Charlamos con el autor Aaron Crespo, que nos habla de la obra que ha publicado con Círculo Rojo, “De mayor quiero ser emprendedor”.
- ¿Cuál fue la inspiración detrás de escribir tu obra? ¿Hubo algún evento o experiencia específica que te motivó a compartir tus conocimientos y experiencias en este libro?
No hay un momento especial en mi vida que me llevara a escribir este libro. Ha sido más la persistente y agotadora insistencia de colegas y amigos en el mundo empresarial. A lo largo de mi carrera como emprendedor o empresario bastante “atípico”, cada solución creativa y cada anécdota, divertida o no, siempre generaba la repetida frase: “tienes que escribir un libro” o “tienes que poner esto en tu libro”.
Con el tiempo, esta sugerencia constante se convirtió casi en una obligación, pero nunca había tenido tiempo (o es la excusa que siempre me he dicho). Tampoco quería que fuera solo un libro sobre anécdotas, sino algo que además pudiera servir como una guía. Así que un día me puse y aquí estoy. Hasta le he cogido el gusto a esto de escribir, y ahora escribo todos los días por la mañana un ratito. Quizá mi siguiente libro se trate solo de anécdotas y vivencias de mi vida. ¿Quién sabe?
- Como figura destacada en el mundo del emprendimiento, ¿qué desafíos personales enfrentaste al iniciar tu primer negocio? ¿Cómo superaste esos obstáculos?
Yo empecé muy joven a emprender. El peor desafío, o lo que peor llevaba yo, era enfrentarme contra un mundo de adultos que todo lo saben y que todo lo hacen bien. O eso creían ellos. Me costó mucho esfuerzo y moldeó mi carácter (no en el más recomendable, pero sí eficiente en esos momentos). Frases como “¿Vas a venir tú a enseñarme lo que llevo haciendo 30 años?” Sí, porque llevas 30 años haciéndolo mal. Hay que demostrar, intentar no ser arrogante (intentarlo al menos) y ser profesional. Con el tiempo te respetan, pero es un desgaste continuo. Cada país tiene sus propios obstáculos y cada negocio los suyos, pero ese para mí, creo que fue uno de los más complicados de manejar.
- En tu libro mencionas la importancia de la motivación y la superación del miedo al fracaso. ¿Cómo manejas personalmente la presión y el temor al fracaso en tu trayectoria emprendedora?
Es una pregunta interesante. Yo lo abordo de dos maneras diferentes y bien diferenciadas en mi libro, aunque tienen ciertas cosas en común. Para mí, entre otras cosas y trucos que explico en el libro, hay una palabra que está intrínsecamente vinculada a la motivación: Resiliencia.
Es una palabra que muchas personas utilizan para diversos contextos. Está de moda. Invito a la gente a que la busque en el diccionario. Tiene que ver con la capacidad de adaptación a cada situación adversa. Es una capacidad que todos tenemos, aunque no lo sepamos. Solo hay que desarrollarla un poco, entrenarla. En el libro sí explico más a fondo después de poner muchos ejemplos su verdadero significado y cómo es un pilar fundamental.
La presión en mi trayectoria emprendedora la manejo a través de la motivación, el humor y la perseverancia. Para mí, soportar la presión implica tener una actitud desenfadada, como suelo decir, “porque me la pela” (un chiste del libro que no sé si se puede decir en la entrevista).
En cuanto al temor al fracaso, es crucial diferenciarlo de la malinterpretación de la cultura del fracaso que a menudo vemos en Europa. Desde mi perspectiva, no hay que temer al fracaso; la vida es un continuo cúmulo de aprendizajes, ya sea que aprendamos de éstos, repitamos los errores o estemos destinados a repetirlos. Invito a los lectores a sumergirse en mi libro para profundizar en estos conceptos, donde ofrezco ejemplos concretos y una visión única sobre cómo la gente sigue adelante.
- Exploras temas emocionales y personales en tu obra. ¿Qué papel crees que juegan la familia y el entorno cercano en el éxito de un emprendedor?
Dicen de mí que soy bueno en el mundo de los negocios, pero he sido un desastre en mi vida personal. Esto es un tema muy complicado. Precisamente este es un tema que mi padre y yo debatimos mucho durante la creación del libro y sobre cómo enfocarlo en el libro. Él opina que debía ser muy contundente en que nunca hay que sacrificar a la familia por una empresa. Obviamente, en el borrador de ese capítulo del libro casi pudiera parecer que invito a que se sacrifique todo. Yo entiendo a mi padre, pero la realidad es que, en mi experiencia, yo he tomado decisiones que han implicado ese sacrificio. No me enorgullece, pero reflexiono sobre ello en mi libro, explorando los errores y las dificultades que he enfrentado como resultado de esas elecciones que yo mismo he tomado.
En el libro, destaco la importancia del apoyo de la familia y amigos. Es importantísimo. Si bien hay momentos en los que he antepuesto mis proyectos a todo, he aprendido, a veces de la manera más difícil, que la familia es inigualable e insustituible. Y hay que tener cuidado porque de esas decisiones y de esos errores, puede que aprendas, pero no solo los pagas tú, tu familia, tus hijos, tus amigos, también. Y ellos puede que no tomaran la decisión de emprender contigo.
Tengo un capítulo entero a la soledad del emprendedor. Algo que nadie cuenta y todos los que tenemos un negocio, por pequeño que sea, sufrimos. Nuestro día a día en las empresas en las que no podemos hablar con nadie. Nuestras batallas únicas que nadie entiende y que nadie comprende y que tienes que sobrellevar como puedes.
Aunque siempre había pensado que todo lo que hacía era por mi familia, si soy autocrítico, no es cierto al 100%. Mi viaje me ha enseñado que no vale la pena sacrificar a la familia. En muchas ocasiones de mi vida, mis proyectos se convirtieron en obsesión y los anteponía a todo. Hoy pago esas consecuencias y mi familia también. Vivo con ello, mi familia también. Espero no volver a cometer los mismos errores. De todo se aprende. Hoy priorizo la comunicación y aunque reconozco que tengo momentos de total inmersión, la familia es un apoyo invaluable. Esto es una pequeña parte de la complejidad del emprendimiento que abordo en mi libro, lecciones aprendidas a través de experiencias reales.
- ¿Cuál es el consejo más valioso que podrías dar a alguien que está empezando su viaje como emprendedor?
Esta es fácil. Resiliencia y aprendizaje continuo. Con eso y un poco de sentido del humor, al fin del mundo.
Que nadie tema cometer errores y reconocerlo. Son oportunidades de aprendizaje que te llevan al éxito. Y no subestimar la importancia de la familia, colegas de negocios, amigos y demás que te inspiren y te apoyen en tu camino.
- Has liderado empresas de tecnología punteras. ¿Cómo ha evolucionado tu enfoque en el mundo empresarial a lo largo de los años, especialmente en relación con las tecnologías emergentes?
Antes de eso, primero habría que hacer hincapié en que sí, ha evolucionado. No todo el mundo evoluciona y lo veo día a día. Es una gran pelea. Cuando te dedicas, como yo, a las tecnologías emergentes o a la innovación, llega un momento que cansa.
No solo he buscado constantemente integrar avances tecnológicos en mis empresas; también he dedicado años a hacerlo para grandes compañías. Cada gran empresa tiene sus tiempos de implementación y sus terribles y lentos procedimientos internos para poder ir al mercado. Hay que manejar la frustración de que no se llegue a tiempo. A desechar ideas que otros seguro explotarán.
Hasta hace 6 meses me dedicaba casi en exclusiva a diseñar productos innovadores además de gestionar mis empresas. Porque me apasiona la tecnología. Me encanta aprender cosas nuevas. Tristemente, hoy en día soy mucho más eficiente en la búsqueda de esas tecnologías emergentes. Por qué digo que tristemente, porque sé lo que quieren mis clientes y lo que no. Dejo muchas tecnologías súper interesantes que sé que serían muy rentables en el camino porque también sé que a mis clientes no les encajarán. Además, yo mismo me quedo sin energía para defenderlos y explicarlos, y lo peor es que no tengo tiempo para más proyectos.
Ahora mismo estoy lanzando un nuevo proyecto de startup relacionado con inteligencia artificial. Vuelvo al mundo emprendedor. Lo estoy haciendo porque estoy un poco cansado de nadar a contracorriente, diseñando tecnologías emergentes o productos innovadores que no serán una realidad en el mercado hasta dentro de unos años. Productos que muchos ni siquiera entienden hoy en día, y aunque confíen en ti, es complejo y cansa mucho.
Pero la realidad de todo es que mi evolución ha estado marcada por mi pasión incansable por explorar y comprender las últimas tendencias tecnológicas. Mi parte friki o geek ha sido clave para mantener esa curiosidad y ansia de aprendizaje continuo que todos vamos dejando de lado por la comodidad.
- ¿Qué te llevó a explorar otros campos como la consultoría política y la ciberseguridad además de tu experiencia en negocios y marketing?
Eso no lo explico en este libro. Jejeje. Para entenderlo bien, tienes que saber primero algo de mi vida. Tiene su explicación con el recorrido de mi vida, pero todo está relacionado con un detalle: me encanta leer y me apasiona aprender. La informática, la tecnología y la ciberseguridad es lo que me ha acompañado casi toda mi vida. Siempre puedes aprender algo nuevo. Nunca se acaba. Es una fuente inagotable de conocimiento. Y me encanta.
Dicho esto, el camino es fácil. De la informática me pasé a la ciberseguridad. Como no había mucho que hacer en ciberseguridad hace tantos años en España (estamos hablando de un tiempo en el que ninguna empresa o casi ninguna hablaba de eso), empezamos a hacer páginas web. De ahí pasamos al marketing con una empresa que creé y que fue resultona. Ganamos premios e hicimos un buen trabajo. De ahí nos llamaron para hacer el marketing de una campaña política en México. Se abrió un mundo nuevo para mí y empecé a formarme en consultoría y ciencias políticas, y siempre he seguido con todo a la vez hasta el día de hoy. Aunque ya no me dedico a la consultoría política por el desgaste físico y mental que produce. Me he hecho mayor. Al marketing un poco menos, pero sigo relacionado con algunas de mis empresas. Con la tecnología y la ciberseguridad seguimos ahí.
- ¿Cómo te mantienes actualizado en un entorno empresarial tan cambiante y competitivo?
Invirtiendo mucho tiempo en investigar, leer, conversar con gente de medio mundo, viajando mucho, pero por desgracia, no tanto para visitar (que algo visito), sino para hablar con unos aquí y otros allá sobre su tecnología o sobre qué están haciendo en tal y cual sector.
Dedicando tiempo a investigar quiénes asisten a las ferias, a estudiar nuevas cosas. Conclusión: TIEMPO.
- Hablemos de tu experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos en comparación con otras experiencias editoriales que hayas tenido?
No he tenido ninguna experiencia previa, con lo que al principio fue raro para mí. Es cierto que venía recomendado por un amigo, pero ha sido un proceso que he de agradecer. Yo sé cómo funciona una imprenta, pero no tenía ni idea de como funcionaba escribir un libro. Yo tenía un Word con muchas páginas, una portada, un título… Al conocer a mi editora y que me mandase un millón de opciones, me preguntaba a mí mismo, ¿y yo que voy a saber si tengo que hacer esto o lo otro? Nunca he escrito un libro. Pues para eso Maria del Mar, mi editora, que es una crack y tiene una paciencia infinita me explico todo (que yo soy de mucho preguntar, recuerda que me encanta aprender). El hecho de que por correo electrónico y que adaptándose a mi hayamos podido hacer todo. Ha sido una maravilla. Todos super atentos y super profesionales. Y además para mi cada día sigue siendo una sorpresa con todo lo que estoy aprendiendo. Yo que pensaba que me pedirían el documento en un formato, con un sangrado, cierto tamaño,… Y me saltan con algo como ortotipografía. Sigo pensando que el palabro ese, se lo han inventado. Pero que se lo han currado y siguen currándoselo, que no quepa duda. Recomendable 100%.
- Fuera del mundo empresarial, mencionas tu pasión por los coches de carreras, el vuelo y el golf. ¿Cómo crees que estas actividades han contribuido a tu mentalidad emprendedora y a tu éxito profesional?
Más que los coches de carreras, todo lo que tenga ruedas. Pero sí. Soy un apasionado de los coches de carreras, dentro y fuera de ellos. Me permiten disfrutar de una experiencia visceral e intuitiva, aportando adrenalina y entrenando mi toma de decisiones con un tiempo de reacción mínimo.
En cuanto al vuelo, más allá del disfrute personal, que también, me ayuda a mi capacidad de previsión. Aunque encuentre placer en volar, la preparación meticulosa, las revisiones y la planificación minuciosa son lo que me ayuda a reforzar mi enfoque en la previsión, una habilidad esencial en el mundo empresarial.
En cuanto al golf, es la última afición que ha llegado a mi vida y viene por recomendación médica. Me dio a elegir mi médico entre el yoga o el golf. Yo no me veía con las mallitas, así que, aunque tenía algunos estereotipos, como que el golf era para jubilados, pues obediente empecé. Como soy un poco obsesivo, le he dedicado mucho tiempo y puedo decirte que es uno de los mejores inventos del mundo. Qué paz, cómo consigue evadirte y despejar tu mente del día a día del trabajo. Deberían recomendarlo en la seguridad social. Y como le he dedicado mucho tiempo con rutinas muy organizadas, pues no se me da mal.
Esta combinación de actividades fuera del ajetreo empresarial diario ha enriquecido mi mentalidad emprendedora. Es una perspectiva única de ver las cosas y, obviamente, te da unas habilidades interesantes que contribuyen día a día a mi vida emprendedora.
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