Entrevistamos a Lucio Fernández, que nos habla sobre su obra “Egoísmo Responsable”, obra publicada con la editorial Círculo Rojo.
- Has tenido una destacada trayectoria en el ámbito de los Recursos Humanos y la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). ¿Cómo ha influido tu experiencia en estos campos en la creación de “Egoísmo Responsable”?
Egoísmo Responsable tiene su sentido gracias a mi trayectoria en la gestión de personas y Responsabilidad Social Empresarial. Llevo 18 años en puestos directivos implementando estrategias donde la persona y la sostenibilidad han sido protagonistas.
Las personas son un factor fundamental en el crecimiento de las organizaciones. Que la persona esté en el centro de la estrategia es un elemento que parece obvio, pero tras todos estos años trabajando en empresas de distintos tamaños, desde pymes hasta multinacionales, puedo llegar a la conclusión que una gestión eficiente de tus colaboradores lleva al éxito.
- ¿Qué te motivó a reunir estos artículos en un libro y cuál es el mensaje principal que esperas transmitir a los lectores a través de “Egoísmo Responsable”?
Mi intención no era publicar un libro. Un día, una amiga, me propuso escribir un artículo cada quince días en un periódico digital donde expusiera mi visión sobre estos temas. Inicialmente, pensé que no iba a ser capaz. No soy nada estructurado, me gusta la creatividad de la conferencia, donde ya he realizado más de 300. Ser director de personas es un reto diario, cada día es diferente y necesitas tener la flexibilidad necesaria para ofrecer soluciones efectivas en el menor tiempo posible.
Lo que parecía imposible, se convertía en realidad. Cada quince días conseguía publicar mi artículo y, sorprendentemente, era bien recibido por los lectores. Un buen día Marta, mi mujer, me dijo “¿por qué no publicas un libro con los artículos que escribes?” y, dicho y hecho, surgió recopilar los artículos publicados en 2 años. Ese fue el origen de Egoísmo Responsable que pretende ser un libro “canalla” donde el lector pueda ver que hay determinados mitos que se pueden romper y que, la realidad en la gestión de personas, la ética y la sostenibilidad es mucho más emocionante de lo que creemos.
- En tu obra abordas temas como la gestión de talento, la ética, la sostenibilidad y los valores. ¿Cómo crees que estos aspectos pueden influir en la evolución de las empresas y la sociedad en general?
Juan José Almagro, uno de los mayores expertos a nivel internacional en la gestión de personas y sostenibilidad y gran amigo mío, tiene una frase que me encanta: “las empresas serán sostenibles o no serán”.
Es una frase que hago mía cada día y aplico en mi gestión. Queda más que demostrado que las empresas que gestionan el talento de una manera eficiente son mucho más competitivas que las que no lo hacen.
Nos encontramos en una situación global donde el talento decide en qué empresa quiere trabajar. Esto está generando una “guerra por el talento” donde todos establecemos políticas que los atraigan y los fidelicen. Tener el mejor talento te diferencia del resto y te da un valor competitivo adicional.
Por otro lado, la sostenibilidad ha venido para quedarse. La sociedad se vuelve cada vez más exigente con los productos o servicios que compra. Quiere empresas que cuiden a sus empleados, a sus clientes, a sus proveedores, que sean respetuosos con el medio ambiente, que luche contra la corrupción, … en definitiva, que hagan las cosas bien.
Este marco donde personas y sostenibilidad se han colocado en el centro de la estrategia supone una situación muy favorable para que empresas puedan lograr sus objetivos empresariales y ofrecer un valor añadido a la sociedad.
- El título “Egoísmo Responsable” es intrigante. ¿Podrías explicar cómo concibes esta idea de egoísmo y su relación con la responsabilidad?
Egoísmo Responsable es una derivada de un término que llevo utilizando mucho tiempo “Egoísmo Colaborativo”.
El ser humano es egoísta por naturaleza y, si conseguimos, focalizar este elemento hacia el bien común (colaborativo) podremos obtener unos resultados muy impactantes.
Egoísmo Colaborativo se resumen en la siguiente frase “Soy tan egoísta que quiero que le vaya muy bien a los demás para que me vaya muy bien a mí”.
En mi opinión, no hacemos las cosas por los demás, sino para satisfacer nuestro ego personal que está siempre hambriento. La clave es entender que, si ayudamos a los demás, en algún momento, tendremos nuestra recompensa. Una frase muy utilizada lo recoge “siembra y recogerás”.
Si lo pensamos detenidamente, cuando hacemos algo por los demás nos sentimos bien y generamos una serie de hormonas “de felicidad” como son la serotonina, endorfina, dopamina y oxitocina. Este nivel de felicidad hace que nuestro cerebro nos invite a seguir haciendo eso que tanto placer nos da.
Prueba a ser un egoísta colaborativo y verás como entiendes la vida de otra forma.
- ¿Cómo fue el proceso de selección de los artículos incluidos en el libro? ¿Hubo algún criterio específico que guiara esa elección?
Como he comentado antes, la elección de los artículos no tiene un criterio definido. Elegí los últimos 50 escritos y los puse uno detrás de otro.
Lo interesante del libro es que puedes leerlo de una manera desordenada. No tienes por qué seguir un orden establecido. Quizás lo hice así porque creo que es más atractivo. Además, puedes volver a releer algún artículo cuando necesites reflexionar sobre un tema en concreto.
- Nos llama la atención el aspecto solidario de tu obra, ¿podrías hablarnos más sobre el proyecto de donación del 100% de los beneficios a la Fundación Aladina y su importancia para ti?
Uno de los aspectos que tenía claro cuando quería publicar Egoísmo Responsable es que no quería ningún beneficio de éste. Mi profesión es directivo de personas y sostenibilidad y no escritor. Seguramente, nunca pueda vivir de escribir.
Teniendo claro esto quería buscar un proyecto que encajara con mis valores. Aunque la vida me ha llevado por otro camino, soy maestro de Primaria y los niños siempre me han parecido maravillosos. Por mi profesión he conocido muchas entidades que trabaja con niños que sufren algún tipo de enfermedad y, ayudarles, siempre ha sido uno de mis objetivos personal y profesional.
Busqué en internet entidades que ayudara a niños con enfermedad y envié varios correos explicando mi proyecto y lo que quería hacer con el beneficio del libro. La entidad que rápidamente respondió fue Fundación Aladina.
Este interés fue el que me hizo ver que sus valores y los míos estaban alineados y me decidí por ellos. Casualmente, a través de un contacto, me enteré de que estaban desarrollando un proyecto en Murcia, ciudad donde vivo. Este proyecto consiste construir un gimnasio en la planta de oncología infantil del Hospital Virgen de la Arrixaca. Me parece algo maravilloso y que todos debemos apoyar. Es un proyecto muy ambicioso con una importante necesidad de recursos económicos. Egoísmo Responsable supone un pequeño grano de arena, “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.
- ¿Cuál crees que es el mayor desafío al que se enfrentan las organizaciones en la actualidad en términos de gestión de talento y responsabilidad social?
Estamos en un mundo competitivo que va demasiado rápido. Tener el mejor talento nos va a permitir poder sobrevivir en esta jungla en la que se ha convertido el tejido empresarial.
Tan importante es captar a los mejores como conseguir que se queden con nosotros el mayor tiempo posible. La fidelidad no es un valor actual entre los empleados. Hay una alta rotación. El talento no solo quiere un salario competitivo, sino que ofrezcamos otros elementos que les motiven: flexibilidad, desarrollo profesional, conciliación, objetivos claros, transparencia, ética y sostenibilidad.
En cuanto a lo que se refiere a la responsabilidad social nos encontramos en una situación donde se están produciendo cambios normativos que obligan a las organizaciones a implementar estrategias en materia de sostenibilidad y, además, reportar a los grupos de interés como factor de transparencia.
En 2018 España publicaba la Ley 11/2018 en materia de información no financiera y diversidad donde obligaba a empresas de más de 250 empleados y con una facturación superior a 40 millones a reportar sus aspectos no económicos. Esa ley supuso un cambio radical en cuanto a la transparencia.
En la actualidad, el reporte en materia de sostenibilidad ha evolucionado considerablemente en los últimos años y la nueva CSRD o Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad es el paso definitivo en un proceso de cambios sin precedentes.
Atender a esta regulación y trabajar por ser una organización atractiva supondrá que nuestra empresa pueda ser referente en el mercado.
- ¿Qué consejos prácticos ofrecerías a las empresas que buscan mejorar su enfoque hacia la ética, la sostenibilidad y el bienestar de sus empleados?
Para mi hay un consejo que es evidente, pero que no todas las empresas aplican. Lo importante es ser coherente entre lo que se dice y lo que se hace. Debemos huir del greenwashing. La ética, la sostenibilidad y el bienestar deben ser aspectos estratégicos en las empresas.
Solemos hacer las cosas de una manera acelerada y construir “la casa por el tejado”. Queremos aparentar lo que no somos pensando en que vamos a engañar a la sociedad. Cuando nos damos cuenta que no es así, ya es demasiado tarde.
Por otro lado, nos puede la prisa. Muchas veces la manera más rápida de llegar al objetivo no es corriendo más sino tomando el camino más adecuado. El maestro Almagro expone en uno de sus artículos “cuando el capital se vuelve impaciente, el directivo se vuelve indecente”.
Construir buenos cimientos a un ritmo adecuado nos va a permitir conseguir los objetivos establecidos.
- ¿Cómo ves la intersección entre la ética empresarial y la mejora de resultados financieros dentro de una organización?
Los resultados financieros son una consecuencia de las actuaciones que ponemos en marcha.
No podemos olvidar que una organización debe ganar dinero, debe ser rentable. No serlo supone que dejará de existir. La rentabilidad no puede ser un objetivo en sí mismo, sino un resultado. El objetivo debe ser actuar de forma ética y ofreciendo valor añadido a nuestros grupos de interés.
La responsabilidad social es un cómo para conseguir un qué. El qué son los resultados de la empresa y el cómo es la manera en la que obtengo esos resultados.
La responsabilidad social debe poner el foco en el cómo y no en el qué.
Te pongo un ejemplo muy gráfico con empleados. Los resultados en empleados se producen si estos son productivos. Un empleado productivo se consigue a través de la motivación y la implicación de éste.
Si trabajamos en el cómo (motivación e implicación del empleado) obtendremos el qué (beneficio).
- Habiendo trabajado como ponente y profesor en diversos entornos educativos y empresariales, ¿cómo crees que se puede fomentar una cultura empresarial más ética y responsable desde la formación y la práctica?
El fomento de una cultura empresarial ética y responsable solo se trabaja desde la formación, desde la enseñanza, desde la información, desde la transparencia.
Es importante seguir difundiendo entre los directivos el valor que ofrece trabajar la sostenibilidad, la ética y la gestión eficiente de recursos humanos.
Cada vez más encontramos programas de formación de directivos que incluyen módulos de responsabilidad social y gestión de talento.
Debemos trabajar el cómo, hacer ver a los responsables de las organizaciones que haciéndolo así conseguirán mejores resultados, serán más eficientes y atractivos, no solo hacia empleados sino hacia clientes, proveedores e inversores.
Egoísmo Responsable quiere poner el foco en la importancia de trabajar por y para las personas
Sin ética, sin valores y sin responsabilidad no hay sociedad, no hay estrategia, no hay futuro.
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