A través de mi flequillo: 9. Personas amarillas.
Hace tiempo me leí el libro “El mundo amarillo” de Albert Espinosa. Me pareció muy interesante la definición que el autor da sobre las personas amarillas: aquellas que pasan por tu vida en un momento determinado y la cambian. No son amigos, ni familiares, ni amantes. Puede ser una persona que has conocido una noche, alguien con quien te cruzas por la calle, el que te vende el pan…
No existe dependencia hacia esa persona, simplemente pasa y tu vida es un poquito mejor.
Yo le doy mucha importancia a este término, me parece increíble como podemos cambiar el “mood” de una persona con el simple hecho de sonreírle por la calle, de ser simpático, de ayudar a alguien, aunque no le conozcamos… hay pequeños gestos que pueden hacer pasar de estar en un mal día, a sacar una sonrisa.
La pasada noche, estaba en un bar tomando algo y ví a una chica, tenía un pelo que me llamo la atención y no dude en acercarme a ella para decírselo, en ese momento empezamos una conversación en la que nos dimos cuenta de todas las cosas que teníamos en común. Tuvimos una muy buena conexión, nos contamos un montón de cosas y luego cada una se fue por su lado. Seguramente no vuelva a verla nunca más, tampoco la voy a echar de menos, pero hizo que mi noche fuera agradable.
He conocido a muchos amarillos en mi vida y otros tantos que no me habré dado cuenta, con todos ellos he ido mejorando poquito a poco.
Ahora, yo también quiero ser el amarillo de alguien, así que, cada día, intento hacer algo: doy los buenos días, digo cuando me gusta algo de alguien, cedo mi asiento en el autobús cuando veo que alguien lo necesita, regalo sonrisas… Nunca se sabe a quién podemos cambiarle el día.
Lo bonito de los amarillos, es que pueden ir un paso más allá y pasar de ser una persona amarilla a ser tu amigo, novio… yo tengo la suerte de contar con un par de amarillos-no amarillos en mi vida, personas que llegaron por casualidad, me ayudaron a mejorar personalmente y más adelante, se convirtieron en algo más que amarillo.
Aún así, cuando un amarillo pasa a ser algo más, al menos en mi caso, esa persona no es como un amigo normal… no les echo de menos, no me sienta mal que no me escriban en años, no necesito verlos, pero cuando están, es como si nada hubiese pasado, la conexión sigue ahí, cuando algo importante pasa hay felicidad por la otra persona y eso es tan sano… que me encanta.
Hoy hablando con un amigo, me ha propuesto un plan: comprar unas rosas y regalárselas por la calle a gente desconocida. Lo cierto, es que me ha gustado la idea, me parece un gesto muy bonito, una forma de alegrar el día a alguien.
Regalemos rosas, regalemos sonrisas, seamos el amarillo de alguien una vez al día.
Nos leemos en el siguiente post 🙂
Carmen Arastey (@carmenarastey93) • Fotos y videos de Instagram
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Para mi siempre has sido y serás una persona amarilla!
Esta muy bien que quieras serlo voluntariamente regalando rosas y esas cosas, pero no te hace falta porque lo mejor de todo es que lo eres sin darte cuenta.
💛
Muchas gracias Judith! siempre ahí!!! Esta es la gente que me gusta tener a mi lado 😀