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Conoce a Sandra Moreno Gonzalez

Conoce a Sandra Moreno Gonzalez

Para quién no te conozca, ¿quién es Sandra?

Podría decir que soy ese trocito de luz cuando todo está oscuro y también ese trocito de oscuridad en la luz.
Soy calma en un alto porcentaje y también locura. Soy canción, libros, risa, calma, cerveza o vino (depende de la ocasión); un poco de todos los lugares que he visitado y de todas las personas que conocí y soy tan simple que a veces me resulta complicado entenderme.

Incluí en mi primer poemario un texto en el que hablo de lo que soy (o de lo que creí ser en el momento en el que lo escribí) que quizás resuma mejor un poco de lo que soy:

“Yo soy de las de coleta y moño mal hecho,
de las de recorrer el mundo en zapatillas.
Soy de las de cerveza un sábado noche
y de las de calcetines para dormir.
Yo soy de las de los kilos de más (de más feliz),
de las de sonrisa fácil (y fuego también),
de las de llorar con tormenta y sin razón
Soy de las de karaoke a pleno pulmón.
Yo soy de las de mañana empiezo,
de las de dormir poco y soñar mucho,
de las del fiel equipaje de un niño mayor.
Yo soy lo que ves en los ojos de mi familia, de mis amigos y de mi perra,
porque soy de mí y de ellos también,
Y de las canciones, de todas las que hablan de ti,
aunque no lleven tu nombre.”

661 Kilómetros y 113 canciones – Sandra Moreno

Empezamos fuerte, ¡me encanta!
¿Cuándo y por qué empezaste a escribir? ¿Y a compartirlo?

El “cuándo” es tremendamente difícil de responder porque creo que lo hago desde antes de saber que lo estaba haciendo. Me explico: escribir ha sido una vía de escape/huida/reconocimiento. Lo he hecho siempre, pero lo hacía porque después de llenar hojas y hojas de un cuaderno me sentía más libre y más yo y en ese momento en el que lo estaba haciendo no sabía que alguien pudiera estar haciendo lo mismo y mucho menos que a alguien le gustaría leer todo eso (o casi todo).
Nunca fui consciente de que podía crear algo con lo que otras personas se sintieran identificadas o se emocionaran hasta que un día envié uno de mis textos a una amiga y cinco meses después autopubliqué mi primer libro.

Cuéntanos, Sandra, ¿qué opinas de las redes sociales como escaparate para los escritores?

Las redes sociales son una herramienta que hay que saber cómo usar, sea en el ámbito que sea. Para el mundo de la escritura yo creo que son un arma de doble filo.
Estamos en un momento en el que “cualquier” persona puede publicar un libro lo que hace que el valor real que tiene un/a escritor/a (y me refiero a su valor como escritor/a, no como persona) esté borroso. Me encuentro con personas publicando libros cada día, influencers que solo por tener una comunidad enorme ya tienen más oportunidad, visibilidad y venta que cualquier otra persona que, desde mi punto de vista, se merezca realmente ese reconocimiento.

Lo que quiero decir es que es un escaparate amplio y diría que el más importante ahora mismo, pero que
no se abre a cualquiera o no con la misma facilidad a todos/as.

Sin embargo, el lugar que yo tengo ahora mismo en este mundo (con dos libros autopublicados) se lo debo
a las redes sociales y al apoyo y constancia de quienes me leen y me animan detrás de la pantalla.

«El alma por los ojos» es tu obra más reciente pero publicaste en 2019 tu primer libro, “661 kilómetros y 113 canciones” .¿En qué se parecen y en qué se diferencian?

Me gusta mucho contestar esta pregunta.

“661 kilómetros y 113 canciones” cuenta una historia de amor (real o no) con su principio, todos sus momentos y su final. Escribí textos que describieran cada etapa, en los que se viera reflejada la pasión del inicio así como el dolor del final. Tuvo su final porque contaba una historia que terminaba. Sin embargo, cuando publiqué mi segundo libro muchas personas me preguntaban que si era una continuación del primero y, desde mi punto, no tienen absolutamente nada que ver.
En “El alma por los ojos” escribo sobre muchos temas diferentes, por supuesto escribo de amor y desamor, pero desde el crecimiento personal que me ha supuesto escribir todo lo que va dentro de ese libro y no contando una historia. Además, hablo de amor en todas sus extensiones: amigas, amigos, familia, mascotas…
La única semejanza que se puede encontrar es la manera en la que escribo que, aunque más madura y asentada, sigue siendo la misma manera de sentir.

Sandra, si pudieses escoger qué enseñanza tuya perdurase en el tiempo ¿Cuál sería?

Aunque el mensaje salga de mí no es mío, la enseñanza sí porque yo, aunque tarde, aprendí:
VALORAD LO QUE HACEIS, CREAD Y CON CRÍTICA Y CRITERIO CREED EN VOSOTROS Y VOSOTRAS.

Y, ¿qué consejo te habría gustado recibir cuando empezaste?

Relacionaría esta pregunta con la anterior. Me encantaría que alguien hubiese venido a decirme: Sandra,
cree en lo que estás haciendo. Luego pienso que quizás lo tuve (el consejo y la persona) pero no supe
escuchar, mi poca confianza me tapó los oídos.

¿Qué cosas son fuente de inspiración para ti?

Mis fuentes de inspiración son todas las personas, lugares, libros, canciones … que me hagan sentir algo,
sea lo que sea. En cuanto mi cuerpo y mi mente sienten algo la inspiración se posa en mis manos. Si tengo
que elegir una persona, un lugar, un libro y una canción:
Persona: Yo
Lugar: Irlanda
Libro: Ya nadie baila – Elvira Sastre
Canción: Sin remitente – Melendi. (En este momento)

¿Donde se pueden conseguir tus libros?

Mi primer libro está casi agotado, ya solo quedan algunas unidades en una librería de Campello (Alicante):
De Papel . “El alma por los ojos” se puede adquirir contactando directamente conmigo a través
de Instagram o Facebook o en Amazon.

¿Que libros son inamovibles de la librería personal de Sandra? Recomiéndanos alguno


Como ya he dicho antes Elvira Sastre es una de mis inspiraciones constantes, pero en mi biblioteca nunca podría faltar por un lado Luis G. Piedehierro que es una de esas personas que hacen de guía cuando el camino nos resulta desconocido. Y por otro Bebi Fernández, esa mujer ejemplo de todo y cuya bilogía os recomiendo encarecidamente.
Y, por supuesto, me quedo con dos clásicos: Jane Austen, “Pride and Prejudice” y el sempiterno “El Principito”.

¿Ganas de más? Lee mi anterior entrevista a La forja de historias

Cristina Camisón Borrás
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