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Charlamos con el fabuloso escritor Arturo Daussá Lapuerta, nos presenta su obra “La sorpresiva cabaña”

Charlamos con el fabuloso escritor Arturo Daussá Lapuerta, nos presenta su obra “La sorpresiva cabaña”

¿Cómo te inspiras para escribir tus novelas?

Si entendemos como inspiración el momento concreto que te llega como una lluvia inesperada, debo decir que entonces sería algo falso; no existe. No obstante, por si acaso llega esa lluvia, yo sigo la celebérrima frase de Picasso: “Si llegan las musas, que te pillen trabajando”. Ese es mi método, el trabajo del día a día, el único camino que puedes recorrer para que lleguen la ideas, para lograr componer tu narración. El nombre que le demos es igual, puedes llamarlo inspiración o como quieras.

Pero de algún sitio tomarás las ideas con las que juega tu cerebro. ¿no?

Naturalmente, los que escribimos tenemos en nuestro cerebro como una caja virtual que la vamos llenando por tres vías: una fuente es lo que observamos, lo que vivimos; otra lo que leemos, una fuente fundamental, y por último, lo que imaginamos.

Y ahora, si volvemos a la primera pregunta, te diré que esa caja solo se abre cuando trabajas, sin enfrentar la hoja en blanco, permanece cerrada.

Ciñéndonos al protagonista de La sorpresiva cabaña,  James Palmer, ¿por qué dirías tú en pocas palabras que alquiló una cabaña tan solitaria?

James Palmer se encuentra en uno de esos momentos de la vida en el que todos nos enfrentamos a una tormenta existencial, a un túnel del que no vemos la salida. Él, en busca de la salida, de la luz que le devuelva la paz, piensa que necesita un tiempo de soledad y reflexión, y es por eso por lo que decide aislarse, vivir una temporada en un lugar tranquilo y alejado de Chicago. Ese es el motivo por el que alquila una cabaña a orillas del Burk Lake, en un precioso y tranquilo paraje situado al norte de Michigan.

Se hace raro que un detective decida dar ese paso, ¿no?

En la novela negra tradicional el detective suele ser un personaje duro, fumador, bebedor y todo eso. En La sorpresiva cabaña James es todo lo contrario: es un hombre aferrado a las normas establecidas, al valor de la ética y la ley. Al mismo tiempo nos encontramos que está asociado con Fabio Petrini que es un detective al uso, uno de esos tipos duros que he descrito antes. Esa dicotomía en la vida diaria de James le hace dudar, preguntarse si él sirve para ese oficio que parece encajar más con las aptitudes, incluso con las actitudes, de su compañero. James es un buen detective, pero esa circunstancia, esa duda existencial, hace que la novela mantenga esa tensión, esa intriga desde el primer capítulo, desde que el lector enfrenta allí lo que acabo de contarte.

Así que tenemos a James como un tipo comprometido, la aparición de la inevitable mujer misteriosa, y una serie de sucesos extraños que se conjuran en el entorno de la cabaña, y finalmente esa tensión con su socio, con el duro detective al uso. Pues menuda combinación.

Eso es exactamente el nudo de la historia, y yo añadiría a todo lo que has dicho que entre James y Cady, la bonita mujer misteriosa, levita, como una nube amenazante, su pasado, el de ambos; un pasado que, como el de todos, mantiene ocultas las sombras, los secretos que como una hiedra se van enredando entre ambos componiendo un laberinto del que cada vez se hace más difícil salir.

¿Cómo manejas el equilibrio entre la trama de suspense y la reflexión moral en tus novelas?

Ese equilibrio del que hablas es lo más difícil de conseguir en cualquier historia; y yo solo entiendo una forma para lograrlo…

¿A qué te refieres, con eso de una forma?… perdón, te he cortado.

Ahí tienes la prueba, ni tú has podido esperar. Me explicaré. Justamente esa intriga, ese suspense, es lo que el lector encontrará en mis novelas. Es decir, se trata de que la historia te vaya introduciendo lentamente, casi sin darte cuenta, a través de las contradicciones humanas: el amor, la verdad, el ansia de justicia y, en contraposición, las oscuras aguas de las corrupciones de nuestra sociedad. Y esa incertidumbre es lo que da a La sorpresiva cabaña la emoción, la capacidad de enganchar al lector en la historia de tal modo que no pueda dejar de leer.

Arturo Daussá Lapuerta "La sorpresiva cabaña"
Arturo Daussá Lapuerta “La sorpresiva cabaña”

Pero aparte de eso que dices, al final destapas un dilema, algo a lo que nos tienes acostumbrados en tus novelas.

Así es, el lector se hará la pregunta de que es mejor para obtener un fin, la fuerza o la persuasión. Dicho de otro modo, actuar como el socio de James, Fabio Petrini,  con su patada en la puerta, por decirlo rápido y sencillo, o como James, a través del diálogo persuasivo para convencer. El lector se quedará con su propia respuesta que no siempre será coincidente con la de James.

¿Como abordas la complejidad de los dilemas éticos y morales que enfrenta James Palmer en la novela?

Es cierto que esos dilemas son complejos, sobre todo si se hace con solvencia. Aunque quizá el mayor peligro es convertir una novela de ficción en una tesis. En La sorpresiva cabaña, a través de los episodios y los distintos personajes te vas introduciendo casi sin darte cuenta, poco a poco, en esos dilemas. Incluso son los propios personajes los que se enfrentan a ellos, cada uno con su particular personalidad, lo que ayuda al suspense de la trama. Para decirlo de otra manera, es como un jarabe que tomas poco a poco, casi sin darte cuenta, pero que al final te cura el constipado.

¿Crees que es importante la ambientación en diversos países y culturas?

Pues si el lector, aparte de entretenerse, de forzase a pensar y de vivir otra vida, además aprende o descubre algo y lo hace sin aburrirse y con ganas de continuar; convierte a cualquier libro es doblemente valioso. Eso no es fácil de conseguir, pero el apoyo de una buena descripción del entorno y del momento, en su justa medida y que escape de la vulgaridad, que muestre lo necesario para provocar en el lector ganas de profundizar más allá de lo que está leyendo en la novela, es algo que enriquece la narración. En La sorpresiva cabaña, el lector viajará por Michigan, Chicago, Milán y Ciudad Juárez.

¿Cómo describirías el proceso de investigación y documentación que llevas a cabo para escribir sobre temas tan complejos como las mafias y la corrupción?

El proceso de documentación sobre las historias de mis novelas es la parte que me gusta más. Para ello tengo que consultar muchos documentos en bibliotecas y hemerotecas, y por suerte cuento habitualmente con colaboradores, catedráticos, médicos e historiadores, que corrigen y me apoyan. Pero en el caso de La sorpresiva cabaña además me supuso realizar muchos viajes.

¿Qué quieres decir con muchos viajes?

Bueno, la cabaña que sale en la novela es real, yo mismo la alquilé en Michigan un verano, y en ese tiempo acaeció un suceso que me dio pie para formar el relato.

¿Quieres decir con esto que la cabaña es real?

Pues sí, como te he dicho, es una cabaña preciosa, en un lugar precioso. Y no solo lo es la cabaña, sino muchos de los personajes están inspirados en personajes reales con los que conviví en ese viaje. La idea era que el lector conociera de primera mano la realidad de la Norteamérica rural y creo haberlo conseguido.

 ¿Y respecto a las mafias y otros temas como la corrupción?

Bueno, cuando estás viviendo en el lugar te es más fácil enterarte de ciertas cosas a través de entrevistas, de la prensa local, de los chimes de la gente. Y una vez que compruebas su realidad, te da un conocimiento que de otra manera no tendrías. Conocer que en los Estados Unidos existe un problema con los desechos industriales es una cosa entre otras que el lector descubrirá.

Pero eso quizás comporte riesgos, ¿no?

 Efectivamente es así, y no es fácil asumirlos. En mi novela Nada es lo que parece, tuve amenazas de un grupo de feministas y en otra novela, Dime la verdad, hubo un cierto enfrentamiento con un laboratorio farmacéutico. Ya se sabe: decir lo que poca gente se atreve a decir suele tener sus consecuencias.

¿Qué opinas sobre el futuro de la novela negra en la literatura de nuestros días?

Para contestar esa pregunta conviene saber que desde el inicio del género negro en el Londres Victoriano ha ido evolucionando, desde Conan Doyle hasta finales de los años ochenta, que llega la romántica y de misterio, la Neo Noir, la Neo Polar, etcétera, etcétera, y hasta nuestros días que surge con fuerza la Domestic Noir y que por lo visto ha llegado para quedarse. Es decir, en pocas palabras, el género negro se ha abierto para incorporar lo romántico, la denuncia social o la política, incluso la historia; de modo que ya no hablaremos de ese género como una cosa preestablecida, sino hablaremos de novelas buenas o malas.

Finalmente, ¿tienes algún proyecto en marcha?

Si, espero que, al final de este año o a principios de 2024, salga editada una nueva novela de título Buscando a mi hija. Un manuscrito que ya está en casa del editor.

Y si no es mucho pedir, se puede saber sobre que trata

 En esta novela el lector descubrirá cosas que no se dicen sobre las sectas destructivas.

Bueno, pues muy bien, esperaremos este nuevo relato, pero primero desfrutaremos de leer La sorpresiva cabaña. Muchas gracias.

Gracias a ustedes por darme la oportunidad de poder explicarme.

Arturo Daussá Lapuerta "La sorpresiva cabaña"
Arturo Daussá Lapuerta “La sorpresiva cabaña”

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