegado el momento de cambiar las tornas.
¿Cuántos libros has publicado ya?
Hasta la fecha he publicado cuatro obras literarias: La traición del conde, una novela histórica ambientada en el siglo X; La soledad de las palabras, una novela ambientada en el siglo XX; Vivencias pausadas, un recopilatorio de relatos breves de tema libre; y La carta sin respuesta, otra novela histórica y segunda parte de mi primer libro.

¿Qué es lo que más destacarías de La carta sin respuesta?
Como en La traición del conde (la primera parte), he intentado ser riguroso con el contexto histórico. Obviamente se trata de una novela y por ello las vicisitudes de los protagonistas nacen de la ficción, de mi propia imaginación, pero siempre teniendo en cuenta la situación política, social, económica y las costumbres de la época. He procurado, y anhelo haberlo logrado, mezclar de la mejor manera posible la ficción con el trasfondo histórico para crear una novela completa y del agrado del lector.
Entrando más en detalle creo que poder narrar, a través de los ojos del protagonista, los acontecimientos ocurridos a finales del siglo X en territorio peninsular y el reino franco ha sido un viaje fascinante, en el cual yo mismo he ido descubriendo, renovando y asimilando diversos conceptos e ideas.
¿Cuánto tiempo te ha llevado escribirlo?
Grosso modo creo que poco más de un año. Fue un periodo creativo más breve porque ya tenía en mi poder toda la información histórica de la época en cuestión, pues ya había realizado esa labor para La traición del conde. Además, los personajes principales ya estaban descritos, ubicados y solo debía seguir sus trazos para hacerlos evolucionar dentro de un contexto histórico que ya conocía. En resumen, todo el trabajo previo a la creación literaria ya lo había hecho.

¿Y sobre La traición del conde?
En este caso sí fue una tarea ardua y extensa en el tiempo, pues entre que me propuse escribir mi primera novela hasta que salió publicada transcurrieron más de cinco años. Sí me ayudó el hecho de tener muy claro sobre qué quería escribir, pero por en medio tuve que buscar información histórica relevante en bibliotecas, en Internet y en libros que tenía en casa. También recuerdo que el proceso de creación literaria me llevó casi tres años porque solo podía escribir algunas horas durante los fines de semana y vacaciones. Además, una vez terminado y autorevisado el manuscrito me llevó muchos meses, incluso más de un año, encontrar una editorial que estuviera dispuesta a publicármelo. Era un autor novel, ilusionado con su primer libro, pero por ello con todos los números para ser rechazado una y otra vez.
Lo que sí recuerdo con cariño es que disfruté mucho durante el periodo de escritura. Seguramente por la ilusión que me embargaba por hacer realidad uno de mis sueños, o porque el periodo y ubicación elegido, el siglo X y península Ibérica, era de mi agrado.
¿Podríamos esperar una tercera entrega de la historia?
Nunca se sabe, pero creo que no. Cuando hace años decidí escribir mi primera novela tuve en consideración dos aspectos: el primero hacía referencia al tipo de novela, supe desde el principio que sería histórica e incluso el periodo a tratar y la situación geográfica donde se ubicaría. El segundo estaba relacionado con la distribución temporal de cada libro, pues tenía en mente escribir una trilogía y cada novela abarcaría más o menos cuatro años. La primera de 981 a 985, la segunda de 985 a 988, y la tercera de 988 a 992. Sin embargo, una vez finalizada la investigación sobre el periodo en cuestión, es decir, la búsqueda de información histórica, me percaté de que de la última parte ya no había acontecimientos históricos de relevancia en función con la historia que quería escribir. Así pues, ya en ese momento descarté la idea de llevar a cabo una trilogía y redactar solo dos novelas (primera y segunda parte).
Háblanos brevemente también de tus otros libros publicados en Ediciones Ruser: Vivencias pausadas y La soledad de las palabras.
Entre los años 2013 y 2015 realicé dos cursos online de escritura en la Escuela de Escritura de la Universidad de Alcalá de Henares. El primero, Atrévete a crear, hacía hincapié en la escritura automática, en dejar atrás el miedo a la hoja en blanco y atreverse a escribir, además de aprender algunas técnicas y conceptos para escritores. El segundo, Cómo escribir correctamente, ofrecía claves para mejorar la escritura entre otros aspectos, cuyos ejercicios mayormente, y a veces sin pretenderlo, consistían en escribir relatos breves de tema libre: narrativos, paisajísticos, etc. Vivencias pausadas nace precisamente a partir de esos ejercicios. Es decir, algunos relatos breves del libro son las prácticas del curso y otros son escritos años después, pero siguiendo esa línea.
Lo que más destacaría de La soledad de las palabras es la emotividad que se esconde en el interior de sus páginas, aunque para el lector quizá resulte chocante el tema de fondo y la forma en que está escrito, pese que ahí radica su magia. Sentimientos que permutan a medida que el protagonista cumple años, y pasa de niño a adulto, emociones que oscilan desde el odio acérrimo hasta la felicidad absoluta. La novela es un canto a la vida, a las ganas de vivir, de sobrevivir.

¿Cómo ha sido tu experiencia con Ediciones Ruser?
El hecho de publicar con una editorial pequeña, cuya forma de venta es bajo demanda, tiene sus pros y sus contras. Para empezar el número de ejemplares publicados es muy reducido y prácticamente deben venderse el día de la presentación. Por ello sigues siendo un escritor desconocido para el gran público, aspecto que lamento muchísimo y, como he mencionado anteriormente, con frecuencia pienso en dejar la escritura.
Aun así, valoro en demasía la relación humana que se establece entre editor y escritor, el trato tan cuidadoso que se ofrece y que se recibe.
En relación con mi profesión de escritor no puedo aventurarme en lo que sucederá a partir de ahora. No sé si algún día publicaré con otra editorial o seguiré siempre con la misma. ¡Ojalá una de las dos o tres editoriales más importantes de España se interesaran por mis obras! ¡Ojalá se realizaran traducciones en otros idiomas! ¡Qué ocurra!
Con todo, y lo digo con la mano en el corazón, estoy muy agradecido con mi actual editor.

¿Cuál es tu opinión sobre las oportunidades que se les da a los escritores noveles?
Ante esta cuestión me gustaría responder con otras palabras, unas con connotaciones más positivas y que fusen acordes a lo que yo aún deseo. En mis inicios como escritor tenía una concepción bastante escueta del negocio editorial. Siempre había oído decir que era un sector muy reducido y de difícil acceso para los nuevos autores. Al terminar mi primera novela y ponerme a buscar editorial, empecé a percatarme de esa idea preconcebida. A la hora de enviar una muestra del manuscrito, incluyendo otros documentos necesarios como la descripción argumental, la biografía literaria del autor, etc., ya fuese por email o por correo postal, siempre recibía la misma respuesta: la editorial no acepta manuscritos sin ser previamente solicitados. Me ocurría lo mismo cuando sondeaba una agencia literaria con el propósito de que me representara.
A decir verdad, hubo momentos en que estuve a punto de desistir, de tirar la toalla, de rendirme y dejar de escribir. Una persona que conocía, y que trabajaba en este sector, me dijo que las agencias y editoriales preferían nombres; es decir, personas que por su profesión ya eran conocidas por el gran público y no autores que a duras penas lograban sacar sus obras a la luz para vender un número reducido de ejemplares.
Con sinceridad, y siendo muy consciente de la dificultad que conlleva, quisiera creer que, a pesar de ser un sector de puertas casi cerradas para los escritores desconocidos, ¡bien sabe Dios que me gustaría formar parte de él!
Además, con cuatro obras literarias publicadas ya no me considero un autor novel, pero tampoco soy leído por el gran público. Así pues, no pierdo la esperanza. Lo seguiré intentando.
¿Cómo consigues inspirarte a la hora de escribir tus libros?
Lo más importante, y lo que procuro tener claro, es elegir el tema principal y el contexto (ya sea una novela histórica ambientada en la Edad Media o una historia en época contemporánea). Si logro tener ambas cosas con prontitud, la creación literaria empieza a fluir con normalidad. Obviamente hay periodos en los que escribo más o menos, en función de las ideas que me vayan surgiendo a medida que avanza el libro. Es lógico pensar que, pese a realizar un esquema (guion) previo donde plasmo el esqueleto de la obra, las vicisitudes de los personajes se van creando a fuego lento y en evolución constante.
Debo decir que las temáticas e ideas de mis obras literarias pueden aparecer de forma espontánea gracias a mi imaginación, gracias a los libros que he leído a lo largo de mi vida, bien mediante la lectura de la prensa o de noticias que escucho en televisión.
En tu rol de escritor, ¿qué deseo pedirías?
Siendo sincero, no cabe duda de que me agradaría que mis obras superaran el anonimato y fueran leídas por el gran público.

Actualmente, ¿tienes algún proyecto literario en marcha?
Sí. Estoy escribiendo mi quinto libro. Una novela ambientada a finales del siglo XX y principios del XXI. En la novela hay dos protagonistas cuyas historias, primero por separado, acaban por confluir.
Para terminar, ¿nos recomiendas alguna lectura?
En esta ocasión os recomiendo una novela que leí hace un tiempo, se trata de Un juego de niños de Donna Tartt.
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