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Entrevistamos a Ismael Calle, que nos cuenta todo sobre “Las cuatro estaciones y un fragmento”, obra que ha publicado con Círculo Rojo.

Entrevistamos a Ismael Calle, que nos cuenta todo sobre “Las cuatro estaciones y un fragmento”, obra que ha publicado con Círculo Rojo.
  • ¿Cómo ha sido el paso de tu formación en ingeniería y desarrollo de software al mundo de la poesía y la literatura?

Nikola Tesla decía que a través de los números se podía encontrar la llave del universo.

Desde una edad temprana me han interesado las matemáticas y la música. Estas áreas están intrínsecamente unidas y mantienen una correlación considerable, lo que me ha permitido llevarlas juntas a lo largo de mi vida. Por una parte, me adentré en la teoría músical y por la otra me formé en ingeniería.

Posteriormente, la música me trajo a la poesía. Haciéndome caminar hacia el mundo literario, con la misma firmeza con la que realicé mi formación en ingeniería y software, y con el fin de rescatar las sensibilidades que se llenan de polvo en una sociedad que cada vez es más frívola.

  • ¿Qué te llevó a explorar la poesía y la escritura como expresión artística además de tu trabajo en el ámbito técnico?

Como lo mencionaba, la música fue un pilar importante. Pues como decía Sully Prudhomme: «La poesía y la música comparten el mismo lenguaje del alma», aunque hay cosas que no se pueden expresar con el sonido. 

Desde los diez años, participé activamente en diversos coros y exploré la composición musical, creando tanto letras como melodías. Esta trayectoria en el mundo de la música me condujo de manera natural al universo de la poesía.

  •  En “Las cuatro estaciones y un fragmento”, exploras una gama de emociones y reflexiones humanas. ¿Cuál es el mensaje central que buscas transmitir a tus lectores a través de esta obra?

La diversidad de nuestras emociones. Somos sentimientos, momentos de alegrías y tristezas, estaciones que merecen ser acogidas sin importar cuán opuestas puedan ser. De eso se trata la vida, de disfrutarlo todo: sentir lo que somos sin rechazar el amor, pero tampoco el dolor.

  • ¿Cómo describirías el proceso creativo detrás de la escritura de este libro? ¿Hubo alguna inspiración o experiencia particular que lo desencadenara?

Nunca pensé en publicar mi primer libro. Fue como un hijo no planeado. Lo escribió con ironía Oscar Wilde: «toda mala poesía es sincera». Sentí por tanto la necesidad de saldar mi deuda con la literatura y allí nació mi segundo poemario, como una especie de ofrenda, Las cuatro estaciones y un fragmento

Después de la difícil pandemia que limitó nuestra libertad, atravesamos pérdidas significativas, pasé por un divorcio, lo que me llevó a tomar la decisión de mudarme a la playa, lejos de mi país natal. Pasé por muchas estaciones, conocí a mi actual esposa… Y toda esa experiencia transformadora inspiró la creación de mi obra.

  • ¿Qué desafíos enfrentaste al intentar abordar temas tan universales y complejos en un lenguaje poético pero accesible para los lectores?

Uno de los desafíos más grandes que existe. Los temas universales y complejos abarcan demasiado para expresarlos con una palabra. Ni la música, ni el arte, ni la ciencia, ni los muchos libros de los que somos testigos, son capaces de expresar lo que habita más allá del lenguaje, como son los sentimientos. Este libro no pretende atrapar a las musas ni abordar en unas cuantas hojas la dimensión del universo. Tan solo es un bosquejo con el que los lectores podrán mirar efímeros reflejos.

Ismael calle posando con su obra para Elescritor.es.
  • ¿Qué papel juegan las estaciones y la metáfora del fragmento en la estructura y el significado de tu obra?

Transiciones, cambios en los estados de ánimo. La primavera (la guarida de las musas) representa sentimientos de amor y de felicidad; el otoño (cuestiones de existencia), a su vez, hace referencia al paso del tiempo, a la vejez y a lo efímero de la vida; el invierno (lamentos y dolores) resulta siendo una expresión de frío, de pérdidas o ausencia; el verano (tentación y otros deseos) manifiesta las aspiraciones del corazón, el frenesí de la pasión o el fervor del ser humano. Y por último, los fragmentos ordinarios son esos sentimientos efímeros que se comparten entre las estaciones.

  • Dentro de tu obra, mencionas la necesidad de empatía como un leitmotiv social. ¿Cómo crees que la poesía puede impactar y fomentar esta cualidad en la sociedad?

Todos somos poesía, ojalá fuésemos poetas… Los poetas están condenados a la sensibilidad, a contemplar con asombro las cosas efímeras y sencillas. Explorar más allá de lo cotidiano nos permite descubrir nuevas perspectivas y vivir experiencias más enriquecedoras. Al cuestionar lo habitual, podemos sumergirnos en la profundidad de la vida y reconocer que formamos parte de algo más grande, más allá de la simple casualidad, conectándonos con un sentido superior que trasciende nuestra individualidad y solipsismo.

  • ¿Qué importancia tiene para ti la crítica constructiva/destructiva hacia las incoherencias humanas en tu escritura?

La crítica constructiva es fundamental para mejorar. Nos ayuda a identificar incoherencias en nuestras ideas y acciones, permitiéndonos corregirlas y evolucionar como seres pensantes dentro de un contexto social que resulta siendo nuestra base de supervivencia. 

La crítica destructiva, por otro lado, puede ser desafiante y a menudo se percibe como una expresión apasionada que roza los límites de la ira. Por lo que debe manejarse con cuidado, y la poesía puede ser un medio efectivo para lograrlo.

Obra de Ismael Calle. Las cuatro estaciones y un fragmento.
  • ¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando con temas como la náusea existencial, el paso del tiempo y la muerte en un contexto poético?

Esta experiencia ha sido enriquecedora. Siguiendo la reflexión de Camus, podríamos asumir que, incluso si la vida es absurda, no debería ser una excusa para desesperarse. Es crucial vivirla a pesar de las circunstancias. Evaluar si la vida tiene valor o no, constituye la esencia misma de la filosofía. Y abordar estos temas nos acerca más a descifrar el sentido de la existencia

  • Finalmente, ¿cómo ha sido tu experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo? ¿De qué manera ha influido esta colaboración en tu proceso creativo o en la difusión de tu obra?

Mi paso con la editorial Círculo Rojo ha sido una de las más gratificantes en mi trayectoria de autoedición. Mi deseo es adentrarme en el ámbito editorial tradicional en busca de un respaldo más sólido desde la perspectiva editorial. Aunque por el momento, me encuentro satisfecho con mi situación actual. 


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