Adán Ceada, nos cuenta todo sobre su obra “Tráfico de Fruta Parte 1: Candonga”.
- ¿Qué te motivó a dejar tu carrera laboral establecida para perseguir tu sueño de convertirte en escritor?
No la he dejado, más bien di un volantazo, dejé que otras personas se encargaran de la toma de decisiones y me alejé del estrés que provocaban los trabajadores, ocupándome de otras funciones. Entonces, me di cuenta de que la vida pasa demasiado rápido como para estar siempre enfadado y estresado por una empresa que no te pertenece. Un día, haciendo la mudanza a mi nueva casa, encontré mi cuadernillo del instituto donde tenía empezada una novela de fantasía. Después de leer los dos primeros capítulos y soltar algunas lagrimillas, decidí que era el momento de retomar la escritura
- ¿Cómo influyó tu experiencia laboral en un almacén de berries en la creación de la trama de “Tráfico de Fruta Parte 1: Candonga”?
Influyó en todo. Mi idea era escribir algo inventado, pero con un toque de realidad. Se me ocurrió unir las dos cosas que más he hecho desde que terminé el instituto: trabajar y salir de fiesta. Supongo que en todos los trabajos ocurren miles de historias dignas de ser escritas, pero en los almacenes de ese estilo, es asombroso lo que sucede y encuentras a diario: cosas que nunca podrías imaginar. A veces, la realidad supera la ficción. No estoy insinuando que se trafique con drogas, más bien me refiero a traiciones, peleas, envidias, etc., momentos de mala aura que se sienten en el ambiente, casi palpable, y también muchos momentos buenos: risas, amores, amistades… La verdad es que un almacén con tantos trabajadores es una mina de inspiración.
- ¿Qué aspecto de tu infancia y adolescencia en Huelva y Lucena del Puerto inspiró la ambientación y los personajes de tu novela?
Para mí, Huelva en general es única. Soy un enamorado de mi tierra, no lo puedo ocultar. Me encanta viajar y gracias a la vida estoy conociendo lugares extraordinarios, y aún me faltan muchos por ver. Sin embargo, a pesar de todo eso, siempre que estoy lejos, pienso en que si volviera a nacer y me dieran la oportunidad de elegir, volvería a nacer en Huelva, o como mucho en otra parte de Andalucía. Esto mismo me hace pensar que lo que realmente me enamora no son los lugares, sino las personas. Aquí es donde entra Lucena, un pequeño pueblo del condado de Huelva, donde su gente me adoptó como uno más cuando me mudé allí de pequeño. Son de otra pasta, lo puedo asegurar. Y como quería que la novela fuera completamente mía y se notara, decidí ambientarla en estos lugares.
- ¿Qué te llevó a abordar temas como el tráfico de drogas y los conflictos morales en tu obra?
En mis comienzos en el almacén, recuerdo cargar camiones por la noche y coger confianza con los camioneros que venían. En broma, más de una vez les pregunté si en vez de fruta podríamos cargar droga. Tonterías que, al recordarlas, me dieron la trama perfecta. Los conflictos morales surgen porque, en el fondo, el protagonista no es una mala persona, aunque sí hace cosas malas para conseguir lo que quiere
- ¿Hubo alguna experiencia personal que influyera en esta elección?
No, sólo la imaginación durante esos días de carga.
- Tu novela presenta un equilibrio entre momentos dramáticos y divertidos. ¿Cómo lograste mantener esta dualidad en la narrativa? ¿Cuál fue el mayor desafío al escribir “Tráfico de Fruta Parte 1: Candonga”?
Creo que la preocupación por el qué dirán llegó a un punto en el que incluso me agobié por pensar en ello. No fue tanto un desafío en sí, ya que la verdad es que no me costó mucho trabajo debido a que me apasiono hacerlo,En esa etapa, solo podía pensar en los personajes, las escenas y cómo continuar. De las mejores sensaciones que he vivido
- ¿Y cuál fue el momento más gratificante?
Los mensajes de la gente, sin palabras con la aceptación que ha tenido. Y como he cumplido el sueño de ver un libro con mi nombre
- En tu sinopsis mencionas que la novela inicialmente tuvo un propósito lucrativo, pero que luego redescubriste el verdadero motivo de escribir. ¿Puedes compartir más sobre ese proceso de redescubrimiento y cómo afectó tu enfoque en la escritura?
Como he mencionado anteriormente, caí en la preocupación por el “¿qué dirán?” y en la idea de que no se vendería ningún libro, etc. Estuve a punto de abandonarlo. Sin embargo, luego recordé que no empecé a escribir buscando ganar dinero ni buscando la aprobación de nadie, sino que tenía la ilusión de ver un libro con mi nombre en mi estantería. Con el retorno de ese sentimiento, los capítulos salieron volando; la novela fluyó sola porque la escribí para mí, porque a mí me encanta, y eso es lo que realmente importa. Ya si se vende mucho o poco, ya si a la gente le gusta o no, da igual, porque mi objetivo está cumplido. Como un plus, he conseguido que mi gente cercana lea, algunos por primera vez. Desde mi punto de vista “Tráfico de fruta”, me ha dado más de lo que esperaba
- ¿Por qué decidiste publicar tu libro con la editorial Círculo Rojo? ¿Qué destacarías de tu experiencia trabajando con ellos?
Los elegí porque, cuando estaba buscando a qué editorial enviarlo, me gustó la idea de autopublicarlo. Mientras buscaba, di con un escritor bastante famoso que publica con ellos, así que decidí contactarlo para preguntarle. Sin esperanza de recibir respuesta, fue muy amable al contestarme y me explicó que estaba encantado con ellos. Esto me dio mucha seguridad y por eso me decidí por ellos
- ¿Cómo describirías tu proceso de escritura? ¿Tienes alguna rutina o hábito específico que sigas mientras escribes?
“Verba volant, scripta manent”. Pienso lo que quiero y voy apuntando. Cuando me siento preparado, comienzo la escritura, entrando en la fase de solo pensar en la historia y sus personajes. Cojo todo lo que pueda ser útil: una noticia en el periódico, una historia que me cuenten, un recuerdo que me venga a la mente… Cualquier cosa la apunto, la organizo y escribo. Una vez que tengo el material, releo y comienzo con los cambios, que veo como pulir capítulo a capítulo. No paso al siguiente capítulo hasta que esté totalmente satisfecho con el actual. Continúo así hasta llegar al final y decir “meeeeee encanta”. Y leer todo lo que puedo y más, leer es la clave.
- ¿Qué mensaje esperas transmitir a tus lectores a través de “Tráfico de Fruta Parte 1: Candonga”?
Quiero incitar a todas esas personas que dicen que no les gusta leer; quiero que comprueben cómo la lectura puede engancharte más que una serie de televisión, demostrar cómo el papel, junto con tu imaginación, te sumerge en el mundo escrito, llegando a introducirte en la historia de forma más intensa. También pienso que una persona que lee es más difícil de engañar. La televisión es muy manipulable, y ahora no me refiero solo al entretenimiento. Y quiero dejar claro que “Tráfico de Fruta Parte 1” ha sido solo un aperitivo de lo que viene. Esta parte la he considerado como una toma de contacto, la cual me ha llenado el corazón con la aceptación que ha tenido. Pero lo que viene será una bomba en comparación, porque vendrá cargado de muchos mensajes muy potentes que llegarán a los lectores.
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