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Ángel Montilla nos presenta su última obra «Operación Artemisa»

Ángel Montilla nos presenta su última obra «Operación Artemisa»

Para quien no te conozca, ¿quién es Ángel Montilla?

Un profesor de Lengua y Literatura interesado por muchos aspectos de la cultura, la historia, la ciencia y el arte, sobre todo la astronomía, la música, el cine, la fotografía y, cómo no, la literatura.  Otra característica que me define es mi niponfilia.  Desde siempre me ha interesado Japón, país que he visitado en múltiples ocasiones y donde he dado alguna conferencia y publicado varios artículos y relatos. 

¿Cómo nace tu vena escritora?

Todo comenzó cuando llegué al instituto y encontré un grupo, un taller de poesía llamado Tediria, que dirigía el profesor Dámaso Chicharro.  Un buen día, con 16 años, deposité un relato de forma anónima en una caja de cartón que había en conserjería. Al final de curso el taller publicaba un único número de su revista y allí estaba mi relato. A partir de ahí me localizaron y entré en contacto con personas que siguen siendo mis amigos desde entonces.  Ese creo que fue el motor de todo lo que he escrito posteriormente.

¿Cómo surgió la idea de escribir Operación Artemisa?

Fue, como casi todo en la vida, un cruce azaroso de lecturas y vivencias.  Siempre he sido aficionado a la ciencia ficción, tanto en el cine como en la literatura, pero esta vez la idea inicial me llegó por mi amor a la astronomía.  Por un lado, leí cierta información sobre un proyecto para establecer plantaciones en el satélite y la existencia de una zona misteriosa llamada Reiner-Gamma a la que no golpea la mortífera radiación solar.  Por otro lado, en el centro donde trabajo, y del que soy director actualmente, comenzamos a poner en funcionamiento el proyecto de un huerto escolar.  Estas dos ideas y vivencias se mezclaron y a partir de ahí comenzaron a surgir situaciones, tramas y personajes que fueron dando forma al argumento y la temática de la novela.

¿Qué es lo que más destacarías de Operación Artemisa?

En esta obra me he preocupado en gran medida por la verosimilitud y la exactitud.  No quería construir un relato fantástico situado en una galaxia lejana (como se dice en Star Wars), sino algo que pudiera ocurrir verdaderamente que estuviera apoyado en datos científicos.  Por ejemplo, la menor gravedad de la Luna es algo que en muchas películas y novelas no se tiene en cuenta y vemos cómo los personajes caminan por las instalaciones del futuro como si estuvieran en unos grandes almacenes de la Tierra.  En la novela quise resolver este problema con algunas soluciones técnicas.  Todos los lugares y gran parte de los proyectos y datos que se citan son ciertos, fruto de un intenso proceso de documentación.

¿Qué pretendes provocar en el lector con la lectura de tu obra?

Mi intención con Operación Artemisa ha sido, por un lado, entretener y, por otro, provocar en el lector una reflexión sobre nuestra relación con el universo, valiéndome de una trama que lo sitúe en un hecho futurible de enormes consecuencias para el ser humano como especie. También he buscado conjugar la ciencia con el arte, en concreto con la música y la poesía, a través de personajes que tienen una especial relación con estas artes.  Mi visión del ser humano es global, contraria a la segmentación y a la especialización.  En ese sentido me acerco humildemente al imaginario renacentista de creadores como Leonardo da Vinci.

Además de la verosimilitud de la historia, ¿Qué otras peculiaridades diferencian a Operación Artemisa de una narración clásica de ciencia ficción?

La más llamativa podría ser la presencia de la literatura y más concretamente de la poesía, que es algo que no suele formar parte ni de los temas ni de los ambientes en los que se desarrollan las obras de este subgénero.  También quise añadir un toque a-científico (o pre-científico) con la presencia de mitos relacionados con la Luna desde el mismo título.  En este sentido se percibe la influencia por una escuela de crítica literaria y cultural (principalmente francesa) llamada la poética de lo imaginario, que tiene entre sus fuentes el pensamiento de Jung y que estudié a fondo para la elaboración de una tesis doctoral que no llegué a escribir.  Por último se puede mencionar ciertas cuñas históricas y musicales que dan a la obra un carácter informativo más allá del mero entretenimiento.

«Operación Artemisa«

¿Podría entenderse en algunos aspectos tu relato como una lectura con la perspectiva del futuro de algunos de los acontecimientos y conflictos del mundo actual?

Es el sino de la ciencia ficción, que desde Luciano de Samósata no es más que una proyección de los problemas del presente en un futuro posible.  Resulta prácticamente imposible encontrar una obra del género que no esté motivada por el tiempo en que fue escrita, ya sea a nivel medioambiental, psicosocial, tecnológico (más bien tecnofóbico) o incluso metafísico, como en Blade Runner o 2001, una odisea del espacio.  No puedo ahondar mucho en algunas de las interpretaciones porque desvelaría contenidos a quienes todavía no han leído la novela, pero sí puedo decir que hay personas que han entendido Operación Artemisa en clave de política nacional española, algo que puede ser discutible.

¿Qué peso/importancia ha tenido en la escritura de esta novela tu visión y tu labor como poeta?

Como ya he dicho, la poesía es un rasgo totalmente presente en la novela desde las primeras páginas, ya sea por los personajes que la leen o por los que la escriben.  Después de tantos libros de poesía como he escrito, resultaba casi inevitable que este género se filtrara en mi primera obra narrativa de cierta extensión.  Por otra parte, mi oficio de poeta me lleva a construir en ocasiones pasajes más “poéticos”, en los que el lenguaje se libera de la esclavitud de la trama para describir paisajes, sueños, pensamientos o estados de ánimo.

¿Qué momentos de la preparación y la creación de esta novela has disfrutado más?

Antes de acometer esta empresa solo me había acercado a esta cantidad de texto en la escritura de algunas novelas cortas y de obras de teatro.  Tenía cierto reparo a que todo me resultara demasiado arduo y tedioso, pero ha sido lo contrario.  Tanto la fase de documentación como la de escritura han supuesto un reto y un disfrute que antes no había experimentado en este grado.  

Aunque en Operación Artemisa predominan el discurso y los personajes de un relato de ciencia ficción, ¿has recurrido a elementos de otros géneros narrativos para construir su trama?

Básicamente hay dos interferencias genéricas, la ya mencionada de la poesía y la del ensayo, que se materializa en varios excursos sobre algunos aspectos de la literatura y la historia que no puedo adelantar al lector.  Lo que dije de la poesía, digo ahora del ensayo, que es un género que he cultivado casi constantemente desde que en 2007 puse en marcha el blog Monte Coronado (montecoronado.es).  Detrás de esta vena ensayística, por supuesto, está mi labor docente, que no busca otra cosa que difundir ideas y hechos de la forma más amena posible.  Por eso quizá la obra tenga un sabor mixto entre lírica, épica y ensayo, al que hay que añadir, como en gran parte de la narrativa desde el Quijote, el elemento dramático o teatral, presente en los muchos diálogos que salpican la trama.

¿Hasta qué punto tu novela es un homenaje a las grandes obras del cine de ciencia ficción?

Hay algunas películas que planean sobre la estética y la trama de la novela.  La más evidente sería 2001, una odisea del espacio, con algún homenaje a la obra maestra de Kubrick.  También creo que hay elementos de Solaris en la psicología de los personajes y de ciertas películas del siglo pasado como Atmósfera ceroSaturno 3 o Naves misteriosas.

¿Qué influencias de la cultura y la literatura japonesas podríamos encontrar en Operación Artemisa?

El problema de analizar mi relación con Japón es que me resulta algo tan cercano y familiar, que ya apenas puedo percibir su presencia como algo añadido o externo a mi formación cultural y a mi manera personal de ver el mundo.  Es cierto que conscientemente quise incluir un mito lunar de la mitología japonesa y que usé una cita de Kobo Abe, autor de algunas obras de ciencia ficción, para encabezar el texto.  Quizá también haya algo de la estética del haiku en algunas descripciones y de la idea taoísta, que influyó mucho en el zen chino y japonés, de que el mal y el bien pueden ser relativos.  He procurado que los personajes que hacen cosas “malas” estén explicados desde sus puntos de vista.  

Ángel Montilla

¿Por qué elegiste el discurso epistolar como cauce de la narración?

La verosimilitud es algo que siempre preocupa a todo escritor de narrativa y el formato epistolar puede ser una garantía para conseguirla.  Las cartas aseguran un narrador verosímil, ya que cuenta en primera persona, y el narratario (la persona a la que dirige el texto, tal como lo llama la crítica literaria) justifica la existencia del propio relato.  Lo que técnicamente no cuadraba era la existencia de la escritura como tal en un mundo futuro en el que suponemos que los medios audiovisuales tendrían preponderancia, aunque creo haber resuelto este dilema mediante explicaciones que dan los propios narradores.  La escritura, ya sea en formato papel, barro, papiro o pantalla ha conseguido traspasar los siglos sobreviviendo al teléfono, el cine, la televisión o internet.  De hecho, estamos ya en condiciones de afirmar que la palabra escrita se va a quedar para siempre y la existencia de la mensajería o de redes sociales lo corrobora cada día.

¿Qué actitudes o valores representan los dos personajes protagonistas en el contexto social e ideológico de la obra?

Resumiéndolo mucho, desde un punto de vista psicológico o vital, el protagonista masculino es un persona más bien pasiva y conformista, mientras que la mujer es todo lo contrario.  Quise jugar con ese cruce de papeles, inversión de la idea preconcebida que se tiene del rol de los sexos en la sociedad actual.  Ideológicamente se refuerza esta inversión con el carácter reivindicativo de la mujer tanto políticamente como en lo referente a su feminismo, un feminismo que, a pesar de los siglos pasados desde nuestros días, no ha llegado a alcanzar sus objetivos en ese futuro en el que se ambienta la obra.

El final de la novela es, como se anuncia en la sinopsis de contraportada, sorprendente. ¿Habías ya previsto antes de escribir esta historia su sorprendente desenlace?

Ese final fue casi el principio de todo.  El gran esfuerzo creativo ha consistido en hacer avanzar la trama hacia el capítulo final, que fue escrito antes de llegar a él y fue retocado a fondo para darle toda la fuerza simbólica y poética que haya sido capaz de transmitir.

¿Cuál ha sido tu experiencia con la Editorial Círculo Rojo?

Dos de mis libros de poemas, A estas alturas y A propósito, los publiqué con ellos y esto es indicativo de que estaba muy satisfecho con su trabajo, tanto a nivel de atención personal, como en el acabado final del producto.

¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?

Como dijo alguna vez Camilo José Cela, en realidad todos los autores me han influido, porque todos están inevitable y constantemente influyéndose unos a otros y otras, tanto los contemporáneos como los que nos precedieron.  En esta novela, por supuesto, hay algo de Julio Verne, de Arthur C. Clarke o Bradbury, pero el lector también detectará influencias de poetas como Whitman o de cineastas como Kubrick.  Y en mi poesía y mi teatro pasa lo mismo.  Es cierto que hay algunos rasgos, como el uso del humor y la ironía, que me acercan a unos más que a otros, pero luego en las formas se vuelven a cruzar otras influencias, como Matsuo Basho o Antonio Machado.

¿Tienes algún nuevo proyecto en mente que puedas adelantarnos?

En imprenta hay ya un libro de poemas.  Y cuando digo imprenta lo digo con todas las de la ley, porque se trata, nada menos, que de la antigua imprenta Sur, en la que publicaron sus primeros poemas Lorca, Alberti o Aleixandre.  La Diputación de Málaga es la propietaria de esas venerables e históricas máquinas y el Centro Cultural de la Generación del 27 ha tenido a bien publicar este breve poemario.  Por otro lado, tengo casi terminado un libro de relatos que quizá vea la luz en las navidades de 2022.  Es decir, que durante este mismo año podría darse la circunstancia de que, por razones de agenda de los editores, publicara tres libros.  A partir de ahí ya hablamos de proyectos de escritura que están todavía en distintas fases de ejecución. 

¿Cuántos libros has publicado ya y dónde se pueden conseguir?

De poesía van ya unos seis o siete, incluidas dos antologías.  Publiqué también cuatro novelas cortas, enfocadas para la enseñanza del español como lengua extranjera (Fuera de juego, La mar en medio, El camarero de la Séptima Avenida y Viento de levante), de las que todavía se pueden conseguir ejemplares en Amazon u otras plataformas, y he estrenado unas cuantas obras de teatro.  Por otra parte, he publicado ensayos, reseñas en diversas revistas y obras colectivas, tanto en España como en Suecia, Dinamarca o Japón y en mi blog montecoronado.es.

Algunos de mis libros están descatalogados, pero se pueden comprar los tres que he publicado con Círculo Rojo en la web Libros.cc: 

A estas alturas: https://libros.cc/A-estas-alturas.htm?isbn=9788499911878

A propósito: https://libros.cc/A-proposito.htm?isbn=9788490505113

Operación Artemisa se puede adquirir en la misma web de la editorial (https://editorialcirculorojo.com/operacion-artemisa/), en páginas como https://libros.cc/Operacion-Artemisa.htm?isbn=9788411156981, o en muchas librerías  (https://libros.cc/librerias.php, https://www.casadellibro.com/libro-operacion-artemisa/9788411156981/12761364).

En cuanto al formato digital, es posible adquirir una antología de poesía, prosa y teatro, publicada en Dinamarca por la editorial Aurora Boreal, que se titula En cuanto al otoño:

https://www.auroraboreal.net/aurora-boreal/editorial-aurora-boreal/2610-en-cuanto-al-otono-antologia-personal-de-angel-l-montilla-martos .

Para terminar, ¿nos recomiendas alguna lectura?

Hay demasiados buenos libros por ahí circulando actuales (y no tanto) y la lista sería interminable, pero por acotar un poco a la narrativa, les recomiendo la lectura de dos novelas, Los nadadores del Urubamba de Lucas Ruiz y El cráneo de la araña de José Francisco Martín Caparrós.


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