“Cajón de sastre”, la obra más reciente de Gonzalo Cornejo
Para quien no te conozca, ¿quién es Gonzalo Cornejo?
Pues, brevemente, te diría que Gonzalo Cornejo es un joven, porque todavía me considero así (risas), que empezó a interesarse por la poesía desde niño. Y, con el paso del tiempo, sigue poniendo en verso algunas de sus experiencias.
¿En qué momento te sale tu vena escritora?
Sé que de niño ya me interesó, pero no el momento exacto. Supongo que aparece cuando sientes la necesidad de escribir lo bien o mal que te sientes, lo que te gusta y lo que no, alguna vivencia que te marque… Hablo desde la niñez. Cuando ya te conviertes en adulto, solamente continúas el camino que empezaste. Eso sí, con mayor experiencia tanto a nivel vital como académica.
¿Cuántos libros has publicado desde entonces?
Publiqué mi primer poemario “Versos adolescentes” y, tras un paréntesis considerable, publiqué de una tacada el año pasado una investigación histórica sobre el fútbol en mi pueblo, me atreví con una novela basada en hechos reales y ahora una recopilación de las poesías que he ido haciendo en estos últimos años.
Hablemos de tu obra más reciente: “Cajón de sastre”. ¿Cómo nace la idea de escribirla?
La idea de escribir “Cajón de sastre” no nace en ningún momento porque, desde que publiqué “Versos adolescentes”, seguí escribiendo por entretenimiento, por gusto, por tratar de superarme haciendo equilibrios con la rima, contarle a un papel de manera breve alguna vivencia… Lo que sí nace fue la idea de publicarlo. Creo recordar que en marzo reuní todas las poesías de estos últimos diez años y pensé que podría publicar algunas. Ya que estaban escritas, lo mismo a alguien le gustaban o podrían interesarle.
¿Por qué “Cajón de sastre”?
Pues no tiene mucha explicación. Son poemas de distinta temática y de distintos años. Y un cajón de sastre es un grupo de cosas diferentes. Consideré que venía bien esa expresión a ese grupo de poemas diferentes y de distinta temática.
Es un compendio de poemas escritos durante distintos años. ¿Cómo ha cambiado el autor y su poesía a lo largo de esos años?
(Ríe). Bueno, he cambiado en muchos aspectos. Pero con el lenguaje es evidente que el paso por la universidad, los libros leídos, los profesores que me han influido, las experiencias vividas, los viajes realizados… Todo eso ya va en el autor porque también va en la persona. Y creo que se nota en el libro. Los poemas, casi todos, están ordenados cronológicamente para intentar hacer ver esa evolución.
¿Qué pretendes conseguir en el lector con su lectura?
Como he comentado antes, mi objetivo no ha sido llegar a un posible lector. Yo he ido escribiendo estos años para mí y ahora lo comparto. Lo que pretendía hace unos meses, ya lo he cumplido. Era publicar las poesías. Luego, si a los lectores les gusta, mejor. Ojalá pudiese engancharlos a la poesía o que ellos mismos escriban sus versos, pero no creo que eso dependa exclusivamente de mí (sonríe).
¿Hay algún consejo que puedas dar a los que ahora están escribiendo algo con la idea de publicarlo algún día?
Hombre, yo no soy nadie para dar consejos. Y menos sin conocer a la persona. De lo único que puedo hablar es de mi experiencia. Y si el objetivo es publicar, primero hay que ser muy consciente de que es un proceso que requiere paciencia y mucho esfuerzo.
¿Cuál ha sido tu experiencia publicando con la Editorial Círculo Rojo?
Ha sido buena. Se han portado conmigo muy bien y hemos tenido fluidez comunicativa. Cualquier problema lo hemos solucionado rápidamente. Esto implica una cercanía que el autor o autora agradece.
¿Dónde encuentras la inspiración para tus poesías?
Diría que en cualquier lugar o experiencia que haya vivido y crea que hay opciones de reflejarla en verso. Puede ser en la calle o cuando uno está a solas en la habitación. Siempre estoy preparado para, cuando ocurra, no desaprovechar la oportunidad (sonríe).
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?
Los autores han ido cambiando con el paso del tiempo. Me empezó gustando Bécquer porque era uno de los que primero descubríamos en el colegio. Luego, otro clásico, Neruda. Y otros que me gustan son Javier Salvago y Rosa Berbel.
¿Qué es lo que más te gusta del proceso de creación de uno de tus poemas?
Quizá el ponerme a prueba, el darle vueltas a cómo encajar un verso… En definitiva, pensar. La poesía me hace pensar y eso me gusta. Estamos en una época donde todo es inmediato y de consumo rápido. Sin embargo, la poesía hace que me detenga y que puedan pasar horas sin darme cuenta, sin mirar el móvil, tratando de que una idea se plasme como pretendo.
Últimamente, en redes sociales vemos que tiene más éxito la prosa poética que la poesía con rima y las estrofas tradicionales. ¿Para ti es un problema?
No. En la variedad está la riqueza. Sí es verdad que yo prefiero la rima y, en ocasiones, la métrica. Y lo hago para superarme. Porque con la rima y la métrica de los versos ya tienes que elegir unas palabras y no otras. Creo que eso lo hace más difícil, pero para nada lo hace mejor que la prosa poética. Sobre gustos…
Para terminar, ¿qué libro tienes entre manos actualmente?; ¿nos recomiendas alguna lectura?
Pues estoy disfrutando enormemente con Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga. Aunque también te digo que tengo dos o tres libros empezados de distinta temática. Según me apetezca, cojo unos u otros.
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