Entrevista a Álex Oneida, finalista de los premios planeta y autor de “Plumas y arena”

¿Cuál fue tu inspiración para escribir “Plumas y Arena”?
Llevaba tiempo siguiendo la recomendación de mi profesora, la escritora Elena Belmonte, de incluir en mis textos personajes muy particulares. Para mi primera novela, me rondaba la cabeza la idea de un personaje especialmente singular, concretamente uno que estuviera desencantado de la vida, desarraigado y que hubiera dejado de creer en las relaciones personales. Ese fue el germen inicial. Después, pensé en otro personaje con el que enfrentar al primero. Me gustaba la idea de alguien en cuya vida diaria se presentara una fisura, un sitio al que asomarse, algo nuevo que le provocara curiosidad y ganas de explorar, y que esa nueva exploración le supusiera el hacer hueco a algo que empezaba a tomar forma en su vida. Y así nació la protagonista. “Plumas y arena” surge de poner en acción, frente a frente, a estos dos personajes.
La protagonista de la novela, Mandy, se ve envuelta en situaciones inusuales y enigmáticas. ¿Cómo desarrollaste su personaje y qué querías transmitir a través de ella?
Elegí como narrador uno que estaba muy, muy pegado a la protagonista y eso me ha permitido ir durante toda la historia de la mano de Mandy, viviendo lo que ella vivía, incluso lo que pensaba y lo que sentía en cada momento. El personaje de Mandy lo fui construyendo como el de una persona con sus defectos y sus miedos, pero también con valentía y con arrojo. El poder meterme en su piel cada vez que escribía me facilitó el hacer de ella un personaje redondo en términos narrativos, con sus luces y sombras, y eso creo que capta muy bien la atención de todo el que se empieza a adentrar en la historia. En definitiva, quería que el lector empatizara con alguien que en su día a día tiene que enfrentarse a algo que no sabe muy bien cómo gestionar y que sintiera con ella el conflicto interno asociado a esa circunstancia.

El tema de los encuentros y representaciones de personajes en la novela es bastante intrigante. ¿Qué te llevó a explorar esta idea en tu obra?
Esto enlaza principalmente con el personaje antagonista, del que he dicho que fue el germen inicial de la historia, y con sus características. He querido explorar con el planteamiento de estos encuentros la capacidad que tenemos los seres humanos de idealizar momentos y personas; también, el curioso efecto que tiene la belleza de lo exótico, percibido como algo que tiene un brillo especial solo por mostrarse lejano o difícilmente alcanzable; e incluso también la tendencia que existe en muchas sociedades actuales de considerar el dinero como un medio más seguro para proporcionarse experiencias, buscando algo parecido a una garantía contractual. Y, por encima de todo eso, también he querido explorar el lado oscuro de la mente, que creo que todos tenemos y que en este personaje antagonista está especialmente desarrollado. Esto ha sido algo muy interesante de indagar en cuanto a que he llegado a vislumbrar el lugar donde enraízan nuestras motivaciones más básicas, y las de todo ser humano, y cómo estas se pueden materializar o quedarse simplemente en pensamientos que otra parte más racional o madura de nuestro cerebro nos hace descartar.
¿Cómo fue el proceso de investigación para recrear los espacios insólitos en los que se desarrolla la historia?
Pues, realmente, tienen más de imaginación que de investigación. Tan sólo para uno de ellos, del que, para no hacer “spoiler”, no voy a desvelar más que el hecho de que albergaba una actividad ilegal, hice cierta labor de documentación para darle un fundamento realista. Después, la descripción del lugar y de todo lo que allí acontecía respondió más a mi intención como escritor para ese capítulo que a lo que puede ser el verdadero desarrollo de uno de estos eventos. Digamos que escogí los elementos que más me convenían para recrear una atmósfera propicia de inquietud, bullicio e inseguridad de entre distintas opciones en que vi que podían organizarse este tipo de actividades. Aparte de la documentación como tal, crear o dar vida a esos espacios insólitos fue todo un ejercicio de construcción del personaje antagonista; conocer sus pretensiones y sus fetiches era lo que me daba las claves para crearlos de esta o aquella manera.
¿Qué desafíos enfrentaste al escribir “Plumas y Arena” y cómo los superaste?
Me enfrenté al hecho de tener por delante un proyecto que se prolongaba en el tiempo y del que no sabía cuándo lo iba a terminar. Eso me supuso desmotivación y angustia por no saber si sería capaz de terminarlo en algún momento y me llevó a dejar mis clases de escritura. Después de nueve meses de no escribir nada, me replanteé la idea de retomarlo, pero fue con la premisa de que lo haría por el simple gusto por escribir, que era lo que me había motivado a empezar, sin ponerme presiones de en cuánto tiempo debía terminar la novela, y teniendo bien presente que tanto daría si me llevaba dos años más, cinco años más o incluso si no la terminaba, siempre y cuando disfrutara escribiéndola. Con esa idea en mente, lo retomé y, en aproximadamente año y medio, terminé la primera escritura.
¿Cuál crees que es el mensaje central de la novela?
Para mí (y cada lector podrá dar el suyo propio), el mensaje central de la novela es que la dignidad y la autoestima deben ser el eje central sobre el que se sustenta cada persona, y no debemos permitir que nada pase por encima de ellas. Podremos (y deberemos) explorar, probar cosas nuevas, retarnos a nosotros mismos, pero sin olvidarnos del respeto que merecemos ni de nuestra integridad, que nadie está autorizado a dañar.
¿Cuál fue la escena más desafiante de escribir y por qué?
En cuanto a la técnica, los primeros capítulos en que aparece el personaje secundario de “el frutero” tuvieron para mí su complicación. Como autor, yo quería mostrar al lector una perspectiva de este personaje más allá de lo que veía la propia Mandy, pero al estar el narrador tan pegado a ella, me costaba separarme y conseguir trascender a la visión de ella. A base de construir mejor al personaje más allá de la percepción de Mandy, de pensar bien su cometido en el texto y de muchas reescrituras de ese par de capítulos, pude finalmente transmitir lo que quería a través de “el frutero”. Y he de añadir, para mi satisfacción, que es un personaje que ha resultado tener muchos fans entre los primeros lectores de “Plumas y arena”.
Como escritor, ¿qué aspecto disfrutaste más al crear esta historia?
Creo que el acompañar a Mandy en sus dudas, en sus distintos estados de ánimo, el ir conociéndola a medida que avanzaba la historia. Cuando empecé a escribir la novela, sólo tenía un esquema de cómo quería que fuese la historia hasta lo que luego supe que sería el primer punto de giro. A partir de ahí, me fui dejando llevar y fui observando lo que los personajes me pedían hacer. Descubrir eso sobre la marcha ha sido toda una experiencia. De alguna forma, creo que me ha servido hasta para aprender; ha sido como tener a alguien muy cercano enfrentándose a una situación desafiante y afrontarla con ella, y el aprendizaje que eso me ha dado diría que me ha hecho crecer como persona.
¿Qué tipo de emociones esperas evocar en los lectores con “Plumas y Arena”?
Empatía, por supuesto. Como he dicho, es una historia escrita de la mano de Mandy, y creo que es esa también la manera de leerla. Después, ternura y crudeza. Creo que esta es, en muchos sentidos, una novela de contrastes, y la presencia de esos dos elementos en distintos momentos del texto me parece que le confieren un cariz singular y un importante grado de profundidad. También, y aunque no sean estrictamente emociones, algo que pretendo motivar en los lectores son la reflexión y la autocrítica. Me gusta que el lector se replantee cosas, dejarle pensativo, y creo que esta novela muestra cosas muy evidentes y, a la vez, paradójicas, que me gustaría que le llevaran a preguntarse ¿puedo sacar algún aprendizaje? ¿Me puedo aplicar esto a mí mismo o a mí misma de alguna manera para mejorar?

¿Cómo fue tu experiencia como finalista del premio Planeta en 2022? ¿Cómo ha afectado tu carrera como escritor?
Uf, fue toda una semana de aventura, de cúmulo de emociones: alegría, emoción, nervios, desde que supe que estaba nominado hasta la propia ceremonia de entrega de premios. Fue muy bonito saber cuánta gente a mi alrededor se alegraba por mí y estaba ahí para apoyarme y desearme lo mejor; me sentí, la verdad, enormemente arropado. Y fue todo un orgullo como escritor el recibir el reconocimiento del cuarto puesto en un premio tan prestigioso como es el Planeta. Y para mi carrera como escritor, ha sido algo que me ha animado a dar a conocer, más allá de mi ámbito más cercano, lo que he escrito, que ha empezado con la publicación de esta novela, pero que podría tener más recorrido. Precisamente hace pocos meses, desempolvé varios relatos para presentarlos a distintos concursos y el pasado 16 de junio me dieron la buenísima noticia de que el Concurso “Amores diversos, amores santos” me otorgaba su primer premio por el relato “Ducha y me voy”, así que se puede decir que ahora mismo Álex Oneida está empezando a abrirse al mundo. Aun así, yo sigo escribiendo por placer y por afición, y quiero ir paso a paso, sin agobios, e intentando no crearme expectativas. Por el momento, sí puedo decir que ser finalista del Premio Planeta ha sido algo que ha hecho que más gente se interese por mi faceta de escritor, que era algo que llevaba hasta hace pocos meses bastante en privado. Y tengo la sensación de que está suponiendo un buen reclamo, al menos para un cierto número de lectores.
¿Cuáles son tus planes futuros en términos de escritura? ¿Tienes algún proyecto en mente?
Yo sigo con mis clases de escritura, que me suponen un aprendizaje en continuo con Elena Belmonte y con mis compañeros. Y empecé hace unos meses una nueva novela que está muy en pañales todavía, pero a la que ya en las últimas clases le fui viendo visos de tomar cuerpo (veo bastante bien perfilado al protagonista y eso me anima) y poder seguir por buen camino, así que mi idea es, después de las vacaciones de verano, continuar con ella y construir en torno al personaje principal otros que me permitan dar forma a esta nueva historia.
¿Qué consejos le darías a los escritores que están empezando en el mundo literario?
Pues como he dejado entrever, creo yo, cuando hablaba de mi nominación al Planeta, mi consejo sería que consideren por separado el escribir del publicar. El acceder a algunas posibilidades de publicación puede no ser tarea fácil, pero creo que eso no debe desanimar a ningún escritor a seguir dedicando tiempo y esfuerzo a escribir si eso es algo que le gusta.
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