Conoce a Blanca Pereda
Para quién no te conozca, ¿quién es Blanca Pereda?
¿Cómo se responde a esta pregunta? ¡Me cuesta saberlo hasta a mí! La verdad es que soy, sin más, y voy fluyendo según las circunstancias y según cómo me siento con ellas.
Si nos centramos en qué hago o qué me gusta, estudié Turismo, Marketing, me apasiona la cultura y nací con la vena artística muy viva. Soy una mente hiperactiva, alma viajera y amante de las palabras y de jugar con ellas. Me encanta encontrar lo excepcional en lo cotidiano, la música, la comida y socializar (las cañas con amigos son imprescindibles y no negociables).
De mis rarezas ya hablaremos en otra ocasión…
¿Por qué empezaste a escribir y cómo decidiste compartirlo con el mundo?
Siempre me gusta decir que empecé a escribir antes de saber coger un lápiz; en la infancia, compartía mi tiempo con alguien que me enseñó la magia de inventar historias: las contábamos juntas y ella las plasmaba en el papel. Yo tenía muchísima imaginación y en cuanto aprendí a leer y a escribir, empecé a plasmar todas esas historias que me inventaba en libretas. Y hasta ahora.
En cuanto a la poesía, no había empezado a escribirla hasta ser adulta más allá de algún poema cuando era niña. Fue algo terapéutico, las palabras siempre me salvaban; y cuando me di cuenta de esto, en una época muy negra y muy difícil de mi vida, pensé que ojalá alguien hubiese escrito algo que me hiciera sentir que no estaba sola. Fue ahí cuando pensé “¿por qué no soy yo esa persona?” y me decidí a publicar. Hacerlo fue la manera definitiva de cerrar esa etapa y seguir viviendo, porque desde luego ha sido un antes y un después en mi vida.
Blanca, podríamos decir que tu poemario, Gravitacional, tiene un nombre atrayente 🙂 ¿Te gusta la física? ¿Hay otras referencias al espacio en él?
Sinceramente, no tengo ni idea de física ni de nada relacionado con ella; pero me fascina el universo y tengo una fijación rara con la luna, me podría quedar horas mirándola.
Por eso, y porque creo que la vida tiene muchas similitudes con el universo, éste es el hilo conductor del libro. Cada capítulo tiene el nombre de un elemento del universo y juego con esa idea como metáfora de cada etapa que se describe en Gravitacional, que no deja de ser el camino de autoconocimiento y superación que experimenté desde la ansiedad.
¿Qué nos puedes contar de lo que nos espera al leerlo?
Al leerlo no os esperan respuestas, ni fórmulas para superar nada; no es un libro de autoayuda. Sin embargo, dentro hay vivencias muy reales y honestas y creo que un camino muy bonito en el que mucha gente se puede ver reflejada.
Y ojalá esto anime a hablar más abiertamente sobre salud mental. Las palabras ansiedad y depresión suelen dar miedo, y a su vez se tratan a la ligera, por eso no es fácil hablar de ello para quienes las sufren ni para quienes están en su entorno. Hay que normalizarlo, no pasa nada si estamos mal. No somos robots.
Blanca, ¿estás trabajando en algo nuevo?
Pues no sé si debería contar mucho… Pero sí. Y creo que va a ser brutal, sinceramente.
Nada que ver con Gravitacional, que ahora lo siento muy lejos ya; esto es algo más maduro y el cierre definitivo de otra etapa. Parece que no sé cerrar etapas sin escribir libros.
Cuéntanos, ¿dónde se puede conseguir tu libro?
Actualmente en Amazon, que está muy bien por el tema de la visibilidad. Aunque a mí, que siempre he sido defensora del comercio local, me hace mucha ilusión que se encuentre en mis dos librerías favoritas que, además, hacen envíos: Librería Llorens, que es donde compré mi primer libro y los que le siguieron después; y Librería El Imperio, que la regenta mi querida Mamen Monsoriu, autora de mi prólogo, que es la cosa más maravillosa que alguien podría haber escrito sobre Gravitacional.
¿Qué opinas del rol de las escritoras en el panorama actual de la literatura?
A veces miro las estanterías de las casas de la gente (tengo ese vicio) y comparo cuántos libros tienen escritos por hombres y cuántos por mujeres, porque una vez me lo preguntaron a mí. Suele ser curioso.
Creo que, como artistas, tenemos esa especie de deber de abrirnos al mundo y arrojar belleza y crudeza a partes iguales y, como mujeres, demostrar que estamos aquí. No es una moda y de repente nos ha dado por escribir a todas. Siempre hemos estado ahí, pero no nos daban voz. Y es que parece increíble, pero todavía queda mucho por hacer. Por suerte, los dinosaurios se acaban por extinguir y llegan las nuevas generaciones, con las que creo que tenemos una obligación, igual que las anteriores escritoras la tuvieron con nosotras. Siento mucho agradecimiento hacia ellas, porque yo ahora puedo firmar mi obra con mi nombre. La cosa es allanarles el camino para que, si triunfan, lo hagan por su talento y no por su género.
Yo nunca he comprado libros en función del género. Simplemente he comprado, leído y compartido lo que me gustaba y con lo que disfrutaba. Eso para mí es el éxito y es lo que tenemos que fomentar y ojalá llegue el día en que las estanterías de las casas haya tantos nombres de mujer como de hombre.
¿En qué te inspiras?
Cuando escribo poesía o prosa poética, me inspiro sobre todo en mis vivencias. Cuando escribo historias no, porque casi siempre son de ficción y ahí ya me vengo arriba.
Como he dicho antes, para mí escribir es terapéutico, así que lo que puede haber en mis poemas no son más que emociones, pensamientos y situaciones propias. Eso sí, siempre se necesita ayuda y no hay mejor manera para inspirarse que leer. Hay que leer mucho y a muchos autores diferentes. Y la música, eso es imprescindible para mí. Lo que viene después ya es mucha indagación, saber escucharte y vomitarlo todo sobre el papel.
Cuando la inspiración llega, llega, es difícil de explicar. Siempre digo que, aunque antes de publicar un poema o un texto lo revisemos mil veces, no hay nada más bonito que el texto primigenio, por pulir; son las imperfecciones las que lo hacen perfecto, porque es el estado más visceral de la poesía.
Blanca, tengo entendido que tu libro es autopublicado, ¿te gustó la experiencia? ¿te planteas ir por editorial para el siguiente?
Efectivamente. Me hacía ilusión que mi primer proyecto fuese totalmente mío. Habla de un tema muy íntimo y complicado y quería tratarlo con mimo, así que, aunque lo envié a alguna editorial por si sonaba la flauta, tuve claro casi desde el principio que lo quería autopublicar. La experiencia fue maravillosa y muy enriquecedora. De repente me convertí en escritora, crítica, correctora… tuve que aprender a utilizar programas de maquetación, hacer la promoción del libro…
Lo único que no hice yo fueron la portada y las ilustraciones interiores, que se las dejé a Paloma Segura, que es una artista de los pies a la cabeza. El proceso fue increíble, porque le di el manuscrito y le pedí que hiciera lo que quisiera con él y el resultado fue precioso. También, eso sí, conté con la ayuda de algunos lectores cero para poder ver la obra desde otra perspectiva y no obcecarme con mis ideas.
Quise que fluyera todo y no me puse plazos para terminarla ni seguí pautas y así me aseguraba que todo lo que hubiese en él fuera real. A veces escribía muchísimo, otras veces estaba semanas sin tocar las teclas. Pero no me agobiaba, esa fue la magia del libro, que fue lo que él quiso ser. No digo que sea la manera ideal de escribir un libro, no creo que haya una fórmula porque cada escritor tenemos nuestros métodos, pero para Gravitacional sentí que tenía que hacerlo así. Y para el siguiente… ya veremos cómo le da por crecer y en qué punto me encuentro yo.
¿Tienes algún consejo para alguien que está empezando o quiere ser escritor/a?
Creo que un consejo que daría a alguien que quiere escribir es que lo haga. Ya está. Lo peor que te puede pasar al hacerlo es mejor que quedarse con la espinita por el miedo.
Ya para terminar Blanca, ¿nos recomiendas algún libro?
Esto siempre me cuesta muchísimo porque suelo disfrutar de casi todo lo que leo y mi lista es interminable, así que me voy a ceñir a mis libros favoritos:
La historia interminable de Michael Ende siempre será el número uno, da igual si eres niño o adulto; El retrato de Dorian Gray, de Wilde, que me parece una obra maestra; y El Principito, que hay que saber leerlo y es una genialidad disfrazada de inocencia.
Si te ha gustado la entrevista a Blanca Pereda y tienes ganas de más, te recomiendo leer mi anterior entrevista aquí
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