Charlamos con el autor de “Mimú”, Jesús María Chaves Bonilla, cuya obra ha sido recientemente publicada con Círculo Rojo.
“Mimú” es una novela que aborda la historia de tu abuelo en la guerra de Marruecos en 1921. ¿Qué te motivó a escribir esta historia y cómo influyó en tu percepción personal de la historia de España?
Me ha inspirado una suerte de deseo de entender qué le pasó a mi abuelo en la guerra de Marruecos, qué lugares recorrió, qué sintió en aquellas situaciones tan violentas y qué hizo para poder sobrevivir. Necesitaba de alguna manera, ponerme en su piel.
Cuando terminé la obra, me di cuenta de que la situación política y social actual no dista mucho de la de hace un siglo. Es uno de mis hallazgos. Es muy curiosa la comparativa, debe ser que, aunque España ha evolucionado a pasos agigantados en industria y tecnología, los contextos sociales y la política se resisten a los cambios.
La sinopsis de tu novela menciona el desastre de Annual en 1921 como uno de los eventos centrales. ¿Cómo te acercaste a la investigación histórica para retratar este momento con precisión y detalle?
El llamado desastre de Annual, fue un punto de inflexión en la visión y posición de España en el mundo. Hay una amplia bibliografía a la que poder consultar. Es cierto que se corre el riesgo de colapso por exceso de información no siempre bien ordenada, en ocasiones no contrastada o fruto de opiniones sesgadas. Por eso tuve que acudir y contrastar multitud de fuentes. Es lo bonito y especial de la narrativa histórica, conseguir trasladar al lector hasta una época concreta de la forma más fiable posible.
A través de los personajes de tu novela, exploras la convergencia de diferentes culturas y mundos en Marruecos durante esa época. ¿Cómo abordaste la representación de estas complejas interacciones?
Sale de forma natural, basta con actuar como observador. Al describir detalles de lugares y establecer diálogos entre personajes donde emergen aspectos de la vida cotidiana, surgen las diferencias y las semejanzas de las distintas culturas y mundos contenidos. Había una convivencia especial tanto en los habitantes de Melilla, como en las posiciones donde se establecieron los militares. Un protectorado donde hubo convergencia de idioma, cultura, religión, costumbres … con más cosas en común de las que creían.
Rafael Chaves, el personaje principal de tu novela, es un joven jornalero reclutado para servir en el ejército español en Marruecos. ¿Qué desafíos enfrenta y cómo evoluciona a lo largo de la historia?
Imagínate, un muchacho de 20 años, que no ha salido de su pequeño pueblo en sierra Morena, rodeado de naturaleza. Estamos en 1921, en la España rural de entonces. Él ni siquiera sabía escribir. Le toca servir en el ejército, en una unidad de Caballería en el norte de África. Los primeros días son de curiosidad, de establecer amistades, incluso de diversión con los compañeros. Después se encuentra en medio de una situación de guerra, que le provoca tensión, vacío emocional, entre otras muchas emociones que se le cruzan por la cabeza. Una situación extrema que pone a prueba su cuerpo y su mente. El protagonista evoluciona en el recorrido del libro en base a sus asombrosas vivencias y el contexto de cada momento.
El libro también menciona el nacimiento del periodismo de investigación en ese período. ¿Cómo incorporaste este aspecto histórico en la narrativa de “Mimú”?
Me llamó la atención descubrir que en esos años nació el periodismo de investigación. Un tipo de periodismo que no estaba al servicio del poder político de turno y que no se conformaba con ejercer de notario de los sucesos. Lo considero un hecho de alta relevancia y por eso tiene un espacio predominante en el libro. Este aspecto está incorporado en la narrativa con la irrupción de un periodista y colegas de profesión que trabajaban en el periódico El Sol.
¿Qué te llevó a compartir esta historia a través de la escritura? ¿Consideras que la literatura es una herramienta poderosa para preservar y transmitir la memoria histórica?
Quería que el recuerdo de mi abuelo en la guerra permaneciera en el tiempo en forma de palabras, por lo que tiene connotaciones personales importantes. El poco reconocimiento que tuvo posteriormente no estaba alineado con los hechos heroicos vividos. Por eso consideraba importante preservar su historia y transmitirla. Es una narración basada en las vivencias de mi abuelo, pero también es la historia de muchos otros que se encontraron en situaciones similares. Sus hijos, nietos, biznietos y generaciones venideras tienen derecho de recibir ese recuerdo.
En tu biografía mencionas que eres ingeniero técnico de Telecomunicaciones. ¿De qué manera tus conocimientos técnicos y artísticos influyen en tu enfoque como escritor?
Mi lado técnico me sirve para investigar, recopilar información, analizar, planificar y con ello tomar decisiones. Al tratarse de una novela histórica, todos estos aspectos han sido muy utilizados. En cuanto a mi faceta como pintor, sin duda alguna, sale a relucir en los puntos donde es necesario el sentido creativo, una mirada distinta de lo que nos rodea, un pensamiento que trabaja en otra dimensión. Al final es un todo, un ecosistema donde la técnica, el arte y la historia confluyen y conviven para dibujar palabras sobre un papel en blanco.
La novela destaca el silencio y el olvido que rodearon a los héroes de Annual durante más de un siglo. ¿Qué mensaje esperas transmitir a los lectores al rescatar esta memoria histórica?
Me encantaría transmitir que los hechos históricos no se deben blanquear. Es nuestro deber conocerlos, despojarnos de nuestros sesgos y aprender a entenderlos, nos guste el resultado o no. Solo así avanzaremos hacia una sociedad en equilibrio. Conociendo el pasado, con sus aciertos, sus errores y sus consecuencias, podremos afrontar con perspectiva crítica el presente y dibujar un futuro mejor. Es inconcebible el olvido sufrido de los héroes de Annual durante más de cien años, por políticos e instituciones. Ellos se merecen estar en un lugar relevante de nuestra memoria histórica.
Hablemos un poco sobre tu experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo. ¿Qué tal ha sido el proceso de publicación y qué consejos puedes dar a otros escritores que consideren esta editorial?
Mi experiencia con la editorial Círculo Rojo la calificaría como muy positiva. Destacaría su buena organización, con departamentos especialistas en cada etapa de la edición y con un nexo común, que es el rol del editor. Las distintas iteraciones con cada uno de ellos permiten ir profundizando y aclarando dudas, algo muy útil para un escritor novel como es mi caso. En Círculo Rojo se respira profesionalidad y cercanía a los escritores. Un camino enriquecedor, te sientes siempre acompañado. Mi agradecimiento a todos ellos.
Como consejo a otros escritores, basado en esta experiencia, es que consulten con la editorial todas las dudas de cada paso, ya que ellos son claros y transparentes. Y, sobre todo, que no pierdan la esencia de su obra, que relean y revisen una y otra vez cada corrección, cada modificación de diseño, sin prisas, hasta que se sientan plenamente convencidos de la identidad personal resultante en su obra.
¿Tienes planes para futuras obras literarias? ¿Puedes adelantarnos algo sobre tus próximos proyectos como escritor?
Sí, hay planes rumiando en mi cabeza. Me interesaría mucho retroceder hasta el siglo XVI, período de descubrimientos, aventuras y personajes realmente interesantes. Muchas páginas de la historia se han escrito en dicho siglo y me encantaría dar un paseo literario por esa fascinante época.
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