Alejandro Avello, nos cuenta todo de la obra que ha publicado con Círculo Rojo, “A corazón abierto”
¿Cómo comenzó tu interés por la escritura desde una edad tan temprana?
Cuando era niño, escribía pequeños relatos de fantasía en los que ponderaban valores como la nobleza y el valor mediante la caracterización de algún héroe que se enfrentaba a las fuerzas del mal para salvar a los suyos. Luego, se los vendía a mi madre y vecinos como forma de autofinanciar mis caprichos, ya fuera una pelota, figuras de animales o para la hucha de “la moto cuando sea mayor”. Recuerdo la sensación de esa época y lo recuerdo placentero, sentía placer al escribir. Es el primer recuerdo que tengo de interesarme por la escritura.
¿Qué te inspiró a escribir tu primera obra, “20 días 20 olas”, durante ese viaje a lo largo de la costa?
Pues sinceramente nunca fue una obra buscada. Cuando yo me embarqué en el viaje por toda la costa norte y Francia a bordo de mi ranchera, me llevé además de la tabla de surf, colchón, nevera y algo de ropa, un bloc de notas por si quería escribir algo. Fue el primer día, desde la playa de Oyambre en Cantabria, donde decidí comenzar a apuntar mis días: aventuras, lugares, ideas y pensamientos. Todo eso creó lo que hoy en día es “20 días 20 olas”.
Sabemos que tienes una pasión por el mar. ¿Cómo ha influido tu relación con el océano en tu trabajo como escritor?
Ha influido mucho. La mayoría de recuerdos de pensamientos introspectivos los recuerdo en el mar o en la playa. Cuando era más pequeño y llevaba a mi madre al aeropuerto de Asturias de madrugada por trabajo, me llevaba la tabla para, después de dejarla, ver el amanecer surfeando desde el agua. Cualquier día “gris” en mi ciudad, Oviedo, se arreglaba cogiendo el coche 20 minutos y terminando o empezando el día surfeando. Y cuando no había olas, caminaba por la arena.
He viajado por todo el mundo buscando siempre destinos con agua y mucha biodiversidad y olas. El mar siempre ha sido mi refugio y donde más siento la palabra casa. Imagina cómo ha influido todo esto a la hora de escribir, probablemente el mar no solo me ha ayudado a tomar muchas decisiones, sino que ha sido el inicio de muchas ideas que más tarde he plasmado en papel.
Tu biografía menciona tu amor por los animales. ¿Cómo se refleja esta pasión en tu escritura?
Hay una frase de Anatole France que dice “Hasta que no hayas amado a un animal, una parte de tu alma permanece dormida”. Quienes desarrollan la capacidad de amar a los animales desarrollan una capacidad emocional superior a quienes no, de esto no tengo la menor duda. Desarrollar la capacidad de amar a seres puros que piensan y sienten, aunque no vayas a recibir ningún beneficio económico (que es lo que prima siempre al parecer), por poder simplemente observarlos caminar junto a nosotros en nuestro planeta compartido.
En el capítulo “Pasado Presente” hablo de mis pasiones y, es ahí donde el lector descubrirá mi dedicación al mundo animal y su conservación.
Después de estudiar Educación y especializarte en Mamíferos Marinos, decidiste fundar la Asociación Oceavida. ¿Qué te llevó a dar este paso y qué objetivos persigue la organización?
Siempre he sentido que quería hacer algo por las personas y el planeta. Mi colega y mentor Manuel Merchán, presidente de Asociación Chelonia, me descubrió la posibilidad de crear una organización y creo que nunca he tenido nada más claro. Así cofundé la Asociación Oceavida, organización internacional sin ánimo de lucro para la conservación y protección de especies mediante proyectos de investigación, cooperación internacional y divulgación científica.
Siempre quise dedicar mi vida a los animales, y hacerlo con la intención de protegerlos por todo el planeta me parece fascinante.
“A corazón abierto” parece una obra que aborda temas profundos de la vida. ¿Qué te llevó a escribir sobre estos temas en particular?
Cuando escribí mi primer libro “20 días 20 olas”, la parte que más disfruté fue el epílogo, donde divago un poco sobre temas profundos de la vida. Es aquí cuando decido que me encantaría escribir un libro entero hablando sobre estos temas. Así escribo “Vida”, uno de los capítulos de “A corazón abierto” y, probablemente el más duro. El resto fue llegando solo como quien dice.
Me sucede muy a menudo que cuando me encuentro con mi grupo de amigos de mi ciudad natal, grupos de otras ciudades, de otros países cuando viajo, grupos de desconocidos o grupos de personas que conoces de forma puntual, muchas veces observas que se abordan temas en los que ponderan las críticas hacia alguien, los veredictos insustanciales o juicios de valor gratuitos hacia alguien o el intentar demostrar que tu vida es mejor que la del otro. Esos momentos, en los que dos de las pandemias latentes más grandes de la historia salen a la luz, el ego y la envidia, a mi me dan para páginas y páginas.
Abordo temas como la felicidad, el amor, el ego, la envidia, el tiempo o la conciencia, siempre con la esperanza y el “¡Vive!” por bandera.
¿Cuál es el mensaje central que esperas transmitir a los lectores a través de “A corazón abierto”?
Lucha siempre por tus sueños, no permitas que nada ni nadie te haga sonar más bajo, sigue siempre tu propio ritmo, aunque suene diferente al de los demás, no permitas que los ladrones de sueños que tiraron la toalla en algún momento te hagan dudar de ti.
Vive siempre y haz siempre todo como lo sientes, no hay nada más auténtico y real que alguien que es capaz de escuchar a su corazón y hacerle caso. Aprovecha cada instante y valora cada cosa, cánceres, accidentes o catástrofes medioambientales están a la orden del día, así que no malgastes tu tiempo en hablar o vivir la vida de los demás, céntrate en tu camino y písalo fuerte hasta el final.
¿Cómo describirías tu proceso de escritura? ¿Tienes alguna rutina o hábito particular cuando te sientas a escribir?
He tardado cinco años en escribir estas 100 páginas de “A corazón abierto”. Nunca he sentido el sentarme delante del papel y pensar qué escribo, mi proceso suele ser al contrario. Da igual dónde esté o qué esté haciendo que siempre llevo conmigo mi bloc de notas. Cuando un pensamiento o idea se me pasa por delante lo apunto, incluso escribo rápidamente algo sobre ese instante. Es más tarde cuando me siento con ese pensamiento y lo desarrollo.
¿Cuál ha sido la experiencia de publicar tu obra con la editorial Círculo Rojo? ¿Qué consejos darías a otros escritores que están considerando trabajar con ellos?
Desde el principio el hilo enhebró perfectamente en la aguja. Todo fue sencillo y fluyó melodiosamente entre editorial y autor. La comunicación, dudas, intereses mutuos y peticiones funcionaron a la perfección y pudimos crear una sinergia que ha traído sus frutos en forma de éxito rotundo, habiendo podido acercar al lector esta obra llena de vida y teniendo una repercusión y una acogida increíbles.
¿Mi consejo? Escribir directamente con cualquier duda que se tenga. Nazaret, Madeleine, Virginia y el resto del equipo se encargarán de solucionarlo todo muy eficazmente.
Has viajado extensamente por Europa y el mundo en busca de biodiversidad. ¿Cómo ha influido esto en tu perspectiva como escritora?
Viajar es la mejor manera y el camino más rápido para ampliar la mente. Piensa que cuando viajamos estamos constantemente adaptándonos, a un nuevo lugar, nuevas rutas, nuevas personas, nuevas formas de vivir, nuevas leyes, nuevas señales, nuevo todo. Estamos todo el tiempo conociendo y aprendiendo. Esto hace que la mente no pare de abrirse constantemente. Conectas con todo lo que te rodea potenciando tus sentidos, ya sean personas, lugares, una ola o cualquier especie que descubras.
Creo que la apertura mental es uno de los deberes principales para todas esas personas que creen que su rutina diaria, el sitio donde están o la comida que comen, es lo que tiene que ser, lo verdadero, lo correcto, el único tipo de vida válida.
El capítulo “Viaja” es un descanso a mitad de “A corazón abierto” en el que ver todas estas cosas. Viajar no solo me ha formado, sino que me ha ayudado a entender tantas cosas que a la hora de escribir ha fluido sencillo.
En tu opinión, ¿cómo puede la literatura y la escritura contribuir a la conservación y protección de las especies animales y del planeta en general?
Actualmente palabras como “conservación”, “cambio climático” o “plásticos”, están en auge. Es normal que comiencen a aparecer mucho más patentes en nuestra vida. La escritura ya sea en forma de libros o comunicación es fundamental para apoyar ese cambio necesario para intentar revertir la situación de nuestro planeta.
El principal problema es el desconocimiento de la mayoría de la población hacia el problema real, cuando hablo de que las ballenas son fundamentales para la contribución de la creación del 50% del oxígeno que respiramos o que los tiburones son los eslabones más importantes de la cadena trófica para el saneamiento de los ecosistemas oceánicos, la gente no tiene ni idea. Y es normal, al final nos involucramos en vivir nuestro ciclo vital pasando por la Tierra y consumiéndola (ropa, comida, gasolina, teléfonos móviles, basuras). A muy poca gente le preocupa reinvertir parte de su vida o de sus medios en devolverle al Planeta su paso por este o, al menos, ser más responsable con este.
Uno de los principales objetivos de Oceavida es la divulgación y educación ambiental, acercar a todo el mundo tanto las maravillas como las amenazas a la biodiversidad. Medios de comunicación, escritor, libros y cualquier vía de comunicación son esenciales en este proceso, en este cambio.
¿Tienes algún proyecto literario futuro en mente? ¿Puedes compartir algo sobre tus planes como escritora?
Pues sí, precisamente sobre lo hablado anteriormente. He escrito un libro para las nuevas generaciones sobre la conservación del mar, explicada de una manera diferente y bonita. Me acompaña en este proyecto mi amigo Manuel Prendes de Ora Labora Studio, quien se encargará de toda la parte gráfica. Juntos esperamos llegar a todos esos niños y no tan niños que en el futuro serán los encargados de aunar fuerzas y ganas, para que nuestro planeta y todas las especies que lo cohabitamos podamos tener un futuro con esperanza.
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