«El regreso de las lluvias», la novela de Beatriz Álvarez que no te puedes perder.
En «El regreso de las lluvias», los personajes sellan un pacto que dura toda su vida. ¿Qué te inspiró a explorar la temática del amor y la amistad a lo largo del tiempo en tu novela?
El amor es la única emoción humana que nadie ha sido capaz de entender. Es un sentimiento que ha inspirado a filósofos, escritores y artistas de todas las épocas, pero nadie ha sabido explicarlo. No se puede controlar. Es infinito. La amistad es un pilar básico en la vida de cualquier persona, apoyarte en esas amistades que te han visto crecer y con las cuales compartes tus días. Son dos emociones increíbles.
La novela se desarrolla en Londres, Edimburgo y una región costera. ¿Cómo influyen estos escenarios en la historia y en el desarrollo de los personajes?
La separación de los personajes, provocada por la distancia, al vivir en lugares tan alejados, influye de manera importante en cómo se consolida su amistad y en la conclusión de sus respectivas historias. Desde el inicio, gran parte de lo que les sucede, está marcado por esa separación obligada y constante.
Los personajes de la novela pasan por diferentes etapas de la vida, desde la juventud hasta la serenidad que impone el paso del tiempo. ¿Cómo abordas la representación de estas transiciones en la historia?
Todos los seres humanos evolucionamos con la edad, se modifican nuestros puntos de vista, nuestros intereses, cambian nuestras preferencias…En la historia de los personajes es fundamental cómo se enfrentan a esos cambios, a esas decisiones que la vida nos impone a todos.
La cotidianidad imperecedera es un tema que exploras en la novela. ¿Cómo logras transmitir la sutileza de lo duradero en la vida de tus personajes?
A pesar de los innumerables cambios a los cuales se enfrentan los personajes, a veces escogidos y otras obligados, siempre permanece algo. Es una sensación que creo que todos hemos tenido, hay sentimientos capaces de sobrevivir a la distancia y al tiempo. Algo sólido a lo que aferrarte cuando todo cambia a tu alrededor.

¿Cuál fue el proceso de escritura de «El regreso de las lluvias»? ¿En qué momento decidiste retomar la novela que habías dejado inacabada y cómo influyó el confinamiento durante la pandemia en su finalización?
Inicié esta novela siendo muy joven y, por circunstancias laborales, quedó inacabada. El obligado encierro provocado por la pandemia, propició que retomara la historia, la revisara y la terminase. Todo un acierto.
Como abogada de profesión, ¿cómo crees que tu formación y experiencia en el campo legal han influido en tu escritura y en la construcción de la trama de la novela?
En este caso, no ha influido. De hecho, la historia narrada en la novela diverge totalmente de mi trabajo como abogada. Cuando escribo, una de las cosas que busco es evadirme, por el momento no me interesa ahondar en las experiencias laborales para trasladarlas a un libro.
¿Qué aspectos de tu propia vida y recuerdos personales se reflejan en «El regreso de las lluvias»? ¿Hay alguna historia en particular que haya sido una fuente de inspiración para la novela?
Inicié esta novela siendo muy joven, inspirada por las vivencias propias del grupo de amigos que nos conocimos en la adolescencia y que, todavía hoy, continuamos en contacto. Gran parte de lo que se narra está basado en experiencias reales que nos sucedieron a nosotros.
Has presentado tu libro en la Biblioteca Pública Vargas Llosa de Madrid y en el Colegio El Valle de Sanchinarro. ¿Cómo ha sido la recepción del público y qué significó para ti compartir tu obra en esos espacios?
Disfruté muchísimo ambas presentaciones, pero fueron muy diferentes. La de la biblioteca fue ante un público muy variado; la del colegio, ante alumnos de dieciséis años. Destacaría lo mucho que he aprendido de los puntos de vista de los asistentes. Sus preguntas me han ayudado a ver la novela desde otra perspectiva. Ha tenido muy buena acogida. A los asistentes más jóvenes les llamó la atención que estuviera basada en sucesos reales que me ocurrieron cuando tenía su edad, los hechos con los cuales se inicia la novela.

Los diálogos tienen un papel importante en tu novela. ¿Cómo trabajaste la construcción de los diálogos para que reflejaran la personalidad y la evolución de los personajes a lo largo de la historia?
Los diálogos son fundamentales para conocer a los personajes y su interrelación. Además, ayudan al lector a conocer la evolución de sus personalidades. También hay diálogos distendidos, con un toque de sarcasmo, que ayudan a hacer la lectura más entretenida. Disfruto mucho escribiéndolos.
Como escritora, ¿qué desafíos enfrentaste durante el proceso de escritura y publicación de tu primera novela? ¿Cómo los superaste?
Nunca esperé que la publicaran, sinceramente. Fue una sorpresa y todo el proceso ha sido enriquecedor y lo estoy disfrutando muchísimo. Agradezco a la editorial Círculo Rojo su apoyo y sus enseñanzas, son grandes profesionales. Lo más difícil para mí está siendo la difusión del libro, hay que dedicarle mucho tiempo a ese aspecto.
¿Cuál es el mensaje central que deseas transmitir a los lectores a través de «El regreso de las lluvias»?
La novela invita a introducirte en las vidas de los cinco protagonistas, a plantearte qué hubieras hecho tú en sus circunstancias. Te involucra en sus vidas. Es un viaje desde la adolescencia, hasta la edad adulta, con sus equivocaciones y sus aciertos. Un viaje que todos hemos realizado.
Después de haber publicado tu primera novela, ¿tienes planes para futuros proyectos literarios? ¿Puedes adelantarnos algo sobre tus próximas obras?
Tengo planeado realizar un máster en escritura creativa, con el que estoy muy ilusionada y del que espero aprender las técnicas para mejorar todo lo posible. Sigo escribiendo, más animada que antes, al haber cumplido el sueño de publicar esta novela. Escribir para mí es una necesidad y lo más me gusta hacer. Espero publicar nuevamente, sin duda.

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No creo que a esta abogada le haga falta ningún curso de escritura creativa. Creo que inventar se le da estupendamente en sus escritos contra victimas que no ha sabido defender ni escuchar. Curiosamente, alguna es profesora de talleres para adultos, alguno premiado con los proyectos que llevaron a su taller, y que no comparte la necesidad de esta señora de acudir a un máster. No es bueno que haya autores con una nula conciencia moral y cero crítica. Nos llega con W. Allen y otros miserables lucrándose de contar cosas desde su hipócrita visión. Mezquina. A mi me parece que la vida laboral a veces es mucha mejor fuente de inspiración, desde la misma realidad, por dura y cruel, y sinceramente, pasmosa. La crueldad humana real, a menudo es mucho más difícil de asimilar y creer que villanos de novela. ¿Qué pensarían ustedes de una abogada que se le encomienda defender a una victima de acoso sexual, laboral y de ingentes represalias y amenazas y coacciones durante años, que trivializa con su caso, no le escucha, y apenas decide que con 1.500 euros de multa, el empresario, acosador y maltratador, y toda el organismo corrupto de más de 10 sociedades mercantiles vinculadas al mismo y único despacho y con ingentes denuncias por falsedad documental, abusos, incumplimiento de las normas, acoso sexual normalizado, y falsificiación de facturas y nóminas, blanqueo por publicidad a corruptos investigados, etc….? Y ¿Qué pensarían de la misma abogada, que pensara que la víctima acosada, que la ha puesto sin poder evitarlo en evidencia, ante su daño y perjuicio por su dejadez, y que no respetó ni el caso, ni su protección, ni que fue despedida amablemente, y para negar esto, se monte una película brutal de previsión ante una denuncia o queja deontológica más que merecida, pero que ni si quiera se presentó por la víctima, y esta se dedique por fin a atender a la víctima, con el único objetivo de atacarla, y dón para un acosador y explotador corrupto pide 1.500 de multa, la misma letrada, tan creativa ella, valora que a la víctima que ella misma ha faltado al respeto, ha dado orden de que le elabore textos para luego no tenerlos en cuenta, se ha negado a devolverles documentos, se ha negado a reunirse con ella previo al juicio, la ha tratado no como una cliente con derechos, sino como una criada en época feudal al servicio de un tirano, y la ha negado cuando le ha pedido que se retire y que prescinde de ella, por miedo a su absoluta dejadez y trato degradante. Y a esta, le pone denuncias alegando que le escribió 29 líneas de whatssap y varios emails a lo largo de un año, dónde pedía a la letrada protección de un biombo, y atención a otra designación que no tramitó ni tampoco presentó causa ni nada…. la ignoró. Sin más. Imaginaos que solicitáis un abogado de oficio, para poder defenderos y sobrevivir al peor acoso que existe, y os designan a una, que jamás responde a tus llamadas. Que tiene a 2 teleperadores, una de mañana y otro de tarde, para mentir a los clientes, y ni siquiera hacer caso, cuando los acusados, la llaman y escriben amenazándola, por razón de que su borrador sin corregir que ha presentando sin consentimiento ni visto bueno ni aviso de la cliente, ha provocado que hay un señalamiento, y los acosadores, entren en pavor, por tener que responder ante la justicia. Pero no le importa. Es ella la que lleva el caso, y como lo ignora, tampoco le importa que por que se notifiquen citaciones a los agresores y acosadores, la victima, su clienta, sufra tales llamadas, mensajes y todas esas amenazas. No la escucha, y ojos y oídos que no hacen caso, no sienten. Y por tanto, ni siquiera se responsabiliza de la violencia y el temor lógico que va a acompañar a la víctima que tiene el valor, y la única opción realmente, de denunciar y demandar para que cese el acosos y la violencia contra ella. Le da igual. Pero no le da igual, que le hayan dicho que está despedida, y no lo acepta. Se presenta igualmente, no le basta con haberse despreocupado de pedir una protección y un biombo y testigos para que la víctima afronte el juicio, sin sufrir más violencia al contacto y cercanía y libertad de sus agresores, que además pudieron como se le informó, al no ser separados por la protección hacer lo que ya se había informado: coaccionar a sus subordinados, testigos a los que él, que ni si quiera fue citado por la abogada, se personó igualmente, con ese obvio y rotundo fin, de controlar y amenazar a sus empleados para contralar siendo presente en la sala, sentado justo al lado de ellos, y controlando que no digan nada que le perjudique, como evidentemente tendría consecuencias de represalias, más que las ya que se pueden ver claramente en el otro de los acusados, su subordinado. Vaya que no da para novela el trabajo y la vida real. Lo que no gusta es ser el malo. El que se retrata en sus acciones desalmadas, el que se ceba con la vícitma sin razón alguna, más que rematar por lo visto, el daño mayor que se le puede hacer desde su posición. Sin conocer aún, que daño ha causado ella. Más que la decisión y derecho de despedirla a tiempo y discretamente. Ya si la letrada no lo respetó y se personó a desestabilizar y atormentar a una víctima que sí tienen diagnosticado y probado es estrés postraumático, imagínense…. Drama hay, y no poco. Pero puede ser peor y más cruel. 1.500 euros es un buen castigo para un abusador y acosador sexual laboral y un defraudador de normas y de mil historias…. Pero por lo visto ser víctima de acoso, es peor pecado aún, pedir una defensa que te escuche y que no invente razones insostenibles para justificar que no ha hecho bien su trabajo, que no ha atendido a ninguna prueba, y que ni si quiera ha atendido ni a la otra designación, ni a la mínima protección en el juicio de su cliente, frente a su acosador. Parece ser que ser un cliente que pide y demanda un procedimiento en condiciones que no le supongan clara indefensión y le resten y vulneren más sus derechos procesales, además de los fundamentales ya negados al no presentar las causas y pruebas para las que se le designo desde el inicio. No basta. Creerán que 1.500 euros de multa es suficiente para escarmentar a una víctima maltratada, y que deje de molestar, pidiendo que se atienda su causa sin recortar ni omitir protección, hechos cruciales, delitos recientes, y todas las pruebas que lo acreditan…. Es duro, ¿verdad? Pues no es suficiente. Parece que algunos juristas han aprendido de sentencias como la de Juana Rivas, o impunidades como las de todos los que coaccionaron a Hermoso y su familia, o Ismael Álvarez, nos parece muy grosero cómo se trató a Elisa Mouliaá en la vista frente al juez…. Nos sorprende y nos asusta que el ICAM se dedique a personarse contra un Fiscal General, por un delito que no acaba de concretarse, y es cambiante en el tiempo…. No hace casi reír, ver a Rubiales, a Mazón, a Aznar sobre el 11-M de Atocha, o Dani Alvés, tirar más crieldad hacia las víctimas, y llamarlas mentirosas. Locas, avariciosas, seductora que manipulan, que se buscan que les acosen, que son seres repugnantes…. Porque pidieron simplemente distancia de personas, por su seguridad, su derecho y su integridad, y estas no lo respetaron, y sabiéndose que debieron apartarse a tiempo, antes de convertirse en criminales, como poco acosadores, les comen sus propias mentiras, y si estamos ante una mentirosa, con afición a hacer novelas y contar historias, sin duda a exagerarlas de un modo fantaseos hasta lo más burdo, os aseguro que pedir distancias de una letrada que te perjudica, para evitar mayor perjuicio por su mala praxis, según ella, no sólo tiene que tener castigo, sino que, si lo comparamos con la multa que ella pidió inicialmente para un empresario acosador y corrupto que afecta a cientos de empleados a los que daña día a día, y refuerza con su impunidad frente a auténticas denuncias de las muy pocas victimas que le sobreviven para lucharle con pruebas, de 1.500 euros, por daños de más de 4 años a una victima concreta, saquen conclusiones de la falta de humanidad que hay que tener, para pretender destruír aún más a esa víctima sin motivo alguno, por silenciar su posible reclamo ante la responsabilidad civil y la mala práxis y vulneración de sus derechos como clienta….1.500 es para los acosadores sexuales y maltratadores laborales. No se confundan, a una victima desamparada, a la que tenemos que destruír y desacreditar para que no se conozca y se juzgue la mala práxis de la letrada, lo mínimo, por lo visto, es pedir 15 meses de cárcel. No sé si esta novela estará escrita con coherencia alguna. Quizás sólo sea un ejercicio de egocentrismo y fantasías de una escritora que querría ser alguien importante, y en lo que debería haber sido alguien importante, y realmente pudo perfectamente salvar una vida y un futuro y muchas víctimas potenciales y reales que ya se están dando y varias ya están destruidas por no escuchar a una clienta, por no querer leer unos 8 emails…. por no dedicar ni una llamada en 11 meses a tu clienta…. Por no respetar un despido que era para prevenir el desastre. Si les parece interesante el libro, les aseguro que la vida real laboral de algunas abogadas es mucho más dramática, inquietante y sin duda, les hará sentir mucho más por tanto de realidad, precisamente por lo inasumible, lo inaceptable, lo temerario y temible que es para una víctima, denunciar, para ser acusada, y maltratada. Para ser atacada, en lugar de protegida, y para verter más mentiras, en lugar de demostrar transparentemente la verdad.