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Entrevistamos a Andrés Rodríguez Pérez, que nos hablará de «Capitán Náufrago», obra que ha publicado con la editorial Círculo Rojo.

Entrevistamos a Andrés Rodríguez Pérez, que nos hablará de «Capitán Náufrago», obra que ha publicado con la editorial Círculo Rojo.

Tu formación académica está en Relaciones Internacionales y Política Internacional, ¿cómo crees que esta formación influye en tu poesía y en tu enfoque hacia la escritura?

Desde siempre me ha gustado ser analítico, y esto ha sido algo que mi formación académica no ha hecho sino reforzar. Por supuesto, hay muy poco de poético en el desarrollo de las relaciones internacionales, y la literatura teórica y divulgativa en torno a sus múltiples facetas poco tiene que ver con el registro y estilo de la lírica o de la prosa poética. No obstante, leer y escribir han sido partes esenciales de mi carrera, y han requerido una práctica constante para refinar y pulir la expresión escrita en la elaboración de artículos, informes de investigación, etc. Aparte de este perfeccionamiento técnico, la redacción académica en RR.II. también necesita de una amplitud de miras respecto al panorama global, acompañada siempre por una visión precisa, la capacidad de desglosar e interrelacionar elementos conceptuales de diferentes índoles, y por encima de todo, una profunda curiosidad y una perspectiva crítica del estado de las cosas al estudiar la realidad. Me sería imposible soslayar la influencia de esta curiosidad académica en mi propia perspectiva de la realidad que me rodea, aunque al pasar a la poesía cambie de lente. 

Comenzaste a escribir seriamente a los catorce años. ¿Qué motivó ese inicio y cómo ha evolucionado tu enfoque hacia la escritura desde entonces hasta la publicación de “Capitán Náufrago”?¿Cómo ha cambiado tu relación con la escritura a medida que has crecido y evolucionado como persona?

Comencé a escribir porque necesitaba contar las cosas que me ocurrían, poner en palabras lo que yo pensaba y sentía. Como digo en el prólogo, pienso que eso hace de mi escritura algo perfectamente natural, con un origen para nada fuera de lo ortodoxo y una experiencia, a fin de cuentas, muy humana. Descubrí la escritura como un ejercicio de catarsis, una manera desinhibida de expresar las emociones que sentía y poder comunicar esas cosas sin tapujos a un papel, medio impasible y locutor más sencillo con el que hablar, a veces, que otra(s) persona(s) con sus opiniones y juicios. Al fin y al cabo, resulta más sencillo abrirse a un objeto inanimado que no te va a poner ninguna traba dialéctica y que te ayuda pasivamente a fomentar tus dotes de expresión y creatividad. 

Evidentemente, mi enfoque se ha ampliado muchísimo desde entonces. La escritura pasó de ser una herramienta para expresarme y entenderme a mí mismo, a ser una actividad desarrollada cada vez más por diversión y que me reta a probar diferentes estilos, métricas, temáticas, estructuras, etc. No obstante, no ha dejado de ser algo sin lo que yo actualmente no puedo vivir. Es un elemento esencial en mi vida, igual que lo es el café por las mañanas o las conversaciones con amigos; es algo necesario para mi persona, un refugio a la vez que un ejercicio que hallo imprescindible seguir desarrollando, avanzando y ampliando mis capacidades. En fin, es para mí indispensable que mi poesía crezca conmigo y, por supuesto, nutrirme de muchísima más poesía.

Eres el primer premio en la I Edición del Concurso de Poesía Juan Ramón Jiménez de Alcorcón (2017). ¿Cómo influyó este reconocimiento en tu desarrollo como escritor y en la creación de tu primer poemario?

Fue un hito que me motivó muchísimo durante esos primeros años. Es el primer gran reconocimiento que he ganado en cuanto a mi poesía, y el primer feedback positivo que percibí gracias a dedicarme a escribir. Me marcó sobremanera, al ser la primera ocasión en que compartí y decidí hacer público algo que durante tanto tiempo había sido privado. El poema que presenté al Concurso, Revolución surrealista del coraje en la piel, tiene un gran valor sentimental para mí y fue uno de mis favoritos en su momento, tanto por la temática como por el momento de su concepción. Poder ver en ese premio una reafirmación de mis capacidades a la hora de escribir para mí supuso un enorme empujón respecto a la confianza que tenía sobre mi destreza como poeta.

Hablas de “Capitán Náufrago” como una retrospectiva enmarañada de tus años de adolescencia. ¿Cómo eliges los poemas que incluyes en esta retrospectiva y qué mensaje esperas transmitir a través de ellos?

Irónicamente me considero una persona ordenada, y en todo lo que escribo me gusta incluir la fecha para mantener un registro cronológico de mis textos, y así poder recordar el momento vital con el cual se asocia cada uno de ellos. Esto implica que cualquier selección que hiciera de los poemas escritos a lo largo de tantos años necesariamente tendría un elemento relativamente autobiográfico. La selección definitiva de los poemas incluidos en Capitán Náufrago no fue azarosa, siendo elegidos tanto en base a criterios estilísticos y formales (algunos de mis poemas más antiguos y “en bruto” quedaron descartados por esto) como por lo significativo de sus mensajes respecto a mi historia personal. 

Ciertamente, durante el proceso de selección quise capturar poemas de diferentes momentos de mi crecimiento personal, de diferentes etapas de mi vida y diferentes puntos de ruta personales y emocionales. Y si esta retrospectiva es enmarañada, es por un incumplimiento del orden cronológico puramente deliberado: la obra opta por favorecer un hilo “temático” que entremezcla estas múltiples etapas y subraya la interrelación entre todas ellas, desafiando la concepción de lo autobiográfico como ordenado. Pienso que este desorden intencionado puede ayudar a dotar a la experiencia personal de un sentido (sobre la persona, sus características, los sucesos que le marcaron, etc.) que a veces se escapa al hilo del tiempo.

Respecto al mensaje de la obra, es difícil definir lo que se espera transmitir, ya que ninguno de los poemas incluidos se escribió con la idea de ser compartido en un futuro. Si hay alguna finalidad comunicativa que se pueda derivar de la propia estructura y organización interna del poemario, es aquello que menciono en la nota del autor: comunicar la experiencia personal como algo trascendental desde el fundamento más mundano. Esto es, compartir mi historia personal a mi manera sin dejar de entenderla como algo no necesariamente distinto a tantas otras, sin considerarla particularmente especial ni tampoco por ello restarle importancia. Todo el mundo tiene maneras únicas de ver, entender y narrar su historia; esta es la mía, y cualquier otra sería igual de válida.

Andrés posando con su obra para Elescritor.es.

Has escrito para la revista PRISMA UC3M. ¿Cómo ha sido tu experiencia escribiendo para una revista académica y cómo se compara con tu experiencia en la poesía?

Escribir para PRISMA UC3M ha sido una de mis más afortunadas experiencias en mi carrera académica, ciertamente la mejor que pude tener para desarrollar mi escritura académica y mis dotes de redacción fuera de mis estudios. La naturaleza del medio como un proyecto común, gestionado y liderado por jóvenes estudiantes, facilitó un ambiente marcado por el compañerismo, la cooperación y la busca de la profesionalidad y la excelencia a la hora de divulgar las noticias más importantes de los asuntos internacionales de actualidad. Para mí, fue una forma de poner mis capacidades comunicativas al servicio de un proyecto comunicativo joven y enriquecedor tanto académica como personalmente. Agradecí, además, la estructura y las normas internas que ello conllevaba. La escritura creativa es una labor individual y, como tal, a veces puede ser muy solitaria y excesivamente flexible, cuando la libertad creativa llega a entorpecer el flujo de la producción escrita. Trabajar dentro de unos parámetros comunes evita tal indeterminación, más aún cuando el sistema que los delimita es tan cercano y agradable. No tengo nada más que palabras de agradecimiento a mi experiencia en PRISMA UC3M y a todo su equipo, pasado y presente, de estudiantes dedicados/as a este proyecto (entre quienes destaco al que fuera mi editor, Héctor Dueñas), a quienes deseo todo lo mejor en el trabajo que continúan llevando a cabo.

Tus textos más recientes pueden encontrarse en la cuenta de Instagram @laptitemort_. ¿Cómo utilizas las redes sociales para compartir tu trabajo y conectarte con tu audiencia?

Hasta hace no mucho, nunca había usado mis redes sociales para hablar de mi poesía. Empecé a hacerlo hace unos años, cuando se me ocurrió una idea para combatir el pudor de mostrar lo que escribía y retarme a desarrollar mis capacidades. Comencé a usar mi cuenta personal de Instagram durante unos días al año para compartir mi poesía: a través de las stories, pedía a las personas que me seguían que me sugiriesen temas sobre los cuales escribir pequeñas poesías, forzándome así a desenvolverme dentro de unos límites temáticos no establecidos por mí y compartir el resultado con esas personas. De este modo el objeto del texto no vendría definido endógenamente, empujándome a explorar nuevas ideas y a crear un texto adecuado a las expectativas establecidas por el tema en cuestión. Este es el origen de textos ahora publicados como AñoranzasIsquiotibiales o azul.   

Ya con 17 años había hecho algo similar a través de Twitter, participando en un reto llamado “Noviembresía” consistente en la publicación de una poesía al día durante todo el mes de noviembre en base a una lista de temas comunes para todo/a participante. Si no me equivoco, esta es una adaptación española de la iniciativa angloparlante “Escapril”, reto originado por la creadora digital y poetisa Savannah Brown (gran referente lírica para mí), con miles de participantes anuales a los/las cuales me gustaría sumarme en el futuro. Del mismo modo, en mi cuenta @laptitemort_ actualmente sigo el reto “Alphabet Superset”, impulsado por el creador digital y escritor Campbell Walker (alias Struthless). Este se trata de un desafío semanal de creación de 26 obras inéditas, cada una inspirada por un tema que comience por una letra del abecedario, todos ellos englobados en una temática general. En mi caso, lo estoy haciendo sobre palabras únicas y casi imposibles de traducir en distintos idiomas (AilyakBackpfeifengesichtCiğerpare, etc.).

En definitiva, el desarrollo de mi escritura a través de este tipo de retos e iniciativas colectivas por RR.SS. ha contribuido a la confianza que he ido ganando a lo largo del tiempo sobre mis textos y sobre la posibilidad de compartirlos. Aunque no quiero dejar de escribir para mí, sin compartirlo con nadie, me hallo cada vez más abierto a la idea de hacerme ver online a través de determinados textos.

“Capitán Náufrago” se describe como un coming of age desordenado. ¿Cómo logras transmitir la complejidad y las experiencias de crecimiento en tu poesía de una manera auténtica?

Creo que la autenticidad no supone ningún problema para este libro, ya que las modificaciones sufridas por los poemas han sido mínimas respecto de su versión original. Esta lealtad a lo auténtico puede ocasionar, como bien señala mi prologuista Begoña Chorques, ciertas dificultades a la hora de comprender los matices de algunos de mis poemas. Admito que algunos versos pueden resultar algo crípticos, consecuencia natural para la escritura de una persona que durante tantos años ha estado acostumbrada a escribir para sí misma. 

A través de los poemas, durante todos estos años (y muy probablemente durante todo mi futuro), tiendo a expresar deseos, miedos, esperanzas, penas, alegrías, recuerdos… para que queden capturados, para que quede constancia de aquello que en algún momento sentí. Si bien no cuento mis historias con todo lujo de detalles, o me separo en algunos textos de mis vivencias más próximas, es esencial para mí que todo lo que escribo sea genuino. El poema más brillante e intenso, si carece de un trasfondo de autenticidad, es para mí terriblemente vacuo.

Andrés Rodríguez Pérez, autor de la obra. Capitán Náufrago.

¿Cómo ha influido tu participación en el movimiento scout en tu escritura y en la perspectiva que abordas en tus poemas?

Mi vida scout irremediablemente ha contribuido carices esenciales a todas las demás facetas de mi vida. Para mí, el escultismo no es sólo un ejercicio: habiéndolo vivido durante años y siendo ahora mismo monitor de un grupo scout, me resulta inevitable verlo como una manera de educar y educarse en una serie de valores, principios e ideales (compañerismo, responsabilidad, solidaridad, servicio, etc.), que quedan cristalizados en la persona y que se traducen en todo aquello que hace. Respecto a la escritura, creo que el escultismo me ha aportado una mayor predisposición a percibir el mundo que me rodea (como decimos los/las scouts, “el lobato tiene los ojos y los oídos bien abiertos”), a comprender la vida desde un ángulo de proactividad y cambio, y por tanto concebirme como un sujeto activo en mi historia individual así como en la colectiva, que busca construir con las personas de su alrededor. 

Como digo, mis poemas han crecido y crecen conmigo, y poco me ha hecho crecer más durante estos años que el escultismo. El movimiento scout ha sido un factor decisivo en mi desarrollo personal, y todo aquello que me ha enseñado y de lo que me he nutrido queda reflejado firmemente en los poemas que he ido escribiendo, no menos en algunas diferencias radicales entre el autor de los primeros poemas y el de los más recientes en cuanto a su confianza, sensatez y madurez. 

Finalmente, ¿puedes compartir tu experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo y cómo crees que esta experiencia ha contribuido a tu trayectoria como escritor?

Publicar con Círculo Rojo ha sido una experiencia ideal. Me han ayudado en todos los pasos del camino, manteniendo siempre una actitud de profesionalidad, paciencia y receptividad a mi visión. No tengo sino cosas buenas que decir sobre trabajar con esta editorial, la cual considero sublime para la publicación de primeras obras inéditas. Para las personas que nunca se han planteado publicar seriamente, como era yo hasta no hace tanto, el proceso de edición puede constituir todo un desafío desconocido; Círculo Rojo hace de este complejo camino un procedimiento asombrosamente sencillo, con una impecable relación con el/la autor/a. Sólo puedo expresar mi más sincero agradecimiento por la oportunidad que me ha brindado Círculo Rojo, por la confianza depositada en mi obra desde el minuto cero, y por el trato cordial y experto que han tenido conmigo en todo momento.


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